7.- Recordar.

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Natsumi: aquí es donde normalmente venimos a ver el cielo-dijo señalando un Prado con algunas pequeñas flores

Alaude camino a paso tranquilo detrás de la peli rosa, miraba su pelo danzar en el aire. Natsumi recorría el lugar con la mirada.

Levantó la mirada. Recordaba ver el cielo lleno de nubes esponjosas y blancas. Recordaba el calor en sus mejillas y como sus labios se convertían en una curva.

Pero...

Era tan raro... Como si ese recuerdo reviviera con ver al joven de pelo cenizo. Se abría como una cicatriz pasada que no terminaba de sanar, que no quería cerrarse.

Quería estar abierta. Para recordarle a Natsumi algo.

Pero que era ese algo? Que era y porque no lograba recordarlo?

Sintió la mirada helada de Alaude, este la miraba curioso.

Alto!

Que era eso?

Ese brillo que recorrió las pupilas dilatadas del joven de ojos de hielo.

Camino a él deteniendose apenas unos centímetros de el. Levantó la mano sin dejar de mirar sus fríos hielos.

Alaude: que haces?-pregunto frunciendo el ceño, Natsumi abrió la boca y susurro algo inentendible.

Natsumi: tus ojos. Es como si brillaran...-susurro más alto antes de alejarse un poco de el. Alaude miro los ojos de la peli rosa.

Opacos, Insensibles, Muertos.

No parecía una persona Real. Por un momento llegó a pensar que no era un ser humano. Ninguno puede tener ojos tan oscuros.

Pero ella los tenía. Como si no tuviera alma. Como si no sintiera nada.

Natsumi: no estas tan equivocado.-hablo después de un rato.-yo también dudo que pueda ser un humano.

Alaude: eres una persona. Cualquiera que te viera lo pensaría.-hablo y la peli rosa lo miró atenta.

Natsumi: tengo la apariencia de un ser humano. Pero que nos asegura que eso soy?-dijo y se sentó en la fresca hierba que acaricio sus piernas. Alaude la imitó. Ambos miraban al cielo en silencio.

Alaude: tal vez tengas razón. No eres un humano. Podrías ser un moustro, un fantasma. Un muerto que vive.-Natsumi miro atenta los labios que se movían con rapidez-eso tendrás que descubrirlo tu.

Natsumi: como? Como saber que es lo que soy? Como puedo saberlo?

Alaude: recordando.-Natsumi se quedó en silencio. Esperaba otra respuesta. Esperaba algo más específico. No un simple "recordando" esperaba más... Esperaba...

Respuestas.

Alaude: todos tenemos un inicio, la razón por la que llegamos a un lugar, la razón por la que cometemos errores o por la que los resolvemos. La razón para que estemos aquí tiene que ver con nuestro pasado. Que paso antes para que estuvieras hoy aquí?

Natsumi: no lo sé.

Alaude: lo sabes, Pero no quieres recordarlo. Ese es tu problema.-cerró los ojos. Natsumi lo miró atenta. Respiro hondo y cerró los ojos.

Se recosto en la hierba verde mientras el viento acariciaba sus mejillas.

"Recordar".

Que debería recordar?

Recordaba el frío.

Recordaba estar atada a una camilla.

El goteo de un líquido desconocido. Plateado, helado.

Abrir los ojos y mirar a la persona delante suyo.

Zaira.

Girar la cabeza. Mirar a la persona a su derecha.

Yukari.

Yukari abrió los ojos.

Estaba descansando debajo de un árbol demasiado grande. Su cabeza estaba punzando.

Cerró los ojos recordando el sueño de ver a Natsumi alado suyo atada a una camilla.

Colonello: estas mejor? Kora!-pregunto una vez estuvo enfrente de ella. Yukari lo miró curiosa.

Yukari: donde estamos?

Colonello: te desmayaste poco después de pasar una cascada. Intente despertarte pero sólo seguías repitiendo "Déjame ir" así que decidí cargarte hasta aquí...

Déjame ir?

Quien la dejaría ir?

Porque quería irse?

Colonello: debes tener hambre. Yo la tengo, kora!-exclamó sentándose enfrente suyo y dejando en el suelo unas bayas de un rojo fuerte.

Yukari las miro atenta. Un destello atravesó sus pensamientos.

Gomitas Rojas.

Esas que comía cuando era niña.

Cuando era niña...

Colonello: supongo que empezaré yo. Kora!-sonrió tomando una baya. La acercó a sus labios y entonces la oji azul salto a él. Le arrebató la baya de la mano.-Hey kora!

Yukari: no lo has notado?-pregunto con monotonía tomando la baya en sus dedos índice y pulgar.-es venenosa. Una sola podría matar a un elefante en menos de 30 minutos.

Colonello se quedo callado. Sorprendido.

Como es posible? Como no pudo ver el peligro cuando estaba enfrente suyo?

Yukari: tal vez yo no pueda morir. Pero si tu comes esto, te aseguró que mi rostro será lo último que veas antes de morir.

Por algún motivo eso no le molestó. Al contrario, morir viendo ese rostro no sonaba tan mal...

Se quedó embobado mirando su rostro. Pequeños mechones cenizos colgaban de su cabeza. Las manos de ella estaban a cada lado de su cabeza. Yukari seguía hablando de las bayas venenosas.

Pero el ya había dejado de escucharla sólo para verla. Ver su rostro. Sus ojos fijos. Sus labios suaves. Sus mejillas blancas.

Era tan pequeña. Tan frágil...

Pero le había salvado la vida. Y a ella parecía no importarle realmente.

Colonello: Gacias... Kora...-susurro haciendo que la peli ceniza cerrará su boca.

Parpadeo como si le costará procesar esa sola frase. Asintió ligeramente levantándose de encima suyo. Colonello la imitó pero no dejó de mirarla.

Yukari: ten más cuidado al escoger que quieres comer. Podrías encontrar otra cosa que no sea buena.

Colonello: lo consideraré... Te sientes mejor?

Yukari: me siento igual realmente. No puedo sentir nada recuerdas?

Colonello: cierto kora!

Yukari: en fin, deberíamos irnos ya. No perdamos más tiempo.-hablo monótona poniéndose de pie. El rubio la imitó.

Colonello: siempre fueron así?

Yukari: así como?

Colonello: así de... Monotonas?-la oji azul cerró los ojos.

Yukari: realmente no recuerdo nada, sólo tengo memoria de hace tres años en adelante.

Colonello: tres años? Kora!

Yukari: el tiempo que tengo viviendo aquí.

Colonello: ah...-susurro mirando el suelo.

Había algo que simplemente no cuadraba.

Reviviendo el amorWhere stories live. Discover now