—Dalo por hecho bonita. —me guiñó el ojo y yo le sonreí para darme la vuelta y caminar hacia mis amigas con una sonrisa triunfal, ellas aplaudieron como dos taradas más entusiasmadas que yo.

— ¿Y qué onda?

— ¿Qué te dijo?

—Arreglamos para juntarnos algún día, le tengo que avisar. —les comenté y chillaron como unas verdaderas adolescentes, y aunque a mí me emocionaba también no iba a ser tan obvia porque presentía que tenía la mirada puesta en nosotras.

—Yo te dije, ese en cualquier momento cae a tus pies.

—Olvidate amiga, va a ser tuyo. —me dijo Dani juntando sus cosas antes de levantarse.

—Ojalá, al menos conocerlo un poco más y tener ventaja con todas estas putas que se lo comen con la mirada todo el tiempo.

—Pero ellas ni siquiera se animan a hablarle, y cuando van a pedirle algo más o menos se hacen pis, así que le llevas ventaja de seguro siendo más madura que ellas.

—Se nota que no está para rodeos, y no me ofendo si quiere ir al grano. —me encogí de hombros y ambas se rieron, sabían que no quería una historia de amor, no tenía tiempo ni las ganas de esperar a llegar a algo concreto para disfrutar.

—Cuando te conozca mejor va a querer más que un par de noches, acordate que ese bombón va a caer de rodillas a tus pies. —me animó Aye levantándose, yo le sonreí y empecé a juntar mis cosas preparándome para la próxima hora de clases.

—A vos te buscaba. —dijo un chico sentándose frente a mí, levanté la vista y me encontré con el insensible que saludó a Dante hacía unos minutos atrás.

— ¿Jugábamos a las escondidas?

—No, pero ya vas a querer jugar si no dejas de romper las pelotas con Dante, ¿no te das cuenta que te vive rechazando?

— ¿En qué historia te querés meter? —le pregunté levantando una ceja. —Porque en la mía con Dante no estás querido, entendés muy mal si consideras un rechazo su aceptación de salir conmigo.

—A ver, te la hago clara. —dijo arremangándose la ropa, miré a mis amigas incrédula y estaban igual de perdidas que yo. —No lo jodas más, no va a estar nunca con vos mi amor...

— ¿Y con vos sí? —me reí sarcástica levantándome de la mesa, él asintió seguro.

—Más posibilidades que vos tengo, principalmente corro con la ventaja de que soy gay, así que lo que menos le interesa a Dante es tu vagina, por lo que te recomiendo que no te esfuerces en intentar conquistarlo, llegas tarde.

—Vos no tenés ni un pelo de puto. —lo acusó mi amiga y él la rebajó con la mirada.

—En cambio a vos toda la cabeza te delata que sos una tarada, rubia oxigenada.

— ¿Qué te pasa imbécil? —se le acercó Dani y yo me interpuse de frente a él, que miraba con desprecio a amiga.

—Pará, pará, acá no vengas a joder que nadie te pidió opinión ¿ok? Yo hago lo que quiero con mi vagina y vos con tu culo, y si me lo quiero coger a Dante es problema mío y de él, vos acá no pinchas ni cortas.

—Aparte Dante no es gay, si lo fuera no estaría insinuándosele a ella, tarado.

—Claro porque vos ya te lo cogiste. —dijo levantándose también. —Yo te lo recomiendo nada más, si después salís perdiendo... dame los créditos que hago un libro por favor.

—No, dejá que lo escribo yo así lo lees como autoayuda cuando te rechace a vos también. —le dije cruzándome de brazos y él se rió, su voz era grave y definitivamente rompía con los estereotipos de gays.

—A mí nunca me dice que no morocha, si querés preguntale y vas a ver qué prefiere. —me levantó el mentón con sus dedos y me guiñó el ojo antes de soltarme para irse por mi costado. Bufé y me di la vuelta para mirarlo como mis amigas, caminaba tranquilo hacia la salida, como si no le afectara que acababa de amenazar a alguien.

— ¿Por qué es tan injusto el mundo y todos los gays tienen que estar re buenos? Este pibe está para el crimen.

—Ni siquiera parece gay.

— ¿Y cómo parecen los gays Daniela? —le preguntó, ella se encogió de hombros. —Los heterosexuales tampoco parecen heterosexuales y sin embargo pueden ser gays, eso era antes, ahora hasta un presidente puede ser puto que ni lo aparenta.

— ¿Decís que Ma...?

—Este me parece que está abriendo el paraguas antes de tiempo. —interrumpí la conversación. —De algo se está atajando.

—Yo no le creí que ya se acostó con Dante eh.

—Qué se va a acostar ese tarado con Dante, por favor.

—Lo dijo para ahuyentarme y aunque le crea o no, lo que menos hizo fue espantarme. —dije siguiéndolo con la mirada, se dio la vuelta antes de salir de la biblioteca y su mirada conectó con la mía, sonrió y señaló a Dante con el dedo para después señalarse a él y formular con sus labios lo que entendí perfectamente. Va a ser mío.






Está determinadamente prohibida la copia y/o adaptación de esta historia, todos los derechos son míos.

La historia está escrita por una argentina, cuya forma de escribir va a ser la de su natalidad.

Palabras que no se entiendan, se pueden consultar en los comentarios y yo me voy a encargar de contestarlos, invito a las lectoras argentinas si gustan, a comentar aquellas dudas también (:

¡Va a ser mío!Where stories live. Discover now