E-l N-a-c-i-m-i-e-n-t-o

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Les contaré la historia de nuestra vida, hace algunos dieciocho años dos jóvenes de 19 años de edad se conocieron en Ontario, Canadá y se enamoraron perdidamente, aquel amor era tan pero tan grande que en ese mismo instante (es decir, tres o cuatro meses después) se casaron y cuando cumplieron un año de casados se enteraron de que serían padres, era una noticia muy importante para ambos, los dos pensaron que sería un niño pero al poco tiempo supieron que era no solo una, sino dos niñas, la pasaron genial con el embarazo, a pesar de aquella noticia, puesto que, dos niñas, al mismo tiempo era una gran responsabilidad, no hubo complicaciones si no hasta los ocho meses cuando sufrieron  un terrible accidente automovilístico en el que casi perdió a las dos bebitas y en el hospital los médicos pudieron salvarlas así que tuvieron dos hermosas hijas mellizas, eran dos hermosas rubias a las cuales decidieron llamar Michelle a la mayor y Emily a la menor.

Michelle y yo nos querían mucho, jugábamos juntas, a ambas siempre nos gustó mucho bailar y solíamos ser inseparables, incluso teníamos algo que hacía que nuestras enfermedades empeoran a la vez, es decir si Yo me enfermaba Michelle también, o si ella lloraba, yo sentía la necesidad de hacerlo también, y así era. Éramos muy pero, muy unidas hacíamos todo juntas solo que Michelle era un poco más sencilla que yo, yo siempre hacía todo con Glamor y me creía siempre la reina del mundo mientras que Michelle no era así. Pasaron dos años hermosos llenos de amor y cariño, recuerdo que cuando apenas empezamos a aprender a hablar nos pusimos apodos, Michelle era Chell y yo era Emi, Em o simplemente Ily así nos decíamos la una a la otra.

Dormíamos juntas y pasabamos el día entero juntas y nada ni nadie podía separarnos si se llevaban a Michelle, yo siempre hacía un berrinche y si me llevaban a mi, Michelle lloraba como si fuera a inundar la ciudad con sus lágrimas. Cuando nuestras tías nos sacaban a pasear debían llevarnos a las dos o a ninguna, aunque casi siempre querían llevarse a Michelle por ser la más tranquila pero yo siempre quedaba haciendo berrinches y tenían que llevarme con Michelle o traer a Michelle de vuelta y en cuanto metían a Michelle al auto y ella veía que su yo no estaba lloraba y lloraba y solo podía calmarla el verme de nuevo. Me divertía mucho con el pelo de mi hermana ya que era ondulado y rebotaba siempre que lo halaba, y a Michelle le encantaba mi pelo lizo, esa era una de nuestras diferencias. Otra diferencia la altura, Michelle siempre fue mucho más alta que yo tal vez por ser la mayor o porque cuando nací era muy pequeñita. Nuestros padres nunca quisieron ese rollo de confundir a las gemelas por eso nos llamaron Emily y Michelle cuyos nombres no se parecen en nada y nunca pero nunca nos llegaron a vestir iguales para así no confundirse y la verdad nunca lo hicieron ya que era muy fácil distinguirnos a ambas por ser tan diferentes, por ejemplo, yo tenía los ojos de nuestra madre, de color azul, mientras que Michelle tenía los ojos marrones al igual que nuestro padre, otra diferencia que yo tenía el pelo lacio mientras que el de Michelle estaba lleno de ondas. Eramos una familia tan feliz ¿no? Con dos hijas hermosas que se querían y dos padres que se amaban mucho pero esa felicidad estaba a punto de acabarse...

[ Editado: 25/09/2018 ]

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