Una Noche en el Heathman

2.9K 57 3
                                    

Imagina que estás teniendo una noche tranquila en tu cuarto de hotel pasando el rato con tu hermano cuando recibes una llamada.

Contestas al segundo timbre, sorprendido que ella te está llamando a esta hora. Has estado esperando ansiosamente escuchar de ella después de los libros que le mandaste como advertencia, pero cuando habla te das cuenta de lo que realmente se trata su llamada. Arrastra sus palabras y es difícil escucharlas sobre la música del fondo.

Demandas varias veces que te diga dónde está, sólo para que te cuelgue. El shock de ello es difícil registrar, nadie te ha desafiado de esta manera antes. La llamas de vuelta inmediatamente y le informas que vas a ir por ella y reclutas a Elliot para que vaya contigo.

La encuentras afuera del bar. El fotógrafo está ahí con ella, tiene una mano envuelta alrededor de su cintura y la otra está enredada en su cabello castaño. Está tratando de besarla y seducirla con palabras en español, pero ella le está suplicando que pare.

Una rabia como nunca la has sentido antes retuerce por tu cuerpo. Rápidamente te acercas de la oscuridad y a pesar de tus emociones, le recuerdas tranquilamente al fotógrafo que ella dijo no. Él inmediatamente la suelta ya que lo intimidas, pero aún así te tomas tu tiempo para echarle una mirada amenazadora. Alguien necesita enseñarle buenos modales.

Un movimiento repentino llama tu atención y escuchas el sonido de vómito salpicando sin gloria contra el suelo. El fotógrafo brinca hacia atrás con disgusto en vez de ayudarla, para tu consternación. Sin pensarlo dos veces, te inclinas para agarrar su cabello y lo jalas hacia atrás para que no se interponga en el camino.

La guías hacia un macizo de flores en la acera. Aseguras su cuerpo con un brazo y con el otro atas su cabello en un puño apretado. Disfrutas la posición que tienes sobre ella, a pesar de las circunstancias que conduce a ello acoges la emoción. La miras mientras vacía todo el alcohol de su cuerpo violentamente y luego da arcadas repetidamente cuando ya no queda nada.

Cuando acaba y finalmente regresa a la consciencia, le entregas tu pañuelo de lino monografiado con tus iniciales. Ella aprecia el gesto pero parece completamente avergonzada al mismo tiempo, ya que ni siquiera te mira a los ojos. Ella gime y coloca su cabeza en sus manos. Te mira de reojo por un momento antes de voltear hacia el fotógrafo y mirarlo con enojo. Ellos comparten una conversación silenciosa incómoda y él finalmente desaparece de vuelta al bar.

Ofreces llevarla a casa y ella insiste que le tiene que avisar a Kate, aún cuando ya le has dicho que está con Elliot. No sabes por qué sigues dejándola que se salga con la suya, pero lo aceptas. La diriges dentro del bar para que recoja sus pertenencias y la tomas de la mano, dejándola saber que tú estás a cargo.

Ella toca tu brazo sin permiso, acercándose para hablarte al oído, y su proximidad causa que entres en pánico. Enrollas tus ojos, haciéndola creer que estás irritado por la situación cuando en realidad estás tratando de difuminarlo. La guías hacia la barra y le ordenas que tome un vaso grande de agua. Ella toma un sorbo pequeño y su desobediencia te empieza a frustrar. No te gusta las implicaciones de ello pero lo tratas de ignorar.

Corres una mano por tu pelo, tratando de encontrar el mejor curso de acción de aquí en adelante. Terminas agarrando su mano de nuevo y llevándola a la pista de baile, convenciéndote que la puedes cambiar. Ella se resiste y claramente no quiere bailar, pero decides usar la oportunidad para ponerla a prueba.

Jalas su mano fuertemente, tomándola en tus brazos, queriendo que ella te obedezca. Empiezas a moverte, y cuando ella empieza a seguir cada uno de tus pasos, detienes su cuerpo contra ti, su cuerpo entero contra el tuyo, y tomas la decisión. La aprietas tan fuertemente, tanto posesivamente como aliviado porque es en este momento que confirmas que ella será tuya.

A Night at the HeathmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora