✖ Anonimo ✖ (rubelangel)

✖ XX ✖

Miguel al leer aquella nota trago saliva sintiendo como su miembro comenzaba a despertar, sin duda esas palabras fueron las que insitaron a Miguel a decidir los que iba a hacer.

(...)

Dejo pasar las horas hasta la última, estaba ansioso y desesperado por que llegará esa hora. Al tocar la campana que avisaba la hora de la salida Miguel salió disparado en busca de Rubén.

Caminaba apresurado entre los pasillos, buscando al castaño por todas partes pero no lo veía hasta que a lo lejos logró distinguir su melena. Observaba que se acercaba a su casillero y sin pensarselo dos veces fue hasta donde estaba él y le tapó los ojos sacándole un gran susto al pequeño.

-pero que mi...

No pudo terminar debido a que la mano cambiaba de sus ojos a su boca.

-Shh cariño, ven conmigo.- Esa voz... Aquella voz le era familiar.

El menor quiso voltear pero el mayor no lo dejo y sólo se dedicó a caminar con un brazo en la cintura del castaño y la otra en sus ojos hasta su auto que se encontraba aparcado hasta el fondo del estacionamiento.

-¿Quien eres?

Escucho como la puerta de un automóvil se abría dejando que este subiera.

Rubén no sabía si debía subir o no, aún no había mirado quien era, pero algo en sus instintos decía que debía subir a ese auto.

Se adentró sintiendo con sus manos el asiento de piel en el que de encontraba posado, Miguel cerró la puerta del copiloto.

Rubén divisó que alguien rodeaba el coche por detrás y se acercaba a la puerta del copiloto y en seguida se tenso.

Cuando aquella figura entró Rubén quedó embobado, era perfecto. Cuerpo de dios, tatuajes en ambos brazos y un pequeño arete en su ceja izquierda.

-Hola.- El chico sonrió.- Mi nombre... Mi nombre es Miguel Angel. Un gusto Rubén.

-T-tu eres el de las....- Miguel no lo dejo continuar.

Embozo una gran sonrisa.- si, soy yo.

La cara de asombro de Rubén era apara una fotografía pues no creía que aquel tipo tan apuesto le haya dejado tales notas y a él.

- Y bueno, ahora que estamos aquí que piensas sobre.... - No pudo terminar de hablar cuando Rubén chocó sus labios con los de Miguel haciendo que este se sorprenda pero aún así siguiendo aquel beso lleno de lujuria y deseo.

Jugaron con sus lenguas, Miguel jugando con el arte del menor cómo tanto había querido probar.

-No sabes cuanto tiempo llevó esperando esto.- dijo Rubén mientras rápidamente se colocaba en las piernas de Miguel a horcadas.

Este lo tomó de la cintura y lo volvió a besar mientras movía poco a poco sus caderas haciendo que el chico jadeara en su boca.

- Sabes... Sabes que yo también estoy... Estoy impaciente por esto...- decía Miguel entre jadeo debido a los besos en su cuello.- Pero estamos en un estacionamiento Rubén. Nos pueden ver.

Rubén levanta la mirada hacia la mirada de Miguel quien lo observaba divertido y se sentía tonto por ser tan desesperado.

Se bajó del regazo de Miguel y se colocó el cinturón de Seguridad.

-Entonces vamos a mi casa.- Habló Rubén decidido.

Miguel solo sonrió y condujo a la dirección que le indicó el castaño.