Toc, toc.

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Me despierto sobresaltada.

Las 3 de la mañana. Rápidamente, como hago desde que me alcanza la memoria, trato de recordar lo que estaba soñando unos segundos antes, es un juego que me encanta hacer desde pequeña. A diferencia de otros días en los que acabo descargando mi impotencia contra la pared por no recordar ni un mísero detalle, hoy, algo ha cambiado.

Doy una vuelta sobre la cama mientras devuelvo la manta a su lugar correspondiente, debí tirarla mientras dormía...ahora tengo frío, a pesar de encontrarnos en pleno mes de Junio. Decido que a partir de ahora dormiré con un pijama que tape algo de piel,porque este...vaya alegría para la vista.

Dejo de distraerme con tonterías y vuelvo a mi cometido, ¡deseo recordar ese sueño tan intrigante! Dura sólo un instante, pero una imagen acude a mi mente. ¿Lluvia? Tan sólo espero que esta vez no signifique nada, me gustaría pasar mañana el día en la playa, sobre todo si es con él... Me duermo de nuevo pensando en sus ojos.

Horas más tarde, ya descansada, me despierta la luz que irradian los pequeños agujeritos de la persiana. Eso significa...¡sí! Voy corriendo hasta el balcón y dejo a mi rostro disfrutar de los rayos del sol durante un par de minutos.

La alegría me invade y, dando saltos, cojo el teléfono y marco ese número que tan bien me sé desde hace un mes. Dos piiii, y esa voz que hace que mi corazón de saltos cual atleta suena al otro lado:

-¿Quién es?
-La morenaza espectacular con la que te vas hoy a la playa
-Ah, sí, María ¿verdad? ¿O era Lucía?
-¡Capullo! -me encanta picarme con él y que el pequeño enfado acabe en un abrazo. En este caso me manda un sonoro ¡muak! a través de la línea. -¿Me recoges dentro de una hora, así me arreglo?
-Claro Shei. Estoy deseando verte.

Un escalofrío recorre mi cuerpo a la vez que cuelgo el teléfono. Me encanta cuando pronuncia mi nombre.

Voy a la habitación de mi madre para decirle que hoy paso el día fuera y tras un ¡Pásatelo bien y recuerda echarte crema solar! se vuelve a dormir y yo corro a arreglarme. Hoy tengo que estar perfecta, quizás es el día, ¿se atreverá?

Abro la puerta del armario y busco el bikini tan bonito que escogí el otro dia con Ingrid.
"¡Fiu, fiu, estás impresionante nena!"

Ojalá estuviese en ese momento conmigo para poder ayudarme y calmarme, como solo ella sabía.

Me pongo el bikini y después, un short de un color oscuro a juego con un top playero. Ahora toca cita con el espejo y el maquillaje. Mientras me dirigía al baño, llaman a la puerta. Tengo demasiada prisa así que decido que sea mi madre la que abra.

Mientras me hago un moño para tener una mayor comodidad a la hora de maquillarme, oigo una voz masculina que proviene del vestíbulo. Es imposible...
-Cariño, ¡es por ti!

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⏰ Última atualização: Jun 03, 2016 ⏰

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Encender la llama sin quemarse en el intentoOnde histórias criam vida. Descubra agora