La ebria del bar.

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La veo caminar sacando unos papeles de una impresora, oh, que lindo trasero se ve en ese pantalón de tela '' ¡Quién fuera pantalón!'' pienso pervertidamente viendo el trasero de Nicole.

Sigo trabajando, recuerdo el día de ayer cuando Kate se bajó en el piso 7. Llevo 4 años viviendo ahí y nunca la había visto. Aunque la verdad, con suerte ubico a un par de vecinos de mi piso, así que tiene sentido. Sólo se bajó y ya está, que mala suerte... ¿Nicole vivirá cerca? Tanteo la mesa buscando mi celular mientras veo la pantalla, me indigno ¡No está! Ah sí está, lo trato de tomar y se me cae al suelo, lo levanto, veo la hora y sigo. Creo que mi celular es primo de algún Nokia de esos antiguos, porque merece un reconocimiento...

—¿Todo bien? ¿Cómo va tu primer lunes?— pregunta Margaret, una tipa algo mayor que yo, de cabello rojizo y ojos oscuros.

—Estupendo, me gusta este ambiente—sonrío.— ¿Cuánto llevas acá?

—7 años— sonríe a su vez — Es un buen lugar, además el jefe igual es un sentimental— bromea.— Ya no renuevan personal, y eso que nuestra carrera está algo copada y los nuevos cobran menos. Él dice que la productividad no tiene precio.

—Dímelo a mí... no me renovaron el contrato. —Sollozo mental. 

—Bueno, Emilio, el que ocupaba tu puesto ya jubiló. Así que puedes estar tranquila— dice sentándose con Peter.

—Es verdad— dice él— yo llevo menos años y ya estaban varios de acá.— Dice mirándola con una risita de galán.

—Ah sí, después de ti sólo llegó Nicole. ¡Ah y Diego! — Dice Margaret. Acariciando la mano de Peter.

—Ustedes son...— digo dubitativa.

—Si. Marido y Marida— bromea él. Me río por la expresión.

—Ah pues que bien debe ser trabajar juntos.

—Aquí nos conocimos- dice ella feliz. Los miro sonriente; creo que las parejas son lindas.— Tenemos nuestro mundo también, no es que seamos siameses.— se ríe.

—Oh sí. Tienes razón — digo considerándolo.

—Quizá encuentres tu alma gemela aquí— susurra ella pícara.

—Vaya, que mimosos están ustedes hoy.— dice Nicole apretándome suavemente el hombro y sentándose en el respaldo del sillón individual. —¿De qué hablaban?

—Al inicio de que la mayoría llevábamos varios años aquí. Luego parejas— Dice Peter.

—¡Ooooh! si, cuando llegue ya estaban todos y este idiota— dice golpeando el hombro de Diego.

—Es verdad— sonríe él tomando un libro. Miro la hora y se va a acabar el descanso... ¡nooo! ¡no ahora que la tengo sentada al lado! Miro a Kate al fondo de la habitación leyendo un libro. Que mujer más esquiva con el resto.

Nos levantamos y vamos a trabajar. Nicole se ubica cerca y me sonríe cuando me siento. Me ruborizo un poco y le devuelvo la sonrisa.

¡Dios mío! ¡Ven y siéntate en mis piernas y...!

No enserio, cálmate. Sé la mujer seria y trabajadora que dijiste que serías cuando tenías 9 años. Recuerdo que a los 5 quería ser monja. ¡¿En qué estaba pensando?!

Leo unos papeles. ¡Ay! Odio que me lleguen esas cosas de los seguros, hay que sacarse la lotería o ser muy despierto para acertarle a uno. En fin, las horas pasan y pronto tenemos que irnos, así que limpio un poco.

—Hey para eso hay personal— dice Nicole jugueteando un poco en su silla.

—Es costumbre— digo como si nada. Gérmenes, ¡gérmenes por todos lados!

Mi pareja perfecta IWhere stories live. Discover now