Si me preguntan si te quiero... mentiré (RW & HG)

Baile con final amargo

Subí las escaleras lo más rápido que pude. Lo único que quería era llegar a mi habitación y olvidarlo todo. Entré en la sala común con la esperanza de que él no estuviera allí, y por suerte así fue. Entré a mi cuarto y me tumbé en la cama, sólo quería que la tierra me tragara y que llegara mi fin. Me sentía como si alguien me hubiese dado una paliza durante un día entero. Y no era cansancio, claro que no, el agotamiento por haber estado toda la noche bailando no se comparaba con la sensación de debilidad con la que mi "amigo" me había dejado después de sus palabras. Ni siquiera me molesté en quitarme el vestido, ni los zapatos, solamente me tiré en la cama con la esperanza de despertar y que todo hubiera sido un sueño.

No podía creer como una sola persona lograba convertir un día tan especial en algo tan horrible. Todo parecía tan perfecto desde el comienzo, mi vestido, mi peinado, mis zapatos, me sentía como una princesa de cuento y realmente tenía un príncipe que me esperaba. Víctor Krum se portó como todo un caballero y me hizo sentir como la chica más especial de aquella noche, logro que mi supuesto amigo consiguió destruir con pocas palabras.

"Que sepas que te está utilizando". ¿Pero es que me toma por una niñata estúpida? ¿Es que acaso alguien como Víctor Krum no podía querer salir conmigo? Reconozco que yo misma me sorprendí cuando mostró interés en mí, pero que Ron lo pensase me duele de verdad. Y se atreve a decir que salgo con el enemigo, ¡como se atreve! El muy bobo anhelaba su autógrafo y ahora parece ser que ni en pintura quiere ver al búlgaro.

La verdad es que nadie me saca tanto de quicio como él, y por supuesto nadie, a parte de él, es capaz de hacerme decir ciertas cosas que la verdad no quiero decir. ¡Aunque es cierto todo lo que dije! A mí no me habría importado ir con él, bueno claro que no me habría importado, sin embargo él solo se molesto en pedírmelo, si se le puede llamar así, cuando no le quedaba otra opción....

"La próxima vez que haya un baile ten el valor de pedírmelo antes de que lo haga otro... y no como último recurso." Si esas habían sido mis palabras y nada más soltarlas me sentí avergonzada. Era algo que pensaba, sí, pero no algo que le diría a Ron. Sin embargo, y como muchas otras veces, él había logrado que yo me enfureciese y soltase lo primero que pensaba. Pero era tan cierto, se comportaba como un niñato celoso cuando él ni siquiera se había dignado a tenerme en cuenta entre sus opciones, solo como aquella pobre chica sin pareja que para no ir sola acompañaría a su amigo. ¿Tan poco valor me daba?

Encima se atreve a decirme que estoy confraternizando con el enemigo ¿¡El enemigo!? ¿¡El enemigo!? ¡Pero como se atreve! Hace apenas dos días era Víctor Krum, el mejor jugador de quidditch, único e irrepetible, y por supuesto Ron era su fan número uno, pero ahora resulta haberse convertido en el enemigo. ¡Uuuf! ¡Es que no logro entenderlo!