Capítulo 5: Eternidad

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"―Yo lo maté."

Las palabras resonaron en su cabeza, dispuestas a quedarse allí.

Lo miró con incredulidad, al mismo tiempo que empezó a negar con la cabeza.

―No puede ser...―dijo ella, casi en una súplica.

El demonio resopló y se rascó la cabeza con cierta molestia.

―Los tíos estos de la organización, cómo ya sabes, pusieron bombas en la organización dónde trabajaba tu padre y en casi todos sus vehículos ―empezó a explicarle―. Cuando una de las bombas explotó en uno de los todoterrenos, estando tu padre dentro, pues claro, acabaron todos bastante jodidos. Pocos supervivientes, pero los suficientes para que él decidiese luchar.

>>La putada es que estando fuera de la ciudad, por muy Cazadores o exorcistas que fuesen, los demonios no tardaron en empezar a llegar. Él tuvo una reacción parecida a la que tú misma tuviste, pero con motivos más humildes, supongo. Hizo un círculo de invocación, y bueno, de ese círculo acabé saliendo yo.

>>Me pidió que matase a todos los demonios de la zona y que salvase a los pocos supervivientes que quedaban después del "accidente". Hicimos el trato. Yo me encargaba de los demonios y de sus amigos, y él me ofrecía su alma a cambio. En realidad me ofrecía mucho más que su propia alma. Ya sabes a lo que me refiero. Al fin y al cabo, los Cazadores nunca están solos.

>>Cumplí mi parte y él cumplió la suya. Me lo cargué y devoré su alma junto con el otro. Y por lo que veo, al final todo llegó a la ciudad con el mensaje de que un gremio de ladrones les había intentado robar con mini explosivos y que luego habían sido pillados de improvisto por un grupo de demonios. Todo quedó en que fue un accidente. Pero bueno, esa parte ya la conoces.

Luna no sabía si temblaba y lloraba de rabia, impotencia, tristeza o confusión. Ella sabía que la muerte de su padre no había sido un simple accidente, pero tampoco se esperaba esa historia. Quizás la estaba mintiendo, pero no tendría ningún sentido.

Su padre había dado mucho más que su vida para poder salvar a todos sus camaradas. Se había preocupado por ellos y había luchado con ellos hasta el final. ¿Y qué había hecho ella? Actuar con una frialdad digna de un psicópata. En algunas ocasiones las imágenes del accidente aparecían en su cabeza, pero no sentía nada al verlas. Puede que no tuviese demasiada buena relación con ellos pero, ¿no debería sentir al menos un poco de empatía?

Se había empezado a transformar en un monstruo, y había acabado de hacerlo en el momento en el que decidió salvar su vida de forma temporal para cumplir con una estúpida venganza que ella misma se había propuesto. Y por añadir cosas, estando en ese momento rodeada de cadáveres, no lograba sentirse triste por ellos. Por aquellos corazones que habían dejado de latir, y que muy posiblemente habrían dejado a otras vidas abandonadas.

Pero ya no. Nada de eso importaba. Estaba frente al ser que había matado a su padre. Le daba igual que hubiese sido su padre quien le hubiese llamado, al igual que había hecho ella. No estaba dispuesta a olvidar todos esos años de estrés y humillación.

―La cosa está en qué nuestro pacto interfiere con mi propia vida, por lo que lo tenemos un poco chungo. Si yo me mato o dejo que me mates, yo habré cumplido mi parte del trato, pero tú no habrás cumplido la tuya ya que yo no podré quedarme con tu alma...―explicó pensativo.

Claro. Claro que sí. Sí lo mataba, cumpliría con su objetivo y encima podría sobrevivir. Podría seguir viviendo para poder destruir esa sucia organización que se había atrevido a causarle la muerte a su padre.

En un movimiento rápido, Luna cogió el uno de los cuchillos a prueba de demonios que aún llevaba encima uno de los exorcistas muertos. Junto con un grito, se abalanzó hacia el demonio y se dispuso a clavarle el cuchillo en el corazón.

Un último deseo...حيث تعيش القصص. اكتشف الآن