Capítulo 2

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Regresé del parque, en el cual estaba alimentando a los patos, y es que siempre me gustarán cuidarlos.

Entré al prostíbulo cuidadosamente de que el jefe no me haya visto salir ni entrar, pues no le gusta que salga en horas de trabajo, y eso que no sólo de noche trabajo, si no también me quieren en el día, esos pervertidos estúpidos.

Como se habrán dado cuenta, trabajo en la prostitución.

Subí a mi habitación por el ascensor, viendo a todos lados de que nadie más me viera. Salí de éste e ingresé rápido a mi cuarto, cerrandola con seguro para que nadie me molestara. A decir verdad, me agradaba tener un cuarto a parte, asi nadie me molestaría o me hablaría en momentos que suelo sentirme mal.

Fui directo a mi cama y cai rendido, no sin antes haberme sacado mis zapatos, mi bufanda y mi saco, dejandome llevar por la comodidad que invadía mis frazadas, el cual senti con mi rostro.

Estuve un buen rato asi, hasta que levanté mi mirada y visualicé una foto de mi padre, el cual se encontraba en mi velador. Me incorporé de manera en que podía levantar mi brazo y sostenerla, atrayéndola hacia mi y ver de cerca su rostro, siendo presente de los tantos recuerdos que se me venian cuando él estaba en vida, y aún con los errores que hayas cometido conmigo, te sigo amando, papá.


Estaba ya terminando mi tarea de química, el cual me habian mandado hace una semana, pero tenia tanta flojera que lo habia dejado para última hora.

Nueve horas y cincuenta y siete minutos de la noche, no es tan tarde a decir verdad, iré a tomar un poco de agua, y a comer algo. Si es que encuentro comida. Salí de mi habitación. La cerré y me dispuse a bajar de manera divertida, conforme iba bajando, pude ver la luz prendida de la sala, la cual se me hizo raro ya que mi padre suele dormir temprano. Decidí bajar más lento, pudiendo escuchar a dos voces.

ㅡ¿Cuántos años tiene el muchacho?ㅡOi decir a un hombre con voz grave, el cual carraspeaba un poco.

ㅡQuince años, señor Starkey.ㅡEse último fue mi padre, lo que hizo que frunciera el ceño.

ㅡNada mal, espero esté siendo consciente a lo que está por pasarle a su hijo, porque el contrato no se podrá romper.ㅡEsperen, ¿¡Dijo hijo!?ㅡA menos que usted firme el documento de devolución.

ㅡNo creo que eso pase, necesito dinero más que nunca, desde que Dios se llevó a mi otro hijo y a mi esposa, me he enfermado mucho y necesito medicinas, y mantener a Paul se me hace complicado.ㅡTerminó de decir mi padre, acompañado de una risa ligera, el cual hizo que apretara mis puños, pero no duró mucho mi molestia, ya que sentí mis ojos cristalizarse de manera imprevista.

Me dejé caer en el escalón, ¿Cómo es posible que mi padre me haga esto? ¿Me está regalando? ¿Qué van a hacer conmigo? ¿Qué acaso no me ama?. Todo me daba vueltas en la cabeza, se me venian mil por qué. Sentí lágrimas salir de mis ojos de manera involuntaria, convirtiéndose cada vez más abundantes, lo cual me hizo llevar mis manos a mi rostro para asi pararlas, pero nada lo podría parar, ni si quiera los sollozos que comenzaban a escaparse de mis labios.

ㅡ¿Paul?ㅡEscuché una voz cerca de mi, levanté mi mirada y me encontré con mi padre, para segundos después, ver ingresar al señor con el que se encontraba hablando. Éste tenia un porte autoritario pero casi inocente, vestido con un traje azul con rayas casi del mismo color, una nariz prominente que era adornado por un bigote, y una cabellera algo corta. ㅡ¿Escuchaste todo?ㅡCuestionó mi padre, acercándose a mi con cara apenada. Hipócrita.

In spite of all the danger ||McLennon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora