Capítulo 4

1.2K 56 162
                                    

N/A: Matenme lo sé. Les dejo lo último que paso en el anterior capítulo por si no lo recuerdan.

En el capítulo anterior:

Los pasillos de Hogwarts tras una larga jornada de gritos, carreras, rumores y paseos, hechizos y conjuros, permanecían en silencio, únicamente escuchandose la leve brisa proveniente del exterior del castillo y los incesantes cantos nocturnos de los grillos. Algunos cuadros dejaban escuchar ronquidos, mientras que sonaba algún que otro sonido que mejor no investigar. Aquello era normal para Lauren mientras paseaba por los corredores con la luz de su varita en mano.

Odiaba tener que ser prefecta. Quizás si hace dos años sus notas no hubieran sido tan extraordinarias, en ese momento en vez de dar vueltas por el colegio, estaría en la habitación de alguna conquista o podría estar en su sala común de fiesta. O incluso podría estar paseando por los pasillos que en ese momento recorría con la sensación de estar haciendo algo prohibido.

Algunos compañeros de casa la animaban diciendo que lo positivo de ser prefecto era el tener un poder que nadie tiene, y tener garantizando el poder hacer- más o menos- lo que quisiera sin ser castigada.

Pero a ella seguía sin gustarle ser prefecta. ¿Qué tenía de entrenido pillar a estudiantes enrollandose en la torre de astronomia, en los recovecos oscuros de los pasillos o en los propios baños de prefectos?

Lo único que la contentaba era ir a la biblioteca y leer. Leer montones de libros sobre arte o sobre poesía muggle. Era increíble ver mediante la lectura lo que podían hacer las personas sin magia.

En varias ocasiones les había pedido a sus padres ir a Londres ha visitar algun museo, pero la escusa de siempre era el tiempo que aquello suponía para ellos y jamás permitirían dejarla ir sola. Tenía el consuelo que al terminar ese curso, podría ir por fín.

La puerta de biblioteca apareció tras girar el pasillo. Los recuerdos de la pasada noche con Camila resurgieron en su cabeza. ¿Por qué la gente seguía teniendo tantos prejuicios después de tantos años? Medio siglo y una decada tras la muerte del mayor mago tenebroso, Voldemort. Era cierto que habían surgido pequeños amantes de la magia oscura a los que se les frenaban pronto los pies enviandolos a Azkaban, pero no todos eran de Slytherin. ¿Entonces por qué aquello?

Uno de los principales deseos de Lauren era desmotrar a su colegio que por ser una Slytherin no sentía ninguna atracción hacia las Artes Oscuras.

Los Jauregui descendían de una de las principales ramas de mortifagos. Pero ella limpiraría su apellido.

Ingresó en la biblioteca cerrando la puerta cuidadosamente a su espalda. Su varita encendida alumbró la zona.

Continuó caminando hasta la zona muggle.

Recorrió con su dedo índice las encuadernaciones de los libros de la letra "E". Lauren observó sus dedos, largos y estilizados, y sus uñas cortas, acariciar con cariño aquellos libros y un recuerdo la llevo a su infancia, en sus comienzos en Hogwarts.

Su primer año fue bastante duro. No estableció amistad con los ñiños de su casa, y en ese entonces Vero tenía más amistades que le impedían pasar tiempo con ella y con Normani no estableció amistad hasta el siguiente curso. Al verse sola, su único recurso para pasar el tiempo era leer libros. Al principio había comenzado con la historia de la magia. Leía sobre todo los acontecimientos ocurridos en la Edad Media con la caza de brujas. Más tarde, descubrió la lectura muggle, pero en específico los libros de arte y poesía contemporánea. Siempre que podía, conseguía sacar algún que otro libro de la biblioteca para leerlo en su cuarto o bajo los árboles del lago.

Tempestad - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora