A las once once comenzó
con desvelo,
lo que ya era del día a día
aunque parecía un sueño,
trabajando por respirar
y escribiendo para no llorar.Con dolor en las manos
y un ensordecedor dolor en el pecho,
se sentaba de brazos cruzados
con nada y todo que cavilar,
con todo y nada que divagar.A las doce doce siguió con el trecho,
junto a su fiel compañía
el vacio y afonía;
qué no daría por ser quién es
con un grito ahogado,
aunque eso nunca pasó.A las tres cincuenta y nueve,
se tatuó su más grande deseo
con tinta grana por todo el cuello,
horizontalmente con su pincel
terminó con la que fue
su última obra de arte.Michelle Barrantes©
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Acordes De Una Ilusión Perdida
PoetryEl alma quebrada, los sentimientos rotos y la piel débil; son ilusiones perdidas, una exhalación agotada con la fuerza más depresiva, una triste vida como la mía; melancolía con acordes de desdeño. Recopilación de poemas. Creative Commons Attribu...