¡Mi monótona vida!

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Aparto las mantas que cubren mi cuerpo, con pereza miro mi habitación esperando recordar un motivo por el cual levantarme. Me siento más solo que nunca, desorientado y con cientos de incógnitas a cerca de lo que haré a partir de ahora.

Después de la discusión con Ryeowook tengo claro que eso nunca va  ir más allá de un acuerdo sexual. Basta con recordar sus frías palabras para que desista de la idea de volver a su lado, sería ingenuo de mi parte creer que puedo hacerlo cambiar de opinión y tener algo.

Lo mejor que puedo hacer es abandonar el trabajo, sé que voy a decepcionar a Heechul con esta decisión, pero es lo mejor para mí. No soportaría trabajar al lado de Ryeowook ocultando mis sentimientos como si fueran un pecado, una vergüenza que me carcome por dentro. No podría entrar a la oficina sin los deseos de darle un beso y desearle un buen día, o preguntarle cómo se encuentra y ayudarle en todo lo que necesite.

No podría contener mis deseos de amarlo.

Me muevo con pereza entre las cobijas, no tengo ánimos de nada, no quiero salir de mi apartamento, de mi comodidad, no quiero enfrentarme a la realidad que me espera allí afuera.

Duele.

Duele tanto.

¿Así se siente ser rechazado?

Me acomodo sentándome en el filo de la cama, miro un punto en la nada de mi pared blanca queriendo hallar respuestas. Sé que no soy muy atractivo, que tengo más cabeza que personalidad, que hablo raro, que tengo manos pequeñas, que tengo aura de asesino y otro sin fin de defectos a los que me había acostumbrado. No esperaba odiar todo esto de mí un día, al menos no como sucede ahora.

Envidio a Siwon, realmente lo hago. Va a tener la oportunidad de estar con Ryeowook, de reír con él, de acompañarlo en cada momento y construir una vida. 

Aprieto mis puños.

¿Qué tiene él que no tenga yo?

¿Lo tiene más grande? ¿Tiene una sonrisa más linda? ¿Lo hace reír? ¿Lo trata mejor? ¿Tiene más dinero? ¿Mejor ropa? ¿Mejor cuerpo? ¿QUÉ TIENE?

Inevitablemente recuerdo aquel primer día en que lo conocí, cuando Siwon estaba sobre él embistiéndolo sin piedad. Él gemía bajo su cuerpo de placer, la satisfacción estaba grabada en cada poro de su piel  ¿En qué momento pensé ocupar el lugar de Siwon? ¿En qué momento pensé tener un espacio en la vida de Ryeowook?

Ryeowook, ven conmigo.

Duele no tenerlo, duele saber que nunca voy a tenerlo entre mis brazos.

¿Existirá alguien después de él?

No sé si soportaré verlo una vez más sin caer a sus pies y rogarle que me ame. No podría verlo sonreír lejos de mí, ni siquiera sé si tendré la fuerza para mirarlo a los ojos sin caer en el pecado de besarlo.

Observo mi celular sobre la mesa de noche y lo tomo entre mis manos, dejo que la pantalla brille iluminando mis decepciones.  No hay nada. Sólo un mensaje promocional de mi línea telefónica y un par de llamadas perdidas de mi mamá.

¿Y qué esperaba?

¿Cientos de mensajes y llamadas perdidas de Ryeowook preguntándome dónde me encontraba?¿Su voz al otro lado de la línea diciéndome que me ama? Por favor, Jong Woon. Despierta. Él sabe dónde vivo y no viene a buscarme, tiene mi número y no me llama 

¿No son suficientes motivos?

Fui uno más de tantos.

¿Cuántos hombres no habrán estado entre sus cobijas? ¿Cuántos labios no habrá besado? ¿Cuántos? De solo pensarlo ardo en ira y decepción, me sumerjo en la tristeza.

Locuras de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora