7. Es prostituto.

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Narra John:

Otro día más de trabajo. Había llegado nuevamente con la esperanza de ver a Paulie, sin embargo no, no era así, ya llevábamos dos semanas sin vernos. ¡Me preocupaba! Y necesitaba saber cuanto antes de él para poder disculparme por mi actuar, por lo que esperé a ordenar mi escritorio y dejar unos papeles con la secretaria nueva. Una vez que ya lo hube hecho, caminé en dirección a mi casa, no sin antes pasar por el estacionamiento, ir con el guardia y tomar mi bicicleta.

Hoy llovía a cántaros, pero eso no fue impedimento para ir a casa. Estuve pedaleando por una media hora, miraba todo a mi alrededor, personas corriendo como podían para esconderse de la lluvia; se tapaban con lo primero que se les ocurría y podían, en cambio yo, bueno, yo iba en pleno invierno con una bicicleta, sin paraguas y pedaleando como si fuese un lindo día de verano. Y aunque muchas personas me viesen extraño, eso no me importaba más que saber de Paul.

¿Y es que cómo estará mi chico de ojos dormilones? ¿Le habrá pasado algo? ¿Se encontrará bien? ¿Qué estará haciendo? Eso no lo sé, pero debía hallar una manera de encontrarlo, de verlo nuevamente y pedirle perdón por mis tontos celos.

Una vez que llegué a casa, dejé mi bicicleta en el jardín y cogí las llaves. Ya una vez dentro de casa, encendí la estufa y corrí hacia el teléfono, para luego llamar de inmediato al agente. Esperaba impaciente en línea, lo hice durante un par de segundos, hasta que por fin contestaron.

Hola, Edward al habla. ¿Quién es?

—Hola, Ed —dije tosiendo un poco—... Soy John.

¡Oh, hola, John! —exclamó Ed—. Qué bueno que te encuentro, justo te iba a llamar.

—Claro. ¿Para qué me querías llamar? —pregunté con intriga en mi hablar.

Pues tengo información confidencial y muy importante de Paul, iré para allá, no tardaré, ¿vale?

—Vale, nos vemos.

Colgué, sentándome en el sofá frente a la estufa y cogiendo todo el calor que me envolvía, encendí el televisor esperando la llegada de aquel agente.

¿Qué tendría que decirme? ¿A caso averiguó en qué trabaja? Pues muchísimas preguntas más invadían mi cabeza en esos momentos. Me sentía demasiado ansioso, nervioso, nuevamente ese sentimiento extraño de que algo malo sucedería.

Movía impacientemente mi píe, sólo deseaba la llegada de Ed, necesitaba saber de Paul cuanto antes. Sabía que es algo malo lo que me tendría que decir, y es que aquel presentimiento estaba tan presente y no planeaba irse por lo que ya no hallaba la hora en que Ed llegase. Y así fue, el timbre sonó, me levanté de inmediato y casi corrí hasta la puerta, la abrí con agilidad y ahí estaba él.

—¡Ed! —exclamé con emoción— ¿Ahora sí me dirás lo que debes decir, verdad?

—Primero te pido que te sientes. —dijo mientras entraba y caminaba en dirección al sofá.


Yo asentí y cerré la puerta detrás de mí, caminé hasta donde estaba el agente y me senté a su lado.

—¿Bien?... —pronuncié dubitativo después de largos segundos que parecían ser eternos.

—Bien, John —dijo Ed mirándome—... Averigüé tu objetivo principal, saber en qué trabaja Paul McCartney.

Doctor Lennon. [McLennon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora