Hoy es el gran día.

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—Disculpa ¿sabes dónde está el piso de gestión?— pregunto perdida.

La chica no me mira. Se abre la puerta y al menos se molesta en apuntar con el índice al frente ''Informaciones'' ¿No podía decírmelo y ya?

—Gracias— digo enojada sin mirarla— simpaticona— susurro.

''No te desanimes'' me aliento.

Pregunto y me envían al piso 4. Maldita empresa gigantesca, llego a un lugar con oficinas compartidas bastante limpio, pequeñas estanterías con libros y unos sillones al lado. ¡Qué bonito! pienso viendo unas plantas de adorno, me parece comodísimo. Ahora, ¿Dónde está el jefe? bromeo conmigo misma por ser algo despistada con las direcciones.

—¿Estás perdida?— me dice una voz risueña.

—Ah...si— la miro y abro los ojos de golpe al ver frente a mí a una mujer sonriente con el cabello de un largo mediano, castaño claro y ojos verdes. Me sonríe, ''Wooow ¡qué mujer! Fer ¡te amo!''

Me ruborizo un poco. Es algo más alta que yo y yo mido 1.61... Sí, me digne a crecer un centímetro más.

— Lo siento— me río nerviosa, se ríe. — Es que recién empiezo hoy aquí y tengo que hablar....

—Ah ¡no digas más!— dice feliz— sígueme. —Me lleva a hablar con el jefe, le doy las gracias y me atiende un viejo de aspecto cincuentón. Lo escuche a medias, es que ¡aaah!... ¡Qué linda era! ¿será que por alguna coincidencia hermosa de la vida le gusten las mujeres?

Me indica un mesón, me voy a sentar y prendo el ordenador.

—No suelen llegar nuevos... ¿Cómo te llamas?— escucho, levanto la vista y me mira de nuevo la chica que me ayudó, ¡Dios! si me sigue hablando me enamoraré, ya lo veo venir.

—Alejandra, ¿enserio no suelen llegar? quería un cambio de ''aire''.

—Bueno acá es muy tranquilo, eres la primera como en cuatro años.— Se sienta, está un poco más formal que yo y se le notan muy bien las curvas—además tenemos para distraernos— señala unos libros.— ...Y la comida del casino está bien buena.— Me mira.

Querida, tú estás bien buena.

—Me alegro. — digo abriendo unos archivos, para concentrarme en algo más y no mirarla con cara de buitre. — Está vacío— comento mirando alrededor. Escucho su risita.

—¿Qué esperas? Llegaste a las 8:00 a.m, somos pocos los madrugadores, creo que... — dice pensativa como en su mundo.— si, Margaret, Kate, Peter y yo. —Enumera mirando al techo.

—¿Cómo te llamas?— pregunto de repente.

—Nicole—sonríe.

—Te queda.

—¿Tú crees?—dice sorprendida.

—Es como de persona sociable.— Comento sin pensar.

—Entonces si— se ríe. Sonrío tecleando. Luego me dedico a leer hasta que Nicole me empieza a presentar a todos. Saludo a Margaret, una tipa de mediana edad, Diego que llegó después, un chico recién egresado, se le nota. Peter un hombre de aspecto ''galán'' en las cuarenta primaveras.

—Ah y esta es Kate— dice apuntando a una mujer que mira su celular. Me giro después de hablar con Peter y frunzo el ceño al percatarme de quién es al ver sus hojas y el reluciente cabello negro. Levanta la vista y espero ver a una idiota con cara de pesada.

Pero no, en lugar de la zorra desagradable que esperaba. Una tipa de test muy blanca, nariz recta, ojos color miel, de un muy intenso dorado y aspecto algo aniñado, me mira sin expresión alguna. ''Si pusiera alguna cara al menos pensaría algo de ella'', pienso notando su mirada fija. Pero en lugar de ello sólo quedo ahí esperando a que me diga algo, como no lo hace decido romper el hielo.

Mi pareja perfecta IWhere stories live. Discover now