4. Susurro

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Por más que su Mirada me matará estando impregnada del más puro rencor, no desistiria, aun no conoce de lo que es capaz Mina Tepes, no señor, puedo ser más obstinada y terca de lo que piensa. Y ni lo que sucedió me hará cambiar de opinión, decidí ayudarlo, estar con él pase lo que pase, me trate como me trate, esta vez decidí que si me toca hacer el papel de víctima, entonces yo misma me ofrecere de voluntaria.
Decidida a romper el silencio, hable.

- Cuida de mi Zero Kun! Sonreí
Me senté a su lado, no tenía mucho hacia donde correrse ya que yo estaba a la orilla de nuestro asiento y él estaba al lado de la ventana que daba hacia el patio.

La clase siguió su curso normal, hablaban acerca de las fases de las células, algo que sin duda ya había estudiado hace algún tiempo atrás y mi perfecta memoria recordaba a la perfección. De soslayo miraba las manos impacientes de Zero, en serio le perturba mi presencia a su lado. Movía el lápiz haciendo girar entre sus dedos. La otra mano hacia de apoyo a su cabeza mientras con uno de sus dedos golpeaba levemente su mejia.

El timbre del receso resono, era la hora del almuerzo. Zero ni siquiera me miró y sin más, saltó la banca y de fue, respire cansada pero no tardaron en llegar chicos y chicas que cortésmente me ofrecieron su amistad y me hacia distintas preguntas como: Cual era mi relación con Zero? Si tenía novio? De donde venía? Si sabía sobre los Guapisimos chicos de la clase nocturna?
Tarde más de lo esperado en responder a cada una de las preguntas. Al final, una chica muy amable de ojos verdes y cabello castaño me salvó del capullo de personas en el que me encontraba y se ofreció a llevarme a la cafetería de la Academia para que pudiera comprar algo para mi.

Su nombre es Alis Moon es una chica muy risueña y bastante hablantina pero muy amable y amigable. Me contó que sus padres viven en el extranjero y por eso esta viviendo en los dormitorios de la Academia, también que tiene una hermana menor de 5 años, su nombre es Ari y la quiere mucho.

Pasamos largo rato hablando trivialidades y al final, la campana volvió a sonar, nos dirigimos nuevamente hacia el aula, cuando note que una chica me miraba detenidamente y Alis también lo noto, me dijo que su nombre es Yori y era la Mejor amiga de Yuuki, la antigua compañera de residencia de Zero y hija de Kaien. No sabía que el tenía una hija, iba a preguntar más sobre ella pero el profesor iba entrando al salón así que decidí que lo mejor sería esperar.

La clase era terriblemente aburrida, Di un bostezo, estábamos leyendo el libro de Don Quijote de la Mancha, basta decir que no es en nada mi lectura favorita. Amo los libros, he leído cientos de ellos, desde novelas policíacas, cuentos de terror, infantiles, Fantasía, Libros autobiográficos, novelas románticas y hasta uno que otro lemmon pero Don Quijote seguía sin ser de mi gusto.
Al final de una jornada que pareció ser eterna, las clases dieron por finalizadas. Estaba guardando mis libros cuando vi el escape de Zero una vez más. Alis que vio todo lo ocurrido, se acercó a mi y puso una mano en mi hombro - Ya verás como pronto se llevarán bien - su sonrisa era cálida pero no lograba calarme en mi frío corazón - Si, claro - asenti.

Alis que es fanática de la clase nocturna, casi me arrastró a ver el cambio de clase, estábamos hablando o mejor dicho estaba escuchando hablar a Alis de lo guapo que era el chico que le gustaba, su bebé como ella le llamaba, su nombre es Aidou Hanabusa.

Las rejas del portón se abrieron, dando paso a unos alumnos cuyo color de uniforme era diferente al nuestro. Mientra el mío era un negro azabache, el de ellos era un blanco inmaculado. Los Chicos y Chicas de esa clase eran bastante atractivos, ahora veo el afán de la clase diurna por ellos. Pero todos son vampiros... la nueva generación.

Entre el grupo, logre distinguir algunos familiares de familias reconocidas, por supuesto que aunque su sangre se encuentra mezclado con otras, aun así se cuales son sus orígenes con sólo verlos y ellos de no ser por el sello, también sabrían quien soy yo y estarían inclinados hacia mi, adorandome como su dios. Pero no es algo que me importe al fin de cuentas, nunca me gustó eso, no me gustará. No deseo el destino que ya está escrito para mi.

Quiero que Olvides TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora