Sentí como si alguien me hubiera clavado un afilado cuchillo en el estómago en aquellos momentos. El corazón pareció encogerse dentro de mí y en su lugar dejó un enorme vacío.

-S-Soy Harry y estoy… saliendo… con él –murmuré trabándome con mis propias palabras.

-¿Harry? –Se escuchó una risita desde el otro lado de la línea- ¿El gay ese de Cheshire? ¡Ha! ¿Te has dado cuenta ya de que MI Louis te está utilizando?

En el momento que comenzó a hablar mis ojos empezaron a aguarse, por lo que me pasé la mano por ellos eliminando cualquier lágrima posible.

-¿Utilizando…? –pregunté con un intento de que no me temblara la voz.

-Sí, majo, sí. ¿No lo sabías? Pobre –rió-. Escucha, pequeño ¿de verdad pensabas que un chico tan guapo y perfecto como Louis, el centro de atención de todo el instituto, iba a liarse con un gay de un día para el otro? No, cielo, no. Louis no es así de idiota.

-Si es tan perfecto, ¿por qué le engañaste? –el nudo de mi garganta cada vez se hacía más grande, pero no lloré.

-¡Ha! ¿Engañarle, yo? Cariño, todo entraba dentro del plan. Te decía que habíamos cortado, tú te lo creías, comenzabais a salir juntos y yo ganaba la apuesta.

-¿A-Apuesta? –no llores, no llores, no llores.

-Nos apostamos algo que solo hacen los mayores de 18 años, ¿sabes lo que te quiero decir? Pues nos apostamos eso a que te enamorarías de él a los pocos días. Veo que lo has hecho, he ganado la apuesta.

Y entonces, sin ni siquiera darme cuenta, me eché a llorar.

-¿Por qué…? –Mascullé entre sollozos- ¿Por qué habéis hecho esto…? ¿Por qué a mí…?

-Porque no me gustan los gays –soltó-. Ni a mí, ni a Louis. Me dais asco. También me dais pena, mucha pena. Sois unos malditos degenerados, un desperdicio humano, un desastre para la sociedad. Sois tan estúpidos, tan inocentes… ¿Creéis que tenéis futuro? No sois nada, no puede salir nada bueno de vosotros. ¿Hijos? No podéis tenerlos. ¿Adoptar? ¿Para qué? ¿Queréis acaso que un pobre niño crezca creyendo que vive en una familia normal, con dos padres? Qué estupidez.

Mis llantos en aquellos momentos se podrían haber escuchado desde la otra punta de la ciudad. Me estaba matando, me estaba destrozando poco a poco con cada palabra que decía con aquella voz engreída.

-No, no, no –sollocé, sin saber qué hacer.

-Créeme, cielo, no vale la pena seguir así. Si piensas así sobre los hombres, no mereces seguir viviendo. Los hombres están hechos para amar a las mujeres, nada más. Tu vida no tiene futuro, eres una mierda y lo seguirás siendo hasta que te des cuenta de lo que te digo –siguió hablando-. Hazme caso, deja a mi novio tranquilo, dile que vuelva a casa, y busca a una chica decente.

-No, no… –ahora ya no servía de nada secarme las lágrimas con las manos, todo se había vuelto borroso, mis ojos me impedían ver con claridad- No quiero… yo le quiero…

-Pero él no te quiere a ti.

-¿Harry? –Escuché la voz de mi madre por detrás de la puerta-. Harry, cariño, ¿estás llorando?

-Dile a Louis que venga lo antes posible –murmuró Eleanor quien seguidamente, colgó.

-¿Qué ocurre? –Escuché a Louis desde el otro lado- ¿Harry? ¿Estás bien?

Me levanté del suelo sin dejar de llorar y me dirigí hacia la puerta, que abrí de par en par en cuestión de segundos.

-Hazza, cariño –trató de hablar mi madre.

East Of Heaven ~ Larry StylinsonWhere stories live. Discover now