Elizabeth Middleford

2K 199 21
                                    

Sebastian

Ciel y Undertaker acaban de irse y yo ya me siento preocupado, por lo regular no me sentiría asi, pero hay algo en André e Irina que no me da confianza, no están actuando solos...
Alguien debió enseñarles como andar por el mundo sin ser detectados pero ¿quien?
Ya no cabe duda de que puedo tener sentimientos, Ciel ha provocado muchas cosas en mi, para mi infortunio, no me siento feliz como se supone que debería ser, estoy angustiado, me preocupa que se fuera solo con el shinigami, si André e Irina los acorralan talves tarde mucho en llegar en su ayuda. Aunque... A decir verdad, también es por que estoy muy celoso, Ciel jamás había accedido a que alguien más lo acompañara en una misión de estas, y yo crei que está no sería la excepción. Además de que se van muy campantes me dejan con la insoportable prometida de Ciel. Por suerte no ha salido de su habitación desde la cena pero eso no importa, igual tengo una ganas impresionantes de asfixiarla.
-Señor Sebastian - Carajo... Es Paula. Ya se había tardado, pero teniendo la campanilla de servicio no se por que tiene que venir a buscarme a mi habitación.
- Señorita Paula, ¿Que necesita?
- Perdone por tener que venir hasta sus aposentos, pero necesitaba hablar con usted sin que mi joven ama nos escuchara
- Esta bien. Digame en que puedo servirle
- Es mi ama, ella... Ella cree que el joven Ciel le es infiel, si no ha salido de su habitación es por que la tristeza la esta consumiendo y yo ya no se como animarla, entonces pensé en usted
- ¿En mi? No la entiendo ¿Por que pensaría en mi?
- Por que usted es la persona en la que el Conde más confía, no se despega de usted ni un segundo así que supuse que podría explicarle a mi ama que su prometido le es fiel.
Me tardo unos segundos en contestar, me encantaría responderle que no, y decirle que ojalá y su ama de pudra en el infierno, pero sinceramente no la quiero ahí, además debo apoyar a Ciel
- Por supuesto Paula, en un segundo estaré ahí
- Gracias señor Sebastian
Tomo mi saco y me lo pongo mientras camino por el pasillo con dirección a las escaleras.
*toc toc toc
- Lady Elizabeth, soy el señor Sebastian, ¿Puedo pasar?
- ¿Para que? ¡Largate! - su voz se escucha ahogada debe estar hablando con la almohada en el rostro
- Por favor Señorita, permita que hable con usted sólo unos minutos
- ¡¿No entiendes!? ¡Te dije que no!
Para colmo tengo que estarle rogando, como si no fuera suficiente con todo lo que llevo encima, suspiro y llevo los dedos de mi mano derecha hasta la sien, intentemos de nuevo.
*toc toc toc
-Lady Elizabeth, por favor
El silencio reina por varios segundos de este y el otro lado de la puerta, estoy a punto de marcharme cuando escucho su voz
- Pasa
Giro el picaporte y empujo la puerta, miro a la prima de Ciel y está en una situación deplorable, no tiene una sola luz que ilumine el cuarto, se ven objetos rotos y dispersados por el piso y ella se encuentra observándome sentada en la cama con la pijama puesta y el cabello demasiado alborotado, se bota tristeza y furia en su mirada, también puedo notar como cierra los puños y los aprieta tanto que si continúa de esa forma se enterrará las uñas en la palma de sus manos.
-¿Y bien? ¿Que diablos quieres?
- Señorita Elizabeth, he venido por que Paula me ha llamado...
-¡¿Y a esa estúpida que le importa?! ¡No tiene por qué meterse en lo que no le importa!
-Lady, le pido que guarde le calma
-¿¡Y como quieres que guarde la calma si prometido me está siendo infiel!?
-No entiendo de dónde ha sacado semejante disparate
-¿disparate? ¡No es un disparate! Yo sé muy bien lo que digo por que... Por que...
-Señorita Elizabeth, le pido uno vez más que se calme, sus gritos se escuchan por toda la mansión, debe confiar en mí joven amo, el jamás la defraudaría de esa manera, si todo esto es por que él casi no ha pasado tiempo con usted es por que se ha sentido mal por su asma, además de tener muchísimo trabajo de la compañía y como perro guardián de la reina, confíe en mí. El joven amo no tiene tiempo para esas cosas y puedo meter las manos al fuego por el por qué soy yo quien está con él todo el tiempo
Elizabeth se me queda viendo por un largo tiempo, parece decidida pero de vez en cuando se nota duda en su rostro, no puedo darme una idea de lo que pasa por su cabeza. O al menos hasta que la escucho hablar
- Confíe mucho tiempo en ti Sebastian. Lo sé todo. Los vi... A ti y Ciel, y también sé que eres un demonio y que Ciel tiene un contrato contigo...
El silencio reina en la habitación, nunca me había sentido asi, vaya que he descubierto sensaciones nuevas a diario... Pero esta debe ser la peor, las puntas de mis dedos están heladas, las palmas de mis manos sudan y un frío invernal recorre mi cuerpo poco a poco, desde mi columna hasta los dedos de mis pies, jamás creí que está niña pudiera sorprenderme en algo, lo que me tiene más desconcertado es ¿como logró vernos sin que yo lo notara? ¿Quien le contó sobre el contrato? ¿Que pasará ahora?
- Lo sé todo... - repite en un susurro mirándome con ira
- Creo que está un poco confundida
- ¡No digas estupideces! ¡Tú y yo sabemos que no estoy confundida!
- Talves la tristeza le esta nublando un poco la razón
Elizabeth comienza a llorar, sus lágrimas corren por sus mejillas como si de ríos se tratasen, debo persuadirla e intentar hacerla cambiar de parecer
- My Lady, le pido por favor se calme y me escuche, todo esto no es más que una confusión, el joven amo y yo jamas hemos hecho algo que manchara la reputación como Conde y menos de usted como su prometida, talves le ha afectado el no salir, estar entre cuatro paredes produce daños severos a la cabeza ¿Por que no se viste y salimos a caminar un poco?
-¡Deja de tratarme como si estuviera loca! - la rubia salta de la cama y se abalanza hacia mi, cerrando lo puños comienza a golpear mi pecho una y otra vez mientras llora a gritos y repite una y otra vez lo mismo - ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!
No lo soporto más. Tomo a la niña por los brazos y la arrojo de nuevo a la cama, estando ahí la pongo boca arriba y tomo su pequeño rostro entre mis manos apretando sus mejillas
- Odiame todo lo que quieras - susurro mirándola a los ojos - De igual manera Ciel ya es y será siempre mio, ¿O que creías? ¿Que se fijaría en alguien tan patética como tú? Pensé que eras estúpida pero no tanto...
Las lágrimas han dejado de salir de sus ojos, ahora me mira de nuevo con furia
- ¡Sueltame! ¿Que es lo que
pretendes? ¿Matarme? ¡Pues hazlo!
- Yo no gastaría energías en alguien como tú, tengo mejores cosas que hacer
-¿Como revolcarte con mi prometido?
- Lo dijiste tú - respondo con una sonrisa maliciosa
- ¡Ya basta! Sueltame
- Como desee, My lady
Me levanto de la cama arrojando sus brazos con una fuerza moderada, acomodo mi ropa y me dispongo a salir cuando la escucho hablar de nuevo
- Sebastian, detente, no hemos terminado de hablar
- Oh es cierto, déjeme dar mi último comentario: No te atrevas a ensuciar la reputación de Ciel Elizabeth, puede que hasta ahora estés a salvo gracias a que el me impide hacerte daño, pero si llego a escuchar un solo rumor de MI CIEL... No me detendré e iré a buscarte, donde sea que estés te encontraré y te cortaré el cuello de lado a lado
- No me asustas demonio
- ¿Ah no? Pues debería... Tengo una duda, ¿quien te dijo sobre el contrato con Ciel? ¿Y como lograste mirarnos sin que yo me diera cuenta?
- Eso no es de tu incumbencia, lo que si puedo decirte es lo siguiente, hagamos un trato
Los espasmos musculares aparecen en mi provocados por la risa, de verdad que esta chica no sabe cuando parar
- Estoy hablando en serio
- ¿Un trato dices? ¿Y como que tipo de "trato" haríamos? No tienes nada que me interese
- Claro que sí, tengo un alma
- ¡Por favor! Tu alma no vale más que la de un vagabundo, no se la daría ni a mi mascota
- Sólo escucha lo que tengo que decir
Suspiro pesadamente y aguardó las carcajadas, cuando logró tranquilizarme acepto su petición
- De acuerdo
- Bien. Es cierto que Ciel esta enamorado de ti, pero a pesar de ello yo soy su prometida y eso no lo podrás cambiar a menos que Ciel quiera. Por eso te propongo esto, una competencia a contrarreloj
- ¿Competencia?
-Así es. Te doy dos semanas para que convensas a Ciel de romper su compromiso conmigo, al mismo tiempo yo intentaré enamorarlo, si ganas yo misma romperé mi compromiso con Ciel y te dejaré terminar con mi vida de la forma más cruel y lenta que se ocurra, además podrás llevarte mi alma y hacer lo que quieras con ella
- ¿Y si tu ganas? Claro que lo dudo mucho
- Romperás en contrato que tienes con Ciel, te marcharás y nunca volverás, te asegurarás de que te odie antes de irte y además dejarle en claro que sólo puede disfrutar del amor si es conmigo.
-Vaya que estás segura, no entiendo en qué te basas para estar tan confiada. Tengo una última duda, ¿Como puedo estar seguro de que cumplirás con tu parte?
- Por que es una promesa
- Buen argumento, pero eso no me basta
-¿Que más quieres entonces?
Sonrio maliciosamente, aún así ella no cambia su expresión. Te haré caer Middleford.
- Haremos un juramento más profundo
- Supongo que tú también lo harás
- Por supuesto - la tomo de la mano, muy delicadamente, la llevo hasta la ventana y tomo su otra mano obligándola a mirarme a los ojos - repite después de mí
-Haec est promissio ad agnitionem verutatis ac consequat pepigi fuedus cum pater demo (Esto es una promespromesa, hecha con sinceridad y completo conocimiento de sus consecuencias, he hecho un trato con el padre de los demonios)
- Haec est promissio ad agnitionem verutatis ac consequat pepigi fuedus cum pater demo
- Tradidit dominus omnem salutis a Deo deficiret iuramento (Renuncio a toda salvación por parte de Dios nuestro señor en caso de fallar a mi juramento)
- Tradidit dominus omnem salutis a Deo deficiret iuramento
-Eritis sicut fidelus servus et Luciferi ( para convertirme así, en sirviente y fiel seguidora de Lucifer)
- Eritis sicut fidelus servus et Luciferi
Un destello color carmesí cruza sus ojos, el juramento está hecho.
- ¿Eso es todo?
- Sí
-Debo retirarme, mi joven amo esta cruzando la puerta ahora mismo, buenas noches My Lady
Me dirijo a la puerta casi corriendo, necesito hablar con Ciel y saber que fue lo que sucedió. Necesito sentirlo cerca de mí.
Me poso junto a la puerta de la mansión y la abro, el entra solo, parece que Undertaker ha decidido retirarse, fue una buena decisión.
-Buenas noches Bocchan
- Sebastian... - susurra con los ojos llenos de lágrimas
- ¿Ciel... Que sucede?
Ciel me rodea con sus brazos y hunde su su rostro en mi abdomen
-Jurame... - solloza - jurame que no me dejarás nunca...
- ¿Ciel de que hablas? Ven te llevare a tu habitación - cierro la puerta y cargo a Ciel para subir las escaleras, el se aferra a mi cuello y los temblores musculares me hacen darme cuenta de que sigue llorando.
Al llegar a la habitación recuesto a mi pequeño y lentamente me acomodo junto a él tratando de no lastimarlo - Dime que sucedió
- Él... Logró hacerme dudar, te juro que resistí lo mas que pude, pero sus palabras terminaron envolviéndome
- ¿De que hablas?
- Sebastian
- ¿si?
- ¿Es cierto que tienes prohibido enamorarte? ¿Es cierto que si lo haces, Dios te castigará? ¿Él te apartará de mi lado?
Su voz se quiebra conforme habla, se nota miedo en él, el mismo miedo que siento yo
- Ciel, te juro, que pase lo que pase no me alejaré de ti
- ¿Pero que pasará si él quiere castigarte?
- Por ti aguantaría eso y más
- Pero yo no quiero que te hagan daño
- Hey... Estas hablando con el primer ángel caído, no pasa de que me hagan algunos rasguños
- Sebastian... Te amo
<<Y yo te amo más Ciel, tanto, que daría mi vida por ti>> pienso.

YUANFENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora