ALWAYS TOGETHER.

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ALWAYS TOGETHER.

En mi mundo sólo existimos tú, yo y el gran amor que nos une.

(.Autor desconocido.)

..

Hoy como todos los días desde hace un mes caminaba a casa solo, de nuevo volvió a declinar la invitación de Kuroko para ir a comer; le dijo a Akashi que de nuevo regresaría a casa sin su compañía, no hablo con Kagami cuando se topó con él en la salida. No le sonrió a la señora de la floristería cuando salió específicamente a saludarlo, él simplemente continuó caminando con la cabeza baja y sus manos temblando.

Cuando llegó a la puerta de su casa, quiso correr, correr sin detenerse, llegar hasta el fin del mundo, al infierno, a cualquier lugar donde no pudiera alcanzarlo o hacerle daño, pero tenía miedo y sus pies no le obedecieron, la llave que tenía ya no le servía de nada, la puerta siempre estaba abierta desde hace un mes.

Deseo con todo su corazón tener a su madre para esconderse tras ella, refugiarse en sus brazos y que ella, con una voz suave, dulce y gentil, le asegurara que todo estaría bien y que le protegería con su vida. Pero su madre no está con él, estaba a más de tres mil kilómetros y ahí estaba segura.

—E-estoy en casa. — Lanza las palabras al aire, siempre las decía al regresar a su casa y como era natural nunca tuvo una contestación y así debió seguir.

—Bienvenido de regreso, mi lindo Kouki. — los brazos de ese hombre le rodearon inmediatamente, la puerta tras él fue cerrada, Kouki cerró sus ojos intentando no llorar, temblando aún más, las luces de la casa se mantenían apagadas y la oscuridad parecía querer tragárselo. — ¿No dirás nada? — la voz de ese hombre resuena en su mente, sabe que palabras debe decir, era difícil al principio, sin embargo con terror ve cómo día a día es más fácil decirlas.

—Mayuzumi-san... — Kouki se desconecta de la realidad cuando el mayor desliza su lengua sobre su cuello, sus lágrimas comienzan a descender sobre sus mejillas y sus labios se mueven. — T-te amo.

Mayuzumi sonríe y como premio deposita un beso sobre los labios de Kouki, y como todas las noches lo sostiene entre sus brazos para llevarlo directamente a su habitación, le deposita con gentileza sobre su cama y mientras Kouki llora de felicidad, él sonríe y se dedica a observarlo por horas, en silencio, hasta que Kouki cae rendido y duerme.

Es tan indefenso, tan lindo, es tímido, amable y su sonrisa ilumina por completo su vida.

Le conoció en la biblioteca del centro, la preferida de Mayuzumi y de Kouki, fue muchas veces, pero nunca le noto, porque Kouki prefería leer con tranquilidad alejado de todos, tomaba un libro y se sentaba hasta el fondo de la biblioteca, entre los pasillos rodeado de más libros y leía.

Fue pura casualidad que sus miradas se encontraran mientras él buscaba un libro, Kouki le había sonreído dulcemente, con un bonito brillo en sus ojos cuando notó que Mayuzumi tomaba el mismo libro que él.

El corazón de Mayuzumi Chihiro se aceleró con esa simple acción, sus mejillas se sonrojaron levemente y sin tomar el libro salió de la biblioteca y esa noche solo pudo pensar en el chico extraño, solo pudo imaginarse cerca de él, besándolo, tocándolo... su sonrisa no pudo borrarla de su mente.

Al día siguiente fue de nueva cuenta a la biblioteca, esperando impaciente volver a verlo, no se equivocó, Kouki estaba ahí, esta vez en una de las mesas cerca de la entrada y en cuanto Chihiro puso un pie dentro, sus miradas volvieron a conectarse, Kouki le saludó tímidamente y se acercó a él.

—"Disculpa si te incomode ayer." — le dijo.

Chihiro sonrió y supo de inmediato que ese chico debía ser para él. Costara lo que costara, porque ambos se amaban.

No paso mucho tiempo para que averiguara su dirección, Kouki era demasiado ingenuo, demasiado inocente, demasiado puro, como para sospechar de él, se volvieron amigos, porque tenían autores en común, porque ambos seguían las mismas novelas ligeras, porque Kouki le ofreció su amistad incondicionalmente, le abrió las puerta de su casa y Mayuzumi cree que también su corazón.

Lo cree ahora y lo creerá siempre, aun cuando Kouki le decía que estaba equivocado, aun cuando al principio Kouki lloraba y gritaba por ayuda, era solo su timidez, solo eso...

Porque Kouki lo amaba y se lo decía siempre, cuando se iba a la escuela, cuando regresaba, cuando despertaba, siempre le decía: "Te amo."

Te amo.

Te amo.

Te amo.

Ama escuchar su voz, su llanto de alegría...

Pero había personas que querían apartarlo de su lado.

Sus amigos, sus vecinos, su familia...

Kouki era amado por todos ellos y eso le irritaba.

Como todos los días, Mayuzumi fue a la biblioteca, no esperaba encontrar a Kouki ese día, puesto que recordaba perfectamente, ese día tenía turno doble en su trabajo. Pero cuando las puertas del edificio se abrieron, Mayuzumi se sorprendió al verlo ahí, sentado en una de las mesas, charlaba con otra persona y eso le molesto.

Kouki era suyo.

Sus sonrisas, sus miradas, su voz, su cuerpo, su corazón y su alma eran de Mayuzumi, ese chico le tomo de las manos y beso sus nudillos, las mejillas de Kouki se encendieron y sus labios pronunciaron el nombre de otra persona.

—"¡Akashi-san!"

Y supo que debía salvarlo.

Cuando Kouki llegó a su casa esa noche, con una sonrisa tímida y su corazón acelerado, deseando que el día no terminara para que él y Akashi pudieran estar más tiempo juntos, estaba tan embobado con el latir de su corazón y las tontas mariposas en su estómago revoloteando salvajemente, que no se dio cuenta de que la puerta estaba abierta. De haberlo notado, jamás habría entrado a casa, habría corrido tras Akashi y quizás el pelirrojo habría llamado a la policía y entonces todo hubiera terminado.

Pero nada terminó, sólo comenzó.

Mayuzumi le esperaba, cuando Kouki encendió las luces, un grito salió de su boca al notar todas las paredes de su casa tapizadas de fotos suyas, palabras escritas con sangre o quizás con pintura roja, no supo ni quiso identificar que era.

"Eres mío"

Kouki corrió hacia la puerta.

Pero Mayuzumi la cerró con llave, mientras sostenía un filoso cuchillo en su mano derecha, no tuvo tiempo para sentirse aliviado, porque pensó que le salvaría, pensó que Mayuzumi estaba ahí para ayudarle, jamás imaginó que él era el culpable de todo, hasta que observó sus manos cubiertas de manchas rojas y el cuchillo que temblaba ligeramente en sus manos, Kouki dio un paso hacia atrás cuando el peligris intentó tocar su rostro.

Solo está sorprendió. Se dijo así mismo.

Obsérvalo, está temblando por lo feliz que está, esas lágrimas son de alegría pura, cubre su boca o los vecinos pensaran que haces algo malo, ata sus manos para que puedas explicarle con mayor facilidad cómo serán las cosas de ahora en adelante.

—Kouki es mío, a partir de ahora, por siempre. — Kouki negó levemente, intentando pedir ayuda, pero su boca estaba cubierta, sus manos atadas y en su cuello Mayuzumi sostenía el cuchillo, filoso, grande, frío y brillante.

¿Ves?, está feliz.

Mayuzumi sonrió.

Y las palabras que a continuación había dicho Mayuzumi condenaron la vida de Kouki a quedarse por siempre a su lado.

—Podría dar mi vida por ti... Pero prefiero quitársela a otros para mantenerte por siempre junto a mí.

—FIN—


ALWAYS TOGETHER. |MayuFuri|Where stories live. Discover now