El secreto de una bailarina » editando

1 : Un Recuento De Mi Vida

[Capítulo editado]

Septiembre, 1986

Amber, una niña con tan sólo ocho años de edad pero con el sin embargo gran sueño de convertirse en una bailarina de ballet profesional, desde esta edad comenzó con sus clases tan entusiasmada no faltaba a ninguna clase, con toda su familia apoyándola era un un sueño hecho realidad. Su madre todos los fines de semana levantaba a Amber a las siete de la mañana para sus clases de ballet.

Ese día Amber estaba mas emocionada que nunca y dispuesta a poner todo su esfuerzo ya que se acercaba un recital y Amber ya tenía en mente en llevarse el papel protagónico. Con mucho esfuerzo Amber practicaba muy duro en esta clase, ya era tarde e iba a ser la última en salir pero Whitney, su madre le insistía a parar de practicar.

-¡Amber ya basta de practicar, te puedes hacer daño!- grito su madre-

Amber obedece al llamado de atención de su madre, en el momento de hacer un giro se detiene para mirar a su madre quien ya en su cara se notaba lo enojada que estaba, pero ella sólo quería proteger a su hija.

- Si mamá, pero si prometes que la próxima clase me dejaras practicar más- Propuso con el fin de convencer a su estricta madre-

- Lo prometo, pero te voy a decir algo Amber, si en caso no obtienes el papel protagónico en este recital quiero que sepas que aún así tu padre y yo estaremos orgullosos de ti- Declaró cariñosamente su madre quien se acercó a ella y depósito un dulce beso en su frente-

Al llegar a su casa Amber subió rápidamente hacia su habitación y algo en particular llamó su atención, aquello era un traje de ballet rosa envuelto en una bolsa transparente plástica el cual estaba colgado en su perchero, se acercó hacia el para comprobar que aquel hermoso traje era real y por suerte lo era, emocionada y con un gran sentimiento de gratitud bajó corriendo las escaleras rápidamente y se dispuso a dirigirse hacia la cocina, donde por el olor a café que emanaba de allí dedujo que sus padres estarían ahí; entró a la cocina y se lanzó a los brazos de sus padres despreocupadamente y agregó presión a aquel cariñoso abrazo que deja casi asfixiados a sus padres.

- Muchas gracias mamá y papá, los quiero- Agradeció y posteriormente dejó muchos besos en las mejillas tanto de su madre como de su padre y minutos después se retiró.

La pequeña niña feliz se dirigió a su habitación con el fin de acostarse a dormir, se colocó su tierna pijama color azul pastel, cepilló sus dientes y después se posó sobre su cómoda cama y justo en ese momento sus padres entraron a su habitación como todas las noches para despedirse de ella con un dulce beso en su frente, ambos se acercaron a la cama de la pequeña y la taparon cautelosamente con una suave frazada y depositaron un dulce beso en su frente y apagaron su lámpara que se encontraba sobre una mesita de noche, luego ambos se retiraron del cuarto con el convencimiento de que su hija estaba ya descansando en los brazos de morfeo.

Al momento en que Amber oyó la puerta de la habitación de sus padres cerrarse,se destapó y se bajó de su cama de un salto y en seguida se colocó el traje nuevo de ballet y empezó a bailar en la oscuridad que en ese momento se apoderaba de su habitación, al dar un sofisticado giro Amber se golpeo levemente la cadera con el gabinete de sus medias y zapatos, se pasó suavemente su mano por su ahora adolorida cadera y termina en la conclusión de que su cuarto era muy pequeño como para que ella tuviera la libertad de moverse sin tener el miedo de golpearse; pero entonces por su traviesa mente se pasó descaradamente una idea que podría solucionar su problema de poco espacio: bajar y seguir practicando en la sala.

Sin embargo,no dudó ni un momento en llevar a cabo su descabellada idea, abrió su puerta lenta y cuidadosamente para que está no pudiera tener la oportunidad de producir algún sonido que posteriormente terminaría por acusarla, pasó por el largo pasillo que dirige hacia las escaleras dando pequeños saltos, interrumpiendo su serie de saltos aparecen las escaleras. Pero eso no la detiene y se dispuso a bajar las escaleras a punta de giros; en los primeros escalones tuvo dificultad pero a medida que iba avanzando sus antes torpes pies empezaron a jugar a su favor, de repente su equilibrio le jugaron una mala pasada y en uno de los giros cayó de espaldas; en el desespero de evitar seguir cayendo, Amber trató de agarrarse de la pequeña mesa que estaba al costado de las escaleras, sobre esa mesa había una especial bailarina de porcelana que una profesora le había dado antes de irse de un viaje del que jamás volvería.