Capítulo 5 Eres Un Estúpido

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Nicolás P. O. V

-Maldito seas Nicolás... Maldito seas - me repetía, no quería perderla, y menos ahora... Era una de las pocas personas que realmente me importaban, y ahora se ha ido...
La gata se acercó a mi intentando consolar me, le Sonreí y la tome en mis brazos.
Debía admitir que era un tanto extraño, debido que, ya hacia varios años no tenia un gato.

Con la gata en mis brazos, salí de de ahí en camino a mi casa, decidí caminar hasta mi casa, y cuando por fin llegue, noté que no estaba cerrado con llave. Alguien había entrado, pero ¿Quién?.
Entré cuidadosamente para no hacer ruido, y dos pasos más tarde, observé una silueta que descansaba en una pared no muy lejana a mi. Arrugue la frente mientras rascaba mi nuca, no sabía si aun seguía ebrio, o de verdad alguien estaba invadiendo mi casa.

- ¿Por qué lo hiciste? - Esa voz la reconocería donde fuera-¡Habla! -

Sus lágrimas comenzaron a salir mientras giraba para poder verme. Estaba llorando, ya hace un rato. La luz estaba apagada pero su voz la delataba.

-Lo lamento... - dije con un hilo de voz.

-¡Tus disculpas no me sirven! ¿Acaso nada es suficiente para ti? ¿Por qué me engañas te ¡Te lo confíe todo! ¡Te lo di todo! -

Parecía bastante débil, di un paso al frente cuando ella pereció desmoronarse, cayó lentamente al piso sobre sus rodillas, ahora sus lágrimas parecían lamentos. Me mal decía con las pocas fuerzas que le quedaban.

-¡¿Qué has hecho?! -

No sabia si estaba enojado, confundido o preocupado. Cuando estuve realmente junto a ella, note que sus mangas estaban descubiertas y llenas de heridas, ¡carajo! ¿Por que no lo vi antes? ¿Acaso había intentado suicidarse?. Mil cosas pasan por mi cabeza, pero si algo le pasaba por mi culpa, jamás me lo perdonaría.
Fui hacia donde mi celular rápidamente, marque a emergencia y dos minutos después llegaron.
Su piel normalmente era blanca, pero hoy, parecía un fantasma. Sus labios de igual forma se tornaron blancos.
La subieron a una ambulancia, subí con ella y nos dirigimos al hospital. En el camino, los médicos que iban con nosotros, intentaban hacer algo para que ella mejorará, pero al parecer, no lo lograban.
Tomé una de sus manos, y la entrelaze con la mía, rápidamente las lágrimas comenzaron a salir, aun, en contra de mi voluntad.

-Por favor, no me dejes-decía entre sollozos - Por favor, yo te amo, siempre lo he hecho, dime, si tu me dejas, ¿Quién me volverá a sacar una sonrisa? ¿Quién me hará feliz? -
Los médicos me miraban confundidos, no entendían nada.
No tengo idea de cuanto tiempo pasó para llegar al hospital. Rápidamente la bajaron y traspasaron a otra camilla, la llevaron a urgencias. Una enfermera me detuvo, me pidió datos sobre ella, incluso, la policía se acercó a mi para preguntar por lo sucedido, al parecer tenia razón : era un intento de suicidio.

Dos días después, ella seguia en terapia intensiva, por culpa mía perdió mucha sangre.
William, Sebastián y Mario, estaban conmigo, intentanban darme animo, pero ni siquiera podía hablar...

-Familiares de la señorita Patiño, familiares de la señorita Patiño. -

-Si... - me levante rápido - ¿Esta bien?

-la señorita tiene oportunidad para recibir una visita, esta muy débil, cuiden bien de ella- sonrió y se fue.

Di un largo suspiro, llegando a la puerta de su habitación, entre.

-Hola.

No me respondió, giro para darme la espalda, tenía los ojos rojos e iniciados.

-No quise que pasara nada de esto, no estoy seguro de lo que paso, y no quiero saber, pero por favor, no me dejes. Cuando te vi así, tan frágil, y a punto de perderte, yo... Yo... -
Las lágrimas comenzaron a salir de nuevo. "Vamos Nicolás, no llores" me repetía una y otra vez, por era inútil. Di la vuelta para poder salir de ahí, no permitiría que me viera de esa manera.

-Nicolás, yo te amo.

No aguante más, sus palabras fueron como miles de cuchillos clavando se en mi espalda, pero el dolor era realmente insoportable, ¿Cómo podías lastimar tanto a la persona que más amas?

-Nicolás, ¿tu me amas?

-Si.

-Quédate.

No dude en hacerlo, tome una silla y la coloque al borde de su cama.

-¿Siempre juntos?

-Siempre juntos.

Su sonrisa era hermosa, sus ojos habían tomado el brillo perdido,ella podía hacerme sentir cualquier cosa, felicidad, tristeza, ira... Todo, por que yo, estaba totalmente enamorado.

Una enfermera toco a la puerta, y el doctor que le atendía venia con ella.

-Señor Arrieta - me saludo - su novia tiene mucha suerte al tener a alguien como usted, y como sabemos que estaría feliz de cuidarla, le daremos el privilegio
De hacerlo. Venga conmigo, llenaremos unos papeles y podrán irse.
Muchos papeles más tarde, fui por Alejandra, y salí del hospital con ella en mis brazos. Al llegar a casa, recordé a mis perros, mis hurones y mi nueva gata... No los había alimentado en días, esperaba que no les pasara algo malo. Entramos a la casa y solo se escuchó un "Bienvenidos a casa".
Los pocos amigos que ambos teníamos, estaban ahí, felices por nosotros. Me mostré indiferente a todo, estaba muy cansado, en cambio, ella, quedó fascinada por la sorpresa.

-Cuidala bien, iré a dormir un poco- le dije amenazante a William y fui directo hacia mi habitación, de camino vi a Leía, parecía que la hubiesen cuidado por mi, al entrar a mi habitación, vi a la gata hechada en mi cama, la tome en mis brazos y la apreté un poco contra mi pecho, lo único que se escucha era su ronroneo.

-Descansa hermosa- le di un beso y caí muerto en la cama.

El Neko De Mis Sueños (Nicolás Arrieta Y Tu)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora