EL SR. Y LA SRA. AGRESTE

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-No te das cuenta Adrien, ella es una zorra... -dijo Alya completamente alterada- ¿No te das cuenta?, ¿no te vasta con nuestras palabras? Ella no es la chica de la promesa. Estúpido Adrien, recapacita...

-Alya, que tú emparejes a tu mejor amigo con una completa desconocido no me interesa. Yo hago de mi vida lo que se me pega mi regalada gana. Entiende, Liz me lo contó todo con lujo de detalles. Incluso esta triste por que Tikki está muerta...- Alya, una bola de Furia miró a Nino que se negó a intervenir. Sabía el moreno que era lo que venía y eso era que Adrien se largaría a su cuarto.

-Dejemos de pelear. Adrien tiene razón. Si le toman el pelo es bajo su propio riesgo...-le dijo a Alya tomándole de la mano. Nino sabía que esa chica no tardaría en sacar las garras. Aun no lo hacía en toda la preparatoria pero si lo hizo una vez con él. Lo rebajó a niveles deplorables cuando comenzó a narrar distorcionadamente historias sobre sus gustos.

-Pero NI-NO! –La jaló hacia él y le susurró algo que a ella le tranquilizó completamente- Esta bien...

-Pasa algo muchachos...-dijo Gabriel mientras miraba a su hijo algo agestado por la pelea con Alya.

-No, claro que no...-dijo Alya mientras sonreía a la madre de Adrien y saludaba al Sr. Agreste con mucha familiaridad. Nino por su parte se mantenía distante. Gabriel Agreste creía que era una mala influencia para Adrien así que prefería no hablar.

-Nino...-dijo Gabriel tomándole el hombro- Espero que estés bien. Eres muy bienvenido a esta casa y lo sabes...-Nino sonrió solo un poco pero sin algo en particular que decir solo estrechó la mano del padre de Adrien en señal de haber resuelto todo.

-Alya...-Rosalía se acercó a la morena, la llevó a un lado de la sala y le sonrió cálidamente para demostrarle familiaridad - quisiera hablar contigo en el despacho. Tardaremos unos diez minutos para servir el almuerzo. Quisiera aprovechar para hablar sobre tu periodista del otro día...

Salieron por una de las puertas de la sala mientras Gabriel distraía a los chicos. Si, Gabriel tenía a veces formas jóvenes y distorsionadas de ver la vida y hoy tocaba hablar sobre el Básquet. No tardó en hacer un juicio crítico y eficaz sobre la forma de jugar del Louis-le-Grand, Saint-Louis entre otras muy reconocidas en todo París. Nino estaba sorprendido como una persona tan sería podía simple volverse un adolescente. Adrien reía ahora, sabía que su padre no era del todo duro, sino que como cualquier otra persona trataba de criar a un hijo.

-Básicamente lo que los detienen ante ellos es los dos jovencitos el número 17 y 67, son jóvenes encestadores...-Adrien se sentó en el sillón y miró a un punto fijo en aquella sala.

-¿Crees que podamos vencerlos esta temporada? Necesito entrenar y ganarle a esos dos números. No sé cómo se llaman, no sé de donde vienen. Lo único que sé es que la misión como capitán de la Francoise Dupont es derrotar a esa escuela y coronarnos por primera vez campeones...

-Brother. Nosotros nos hemos preparado desde el año pasado. Tú eres nuestro capitán y hemos entrenado duro durante mucho tiempo. Contigo ganaremos la copa interinstitucional de Básquet, definitivamente lo haremos...-Nino, un apoyo más que moral para Adrien. El rubio era inseguro y casi nunca se dejaba ver apasionado delante de su padre. Tenía un perfil bajo frente a él y una reputación que cuidar ante su madre. Pero hoy, demostró más que una actitud fría, demostró la actitud de un hombre que estaba dispuesto a comerse el mundo.

Alya subía las enormes escaleras al segundo piso. Nerviosa por lo que le diría la rubia madre de Adrien simplemente decidió suspirar y apretarse las manos como respuesta a su ansiedad. Rosalía cerró con cuidado la puerta y luego invitó con total amabilidad a la morena a que tomara asiento.

The Best Friends ||Adrianette||Where stories live. Discover now