Lazos de orgullo [Oneshot]

Lazos de orgullo

El joven rubio observaba una tumba que rodeaban varias personas, y suspiró, desviando la mirada. Habían pasado muchas cosas desde que se habían encontrado en esa mansión rodeada de nieve.

[...]

-N-No puedo perder aquí... M-Mi honor de Zeppeli no lo permitirá...

-¡Caesar!

El rubio abrió un poco más los ojos por la sorpresa al oír una voz detrás suya, y pasos. Joseph y Lisa Lisa habían llegado al lugar antes de que sucediese una catástrofe mayor. El hombre del Pilar se mantenía impasible, y simplemente se dio la vuelta, subiendo las escaleras.

-Eres un luchador honorable, Caesar. Pero no es contigo con quien quiero luchar. Tienes mis respetos.

-¡E-Espera! ¡No he acabado contigo!

El hombre se paró en seco, en silencio, con los ojos cerrados.

-Te respeto como guerrero, por eso te dejaré con vida. Para que te hagas más fuerte y nos podamos enfrentar de nuevo.

Tras eso desapareció tras la puerta, y el rubio cayó de rodillas al suelo, golpeando con el puño este.

-¡Maldita sea!

-¡Caesar! ¿¡Estás bien!?-dijo la mujer, subiéndose las gafas de sol, preocupada pero firme.

-S-Si, no es nada...-dijo intentando levantarse, pero se tambaleó, y el castaño tuvo que sostenerle para que no cayese de nuevo al suelo.

-¡No estás bien! ¡Podrías haber muerto! ¿¡En qué diablos pensabas!?

-¿¡Y qué sabrás tú!? ¡Esta no es tu pelea, Jojo! ¡Tengo que ir a por él!

-¡Mira, lo siento, ¿vale?! Lo de antes estuvo fuera de lugar, lo admito, ¡pero no te sacrifiques tú también!

-... Joseph...

-¡Ninguno de los dos somos nuestros abuelos, así que podemos cambiar el destino, no tenemos por qué acabar como ellos! 

-...

-Debes descansar, Caesar. Si sigues luchando en este estado... Morirás.

El rubio desvió la mirada, sabía que tenía razón, y eso le quemaba por dentro en forma de rabia. No había llegado hasta aquí para descansar cuando más le necesitaban, pero la verdad es que las palabras del joven Joestar le habían hecho pensar, y bastante. Simplemente apartó al castaño con suavidad y se quedó de pie, cruzado de brazos, aún con un poco de sangre recorriendo su frente.

-... Está bien. Pero júrame que volverás vivo, idiota.

-... Lo juro.-dijo serio. Tras eso el rubio asintió convencido y se quitó la bandana de la cabeza, tendiéndosela al chico.

-Llévatela, si yo no puedo estar en la batalla al menos el orgullo de los Zeppeli lo estará.

-¿Qué? Caesar, es tuya, yo no pued-

-¡Solo hazlo!

-... De acuerdo.-dijo el castaño, cogiéndola y guardándola en uno de sus bolsillos.

-Volveré al hotel. Si pasa algo intentaré venir. No hagas estupideces.

-No podría, tú te llevas toda la estupidez.-dijo el chico sonriendo vacilón, y el rubio arqueó una ceja, sonriendo levemente después.

-Capullo...

[...]

-Prometiste que volverías vivo, ¿entonces por qué...?