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¿Por qué tuve que ser yo? ¿Qué hice mal? No quiero hacer esas cosas que ustedes me piden, yo no quiero escucharles más ¿Por qué debo hacer esto? ¡No! no soy lo que están diciéndome, fuera de mi cabeza ahora, salgan de ahí ya no quiero que me atormenten. Dios ¿Por qué permites que ellas me hagan esto? Te lo ruego, por favor diles a las voces que abandonen mi mente, ya no quiero vivir así...Tal vez ellas tengan razón y Tú no existes, todas las personas están en mi contra, quieren hacerme daño y es porque me odian, quieren asesinarme, las voces dicen que debo cuidarme, ellas me advierten, dicen quién me hará daño, tan sólo ellas me cuidan y pensar que no las quería escuchar. Pero nunca se fueron y cada segundo eran más fuertes, entonces sé que tengo que obedecerlas, no quiero que las personas me hagan daño, lo único que quisiera es defenderme de todos.

¿De nuevo estás drogándote? ―gritaba Richard de esta situación, era al menos la séptima vez que le encontraba como ahora mismo, en una esquina de su pequeña y blanca habitacion.

¡Intentará hacerte daño!

¡Alejate de mí! ―gritó, acercándose tanto a aquella pared que pareciera que deseara hundirse en ella y así desaparecer

¿Por qué haces esto? Por favor sal de ahí ―pidió conservando un poco de calma, mientras estiraba hacia él su mano esperando la tomara

¡Alejate! no voy a dejar que me hagas daño ―advirtio Emma, su rostro no se comprendía pues reflejaba miedo pero también ira

No te haré daño, yo sólo quiero ayudarte. Por favor

¡No lo hará, él quiere hacerte daño, recueda lo que te hemos dicho, te odia!

¡Mientes! ―gritaba Emma escondiéndose en si misma, como si aquella acción le salvara de aquel quien ella creía un monstruo

Por favor Emma, soy Richard déjame ayudarte.
Esto dolía y mucho, no sabía que pasaba y por eso no sabía qué debía con exactitud hacer, pero algo estaba claro: era Richard , posiblemente un simple compañero, pero el sufriendo de depresión quería ayudarla .

No, vete no te acerques a mí

Sólo quiero ayudarte ―dijo intentando no rendirse ante aquella escena.

No, tú vas a matarme ―gritó tan fuerte como le fue permitido

¿Por qué piensas eso? Yo jamás te haría daño, eres mi amiga... y te amo ―confesó intentando tranquilizarle, teniendo un tinte de dulzura en el tono de su voz.

Emma no entendia como una persona a la cual habia conocido unos dias antes .... ¿la amaba? ella ya no creia en el amor, toda su infancia fue rechazada, solo tenia a su conejo Rosa, el que ya no estaba, ya no estaba gracias a los doctores y psiquiatras.

No, ellas me lo han dicho, dicen que solo las tengo a ellas , ellas son mis unicas amigas. ―dijo un poco asustada y triste también

¿Ellas? ¿Quiénes ellas? ―cuestionó con fastidio y algo también de preocupación

-mis amigos,Kenny y jack.

― No hay amigos ―le gritó cansado de todo aquello, cogiendo su brazo con fuerza intentando sacarle de su escondite, tras el sofá

¡Huye!

¡Ayuda! Por favor ―gritaba al momento que iniciaba a correr , a él le pareciera correr por horas distancias tan largas y casi pareciera que huía de él, en círculos

Ya basta, quédate quieta

¡Te asesinará, entonces hazlo tú primero, matalo!

¡No! Déjenme, yo no debo hacer eso ―gritaba tomándose con fuerza la cabeza, como si buscara así alejar a aquellas quienes le atormentaban

¡¿Quieres morir? Él no es tu amigo,!

Quiere hacerme daño, va a matarme

¡Así es!

Sólo quiero defenderme ―decía

¡Matalo!

No quiero que me hagan daño, sólo quiero vivir

¿De qué hablas? ―preguntaba asustado por aquello que vivía

¡Apresurate!

Ellas me lo dijeron, me hicieron pensar que era lo mejor ya que así yo podría seguir viviendo. Intenté no escucharlas, porque no quería hacerlo, no quiero convertirme en ésto. No sé que debo hacer, no sé que sucede conmigo.

Yo sólo las obedecí, no quería que él me hiciera daño, yo no quería morir. No entiendo cómo ni cuándo fue que sucedió pues todo fue tan rápido, lo único que recuerdo fue tomar aquella pistola que por alguna razón estaba guardada en un cajón escondido.
Siempre cargada en la gaveta de su mesa de noche y dispararle. Mi bala se dirigió en menos de un segundo hacia su cabeza, acabando así con su joven vida.

¡Ahora eres una maldita asesina!

― Cállense ¿Qué hice?

Mi Conejo RosaWhere stories live. Discover now