Es una recopilación de anécdotas divertidas en la vida de Michael Jackson. Algunas son anécdotas que he leído en internet, unas más que "he rescatado" de distintos libros, entrevistas y documentales. Espero que les guste tanto como a mí y que los ha...
Después de "Thriller", Michael y yo fuimos a Disney World. Tengo esa fotografía en mi librería, la cual guardo como un tesoro. En realidad es una foto tonta. Bueno, en esa foto somos Michael, Mickey Mouse y yo.
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Un fotógrafo del lugar a penas tomo dos fotografías, cuando de pronto oí un ruido ensordecedor y mire y vi al guardia de seguridad flipando hablando a su micrófono. Y yo pensé: ¿que es eso?!. Me giré y no sé como explicarlo!, fue el único momento en mi vida en que realmente me sentí aterrorizado. Pensé; ¡estamos muertos!. Había un mar de gente en la totalidad del entorno de la isla de césped, los cuales estaban retenidos por una cadena muy pequeña, incapaz de retener a toda esa gente. Y cuando digo un mar de gente, me refiero a que podías ver a miles de personas en todas direcciones. ¡miles de personas! Las cuales también estaban histéricas, era el tipo de histerismo como The Beatles, Elvis o Sinatra. Ellos estaban histéricos por Michael Jackson. “¡van a matarnos!. En Disney World y Disney Land no se les permite hablar a las personas en aquellos trajes, y Justo entonces, una voz saliendo del interior de la cabeza de Mickey Mouse dijo “¡oh por dios, estamos muertos!”. Si Mickey Mouse estaba muerto de pánico ¡entonces sabía que teníamos un problema! Pero Mike seguía tranquilo saludando a la gente. Mickey y yo solo pensábamos en; "vamos a morir aplastados por toda esa multitud de fans Michael. Antes de que eso sucediera, mágicamente, apareció una Limusina Cadillac frente a nosotros. Y el hombre de seguridad nos sostenía a Michael, Mickey y a mi y literalmente nos arrojo dentro de la "limo" con la cabeza gigante de Mickey. La masa de gente avanzó en oleadas y barrió el coche como el mar estrellándose contra las rocas. Caras y manos apretadas contra todas las ventanillas. Temí por la vida de alguien. Michael seguía saludando a la gente y sonreía serenamente. De alguna manera, nos sacaron de allí y nos pusieron a salvo sin que nadie resultara herido, que yo sepa.
Años después, Michael aún se reía de mí por estar aterrorizado. "Ellos solo querían verme. No pasaba nada." Decía y se echaba a reír.
