Mi sangre hervía y ella había tocado una fibra sensible. Christopher y yo aún no habíamos tenido intimidad y no porque no quisiéramos sino porque, él, decía que quería que fuera especial para mí. Sentí mis ojos humedecerse por el enojo y, lo único que se me ocurrió hacer, fue levantarme de la mesa e irme de ahí. No soportaba a la plástica esa.

- ¡¡Pequeña!! - Escuché a Christopher pelear con la estúpida esa pero yo ya estaba caminando, casi corriendo.

Sentí una mano en mi brazo que me detuvo, haciéndome girar; sí, era Christopher.

- No hagas caso a lo que ella dice. Contigo he experimentado muchas más cosas de las que con ella pude haber sentido. Y por ¿sexo? Pequeña, eso no es importante para mí. - Se acercó más a mí, tomando mi rostro entre sus manos. - Te deseo, y lo sabes, pero, el día que TE HAGA EL AMOR, - me sonrojé ante sus palabras casi gritadas - nunca olvidarás ese día.

Me regaló su sexy sonrisa torcida y estuvo a punto de besarme si no es por la estúpida de Melanie. ¡Agh, cómo la detesto!

- ¿Me cambias a mí por éste bagre andante? - La miré incrédula, ¿qué se creía ésta zorra? Mi sangre estaba entrando en punto de ebullición.

- ¿Bagre andante? - Le dijo Christopher incrédulo. - ¿Y tú qué te crees? No eres tan linda como piensas, Melanie. Y por última vez: déjame en paz.

Pasó una de sus manos por mi cintura, haciéndonos darle la espalda; estaba feliz por la respuesta de mi prometido a ella.

- Escucha bien, Christopher Coleman, si no eres mío, no serás de nadie. - Me giré para ir a darle una buena tanda de golpes pero Chris me detuvo.

- No lo vale, pequeña, sólo vámonos. - Lo miré con enojo pero en sus ojos sólo veía preocupación. Asentí y avanzamos sin mirar atrás.

Al poco tiempo, Ani y Marc se nos unieron; Ani quería ir y arrancarle el cabello y las cirugías a la tonta esa pero no la dejaría, incluso si se lo merece.

Seguimos nuestras clases habituales y, de vez en cuando, podía ver a la zorra de Melanie, merodeando por donde nosotros estábamos sólo para coquetearle a Christopher pero, para mi buena suerte: él nunca la miró, ni le prestó atención.

Por un momento me olvidé de la plástica y sus estupideces, concetrándome en pensar que, en unos 15 días más o menos, me casaría con el hombre que amo. Me sentía emocionada. Toda mi furia fue reemplazada por amor, emoción, un sin fin de emociones lindas.

Al acabar nuestras clases, Ani y Marc se despidieron de nosotros, diciendo que irían a cine, a besuquearse en la sala nada más. Christopher me acompañó a buscar a Carlos porque él debía ir a buscar a Ela para comprar unas cosas que faltaban para nuestro gran día. Íbamos con nuestras manos entrelazadas.

- Me siento emocionado, pequeña. Nunca creí que, yo, podría ser capaz de dar éste paso tan grande pero, llegaste tú y todo mi mundo dio un vuelco enorme. - Sonreí ante su comentario.  - Sólo puedo decir: espero con demasiadas ganas el gran día en el que por fin pueda llamarte mi esposa. - Me pegó a él, dándome un abrazo; yo levanté nuestras manos y besé la suya. - Te veo más tarde, princesa. Te amo con todo lo que soy y lo que no. - Reí.

- También te amo, amor. Me avisas cuando llegues, ¿está bien? - Él asintió y dejó un pequeño beso en mis labios. Lo vi alejarse, mirando hacia atrás cada tres segundos.

Me acerqué a Carlos, quien tenía la puerta del auto abierta.

- Buenas tardes, señorita Belle.

- Hola, Carlos. - Le sonreí y me subí al auto. Él subió y nos puso en marcha.

- Señorita, iré por su hermano ahora, ¿está bien? - Miré a Carlos algo confundida.

Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y Corregida)Where stories live. Discover now