Capítulo 18

2K 147 6
                                    

Llegué a las instalaciones y con la mala suerte tuve que encontrarme a Sam tonteando con una secretaria que no hacía mas que ponerle ojitos e intentar mostrarle todos sus pechos, que tenía a pocos centímetros de su cara. Éste difícilmente la miraba a los ojos. Pasé por su lado sin saludar y se giró completamente para saludarme.

- Katherine, hay una reunión ahora a las 10. Es sobre la nueva construcción del centro comercial. ¿Vienes?

- Claro pero voy a dejar primero nis cosas en el despacho y ahora acudo. - Contesté intentando librarme de Sam, aunque fue todo en vano.

- Te acompaño. - Dijo dándole la espalda a la chica con la que hablaba hacía un par de minutos. La chica lo miró con cara de pocos amigos y yo me reí internamente. Caminamos hasta mi despacho, Sam dándome las gracias por haberle librado de aquella chica y yo pasando completamente de él. Abrí la puerta y pude ver como un gigante ramo de preciosas rosas rojas adornaba el escritorio. - Joder, o tu chico ha hecho una gran cagada o lo tienes muy enamorado. - Me giré para mirarle amenazante y levantó las manos inocentemente riéndose. Fui a ver quien había sido el responsable de tal regalo y vi una nota que decía.

"Espero que pases un buen día, nena. Te espero en casa.
John"

En aquel momento creí morir. No sabía que John podía ser así de cursi. Me entraron unas ganas de enormes de llamarlo y darle las gracias, pero recordé que estaba con Sam y decidí llamarlo luego.

- ¿Entonces lo perdonas? - Preguntó Sam riéndose.

- Para tu información, no eran unas disculpas. - Contesté felizmente.

- Vaya, pues entonces si que lo tienes enamorado, esta noche te tocará recompensarlo. - Me guiñó un ojo. - Ya sabes... - Hizo gestos con las manos mientras movía la cadera.- Venga vamos, llegamos tarde.

Salimos del despacho y nos metimos en el ascensor para llegar a la sala donde era la reunión. Llegamos a la enorme habitación, toda llena de hombres vestidos de traje y mujeres con sus vestidos intactos. Me senté al lado de Sam y de una mujer de unos 40 años que, como me dijo Sam, se llamaba Lorel.

Llevábamos 3 horas de reunión hasta que paramos para descansar e ir a almorzar. Pensaba ir a la cafetería y cogerme un sándwich para no perder tiempo y seguir adelantando mas trabajo que tenía. También quería llamar a John y agradecerle el precioso ramo de flores. Pero Sam me invitó a ir a comer con él para conocernos un poco más y acepté. Fuimos a un bar que había a 5 minutos del edificio y nos comimos unos sándwiches mientras hablábamos de nuesttas cosas.

- Así que ese tal John es tu novio.

- No sé aún lo que es.- Admití. No había podido pensar en todo el día qué hacer con John y con Bryan. - Es algo complicado. No lo tengo claro de momento. - Me guardé la parte en la que tenía un novio que me había pedido matrimonio y al que había engañado con John mientras él estaba en el ejército.

- Ya veo. Pues parece que él si lo tiene. Te aseguro que yo no enviaría rosas a la primera que se cruzara por delante. - Dijo dándole un mordisco al sándwich.

- ¿Eso quiere decir que la secretaria con la que tonteabas se quedará con las ganas? - Pregunté riéndome.

- No va a tener ni mi número. - Contestó uniéndose a mi risa.

Acabamos de comer y fuimos directos a continuar la reunión. Llegamos y nos sentamos en los mismos sitios para seguir hablando del mismo asunto. Una vez acabada la reunión Sam me invitó a unas copas para divertirnos después de un día duro de trabajo. Acepté y fui al despacho para coger las cosas y nos metimos en el ascensor. Al salir del edificio me encontré a John sentado en un banco con la mirada fija en la salida. Cuando me vio abrió los ojos y se levantó.

- Sam, tengo que hablar. ¿Salimos mañana? - Pregunté a Sam viendo como John se acercaba a nosotros.

- Claro. Supongo que querrá la recompensa por el ramo. - Contestó pegándome un codazo. - Nos vemos mañana. Acuérdate de traer los papeles del proyecto.

- Sí, tranquilo. - Me giré para ver a John y este se abalanzó sobre mis labios. Me cogió de la cintura con una mano y con la otra apretó mi culo masajeándolo. Me pilló todo de sorpresa y cuando abrí los labios invadió mi boca con su lengua, provocando un gemido de mi parte. Moví mis manos a su cuello y toqué su cabello que estaba ligeramente mojado. John bajó la mano que tenía en mi cintura y cogió mi otra nalga, apretándola como hacía con la otra. Sonrió en mi boca y se separó despacio.

- Podemos acabar esto en casa, aunque me gustaría demostrarle a ese que eres solo mía. - Dijo haciendo un gesto con la cabeza detrás de mí. Me giré y vi como Sam nos miraba antes de meterse en el coche. Me reí y John me miró extrañado.

- ¿Lo dices por Sam? John, Sam es un compañero del trabajo, él no...

- Ese quiere meterse dentro de tus bragas. -Me interrumpió. Lo miré a los ojos y vi que su gesto era serio. No estaba bromeando.

- John, estás celoso. - Me volví a reir. - Que mono estás cuando te pones celoso. - Él sonrió y le pegué un codazo. - Por eso me has besado así, como si fueras a desnudarme aquí mismo. Todo eso porque querías marcar tu territorio. 

John no dijo nada. Solo se acercó a mi oido y susurró.

- No voy a dejar que ese tenga el placer de verte desnuda. Te voy a hacer mía en casa, para que solo yo pueda oir como gimes cuando te haga el amor. Solo yo voy a ver como ardes de placer con cada embestida que te de. Y solo yo voy a ver como te tiemblan las piernas cuando llegues al orgasmo y no puedas más.

Mi cuerpo comenzó a calentarse y solo quería besarlo, y que me hiciera el amor durante horas. Levanté la mirada y lo vi mirándome muy serio. Me mordí el labio por las miles de cosas que me pasaban por la cabeza en ese momento.

- Vamos a casa.

Un regreso inesperado - PAUSADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora