Capítulo 8: Tabla de Surf

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—Feliz cumpleaños —gritaron todos.

Abrí la boca sorprendida sin saber que decir, desvié mi vista a Lucas, él sonreía complacido.

—Feliz cumpleaños —me dijo —¿De verdad creíste que no sabría que era hoy? —preguntó un poco ofendido.

Me reí —Gracias —le susurré, él me giñó un ojo en respuesta.

Las chicas llegaron hasta nosotros y me aplastaron con un abrazo grupal.

—¿Te gusta? —preguntó Cami —Lucas nos dio instrucciones de lo que debíamos hacer.

Asentí —Claro, gracias —dije.

—Hija —me di la vuelta para ver a mi padre, tenía una caja envuelta en papel de regalo rojo con un moño blanco —Feliz cumpleaños —me lo entregó y luego me dio un abrazo y un beso en la mejilla —Hay una sorpresa más.

Lo miré confundida y luego me di la vuelta para ver hacia donde él lo hacía, Vero y Pame se hicieron a un lado dejándome verla.

—Mamá —grité y corrí a abrazarla —¿Qué estás haciendo acá? —pregunté sin poder creerlo, hace unos días me había dicho que no podría venir a mi cumple.

—Quería darte una sorpresa, jamás me perdería tu cumpleaños —dijo dándome un beso en la frente —Luego te doy tu regalo.

—El mejor regalo es que hayas venido —dije sonriendo.

No podía creer que estuviera aquí y que Lucas hubiera hecho todo esto para mí.

—Ve a cambiarte, las chicas ya te buscaron ropa.

Asentí y salí corriendo hacia el ascensor, Vero me acompañó mientras me contaba todo lo que habían hecho.

—Aún no creo que Lucas haya preparado todo esto —sonreí —¿Quién habló con mi padre?

—Lucas, me preguntó a mi donde podía encontrarlo y luego fue hablar con él, creo que se llevaron bien —asentí —Vete a bañar rápido —dijo empujándome hacia el baño.

Le hice caso y me di el baño más rápido de mi vida y minutos más tarde ya estábamos bajando de regreso.

Las chicas me habían escogido un vaquero negro, un blusa suelta azul y me había puesto mis preciados converse negro, no me importaba arreglarme mucho, prefería estar en mi estilo.

Una vez abajo saludé a todos los invitados, que consistían en algunos amigos de la universidad, parientes, la familia de Lucas, las chicas y mis padres, también estaban algunos empleados del hotel que me habían visto crecer, pero no eran muchas personas, lo cual lo hacía aún mejor.

—Feliz cumpleaños querida —me dijo Teresa con un beso en la mejilla —Te trajimos un pequeño regalo, espero te guste.

—Claro, no era necesario —le dije.

—Feliz cumple —dijo un entusiasmado Cris tendiéndome una cajita celeste.

—Gracias.

La abrí, dentro había una pulsera de plata de la cual colgaban pequeños objetos, corazones, llaves, cajas, lunas, entre otros, era muy bonita.

—¿Te gusta? La elegí yo —dijo Cris.

—Es preciosa, gracias.

Le di un abrazo a Cris, a Teresa y a Leo, Mario no estaba, seguramente estuviera con Camila.

—Maia —escuché a mi madre llamarme.

—Es mi madre —dije y luego caminé hacia ella.

—Wow que bonita —dijo mirando la pulsera.

Amor de Agua SaladaWhere stories live. Discover now