Capítulo 2. - Valió la pena

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ㅡ MinSeok, date prisa, la mesa cinco lleva esperando más de quince minutos.

ㅡ Sí señor, en cuanto terminé con el pedido de la mesa tres se los llevo. Es sólo que hay demasiados clientes hoy.

ㅡ ¿Estás quejándote acaso? ㅡ. El hombre de expresión poco amigable, bigotes enmarañados y rostro redondo, le miraba frunciendo el ceño. Ese tipo de mal carácter y poca paciencia, para su mala suerte era su jefe. Y no podía hacer nada en contra de sus malos tratos, pues en verdad necesitaba el empleo y nadie estaría dispuesto a darle un trabajo mejor.

ㅡ N-no, no señor para nada.

ㅡ Más te vale. Ahora apresúrate.

Kim MinSeok había llegado a esa ciudad haciendo un gran sacrificio junto a su madre (antiguamente su única familia). Ahí le ofrecían una beca universitaria muy buena, inclusive incluían el hospedaje con comidas pagadas, nada podía ser mejor o eso parecía hasta que su madre enfermó de cáncer; uno poco común y demasiado agresivo, que la atacó sin piedad. Según los doctores no había mucho que hacer, ya que el cáncer de páncreas es muy difícil de detectar con anterioridad, se encontraba en una etapa avanzada y las posibilidades de sobrevivir eran escasas aún con tratamiento. Sin embargo, él estaba decidido a no dejar sola a su madre en esa batalla, quería cuidar de ella hasta que diese su último aliento y así lo hizo. Dejó la universidad, y con el dinero que tenía ahorrado mantuvo a ambos, saliendo de casa únicamente para comprar comida. No la dejaba sola un segundo y se encargaba de cualquier cosa que ella necesitara. Hasta que un día el corazón de la única mujer en su vida, ya no pudo más.

ㅡ Te amo mamá...

...

ㅡ Escúchame bien MinSeok, hoy dos personas se quejaron de tu incompetenciaㅡ. Y ahí estaba de nuevo, siendo regañado por su jefe. A veces le daba un poco de gracia (intentando encontrarle el lado bueno a todo), pues cuando ese señor se enojaba arrugaba el rostro hasta parecer uno de esos perritos de raza pug. ㅡSi algo así vuelve a suceder estarás fuera, ¿Entendido?

ㅡSí señor.

ㅡBien, me alegra que sepas cual es tu lugar al menos. Hasta mañana. Por favor termina de limpiar y cierra todoㅡ. Se dirigió a la puerta, pero antes de salir dio media vuelta para dirigirle una ultima mirada mientras lo señalaba. ㅡAsegúrate de que se active la alarma, porque si hay un robo te haré directamente responsable y tendrás que pagar todo.

ㅡ Lo haré, no se preocupe, vaya con cuidado.

A pesar de los múltiples gritos que siempre le dirigía no dudaba en mostrarse amable con ese hombre, después de todo fue el único que confió en él y le dio un trabajo a pesar de no tener estudios, ni experiencia, ni nada más que su palabra y su energía. Además, aunque fuera tan severo, sabía que en el fondo lo apreciaba como a un hijo y algunas veces había demostrado preocuparse por él preguntándole sobre sus padres, sus relaciones, lo que hacía después del trabajo y donde vivía, claro que MinSeok había mentido en todo eso. No quería la lastima de nadie y prefería mantener su historia consigo mismo.

Después de acomodar los últimos platos en su lugar y asegurarse de que todas las mesas estaban limpias, al fin dejó el pequeño restaurante cerrado. Comprobó más de una vez que la alarma estuviese activa y que todo quedara perfectamente asegurado, no podía permitirse un descuido o le costaría lo poco que tenía. Luego se encaminó a "casa", ese minúsculo departamento ubicado en la parte más alta de un edificio, cerca de una tienda abandonada donde dormían vagabundos y colindando con el "callejón del infierno" en el que varios pandilleros habían visto la noche por última vez. Sí, se escucha bastante desalentador y peligroso, ah, y sucio no olvidemos sucio. Pero al chico de mirada gatuna no le importaba nada de eso, después de todo era la única renta que podía pagar si quería seguir comprando lo indispensable y ahorrando para el gran concierto de su ángel.

Cada que los días pasaban él se mostraba más y más ansioso, pronto llegaría al punto azul marcado en su calendario. Ya tenía el boleto en sus manos e incluso había adquirido en una reventa algunos cd's originales para que el cantante los firmara. Cualquiera pensaría que no debió gastar en algo tan innecesario como eso, todos dirían que está loco por idolatrar tanto a un hombre, pero es que esa persona se había convertido en su apoyo imaginario. El destino lo había unido a su música y eso jamás lo olvidaría, al escucharlo sentía que todo estaba bien, que su realidad era alterna y que él podría extender sus alas un día al igual que el artista.

Su encuentro con el ángel fue lo que esperaba y mucho más. Sintió la fuerza de sus brazos rodeándolo, sus dedos sobre su barbilla mientras él aspiraba todo el aroma de esa costosa colonia, su magnifica voz hablándole a tan solo unos centímetros de distancia, Dios, se sentía desmayar. La respiración se le dificultó y podía sentir su cuerpo entero ardiendo en llamas, todo su rostro se tornó del mismo color rojizo del vestido que traía una de las fans. Y no pudo responder a nada de lo que el mayor le preguntaba, no solo porque estaba nervioso sino porque no consideraba que su patética vocecilla fuera digna de ser escuchada por él. Prefirió callar y cuando Chen se retiró, dejándolo solo en esa pequeña sala, por fin pudo volver a inhalar con normalidad e intentó que sus piernas dejaran de temblar para poder salir de ahí.

Los guardias lo condujeron a la salida mientras sostenía el póster y los cd's con fuerza entre sus brazos. Se quedó parado fuera del edificio unos momentos más, tratando de asimilar como era que una persona pudiese ser tan perfecta. Es que él daría lo que fuera por tener el privilegio de verlo aunque fuera seis segundos más, quienes trabajaban a su lado debían sentirse honrados, ya quisiera él trabajar cerca suyo. El inocente MinSeok ignoraba que en realidad el cantante no era lo que aparentaba, y que sus empleados masculinos lo sabían mejor que nadie...

Dicen que no se puede luchar contra el destino; lo que sucede, sucede.

Una gran sonrisa se dibujo en los labios del chico tirando de sus comisuras hacia arriba y resaltando su mirada felina mientras sus ojos se entrecerraban, dándole ese brillo especial a su rostro. Regresó a su departamento sin perder la alegría en su andar, ni siquiera tomó en cuenta el desagradable olor en la entrada a las escaleras, simplemente continuó caminando hasta su cuarto donde se dejó caer sobre la cama y observó el techo, recordando los labios de su adorado Chen, su colonia que aún descansaba sobre el suéter ya que lo había tenido tan cerca, su amabilidad y su sonrisa, esa sonrisa que podría aturdir a cualquiera, en especial a él. Sí, estaba enamorado de alguien que no conocía del todo, de alguien inalcanzable y probablemente heterosexual. Es decir, todo jugaba en contra, pero no importaba. MinSeok se conformaba con verlo en persona cuando pudiera comprar el boleto, y a través de la pequeña y rota pantalla de su televisor.

Así estaba bien. Su ángel en el cielo, él en la tierra, su corazón revoloteando cual paloma, y su fe depositada en aquel hombre que no sabía ni su nombre y que probablemente lo olvidaría luego de hoy.

 Su ángel en el cielo, él en la tierra, su corazón revoloteando cual paloma, y su fe depositada en aquel hombre que no sabía ni su nombre y que probablemente lo olvidaría luego de hoy

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Tuve algunos problemitas para subir este capítulo, como que no cargaba completo y así... pero bueno, logré solucionarlo finalmente. :) 💕
Gracias por su apoyo en este mini proyecto. ♥
L@s loveo.
Atte: Violeta! .

❛ You call me MONSTER ❜[CHENMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora