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Tweek P.O.V
Lunes
La alarma de mi cuarto comienza a sonar fuertemente al lado de mi oreja.

Con un gruñido apago la alarma y me levantó quedando sentado en el borde de mi cama, parpadeo un par de segundos antes de volver a quedarme dormido sentado al borde de la cama.

-¡Tweek! ¡Apúrate o vas a perder el directo!- abro los ojos con desgano al escuchar el grito de mi mamá y me levanto para caminar en dirección del baño y tomar una ducha fría para así poder despertarme mejor.

Una vez termino de ducharme me visto con lo primero que encuentro entre mis cosas y bajo al primer piso para servirme desayuno. Mi mamá me reta alegando que llegaré tarde al metro y yo simplemente, no creo tener algo importante hoy en la escuela... Esperen un segundo...

-¡AGH! ¡LAS CARTULINAS!- Comienzo a jalar mis cabellos por la presión y con rapidez tomo mi mochila y corro donde mi papá, quien me da el dinero que necesito para los materiales y corro hacia la puerta principal de la casa no sin antes darle un beso en la mejilla a mi mamá en forma de despedida y luego salí corriendo hacia la tienda más cercana.

***

Para mi mala suerte, no quedaban cartulinas en ninguna de las tiendas cercanas y ya había perdido el directo que llevaba a mi colegio.

Suspiré con cansancio y me senté en uno de los asientos cercano de las puertas de salida, me puse mis audífonos para no aburrirme en el viaje y esperé a que este comenzara a andar.

Antes de que las puertas del metro se cerraran un chico entró rápidamente por estas y pasó tan rápido que por un segundo pensé que había sido parte de mi imaginación.

Me quedé mirando sorprendido al chico mientras este respiraba con dificultad y se sujetaba de sus rodillas. El chico no tenía nada en especial o peculiar, lo único que destacaba de su ropa era un chullo de color azul con un pompón amarillo en la punta, el cual se movía de un lado a otro debido a que el chico aún trataba de recuperar energía.

Sin que me diera cuenta el chico levantó la vista y me miró directamente a los ojos. A pesar de que entré en pánico y pude sentir como mis mejillas ardían de la vergüenza, no pude desviar la mirada de esos llamativos ojos oscuros.

Finalmente reaccioné al verlo sonreír y simplemente desvié la vista avergonzado, seguramente me vio espiándolo y ahora cree que soy un loco. Genial.

Jueves [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora