Kakashi-Sensei

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El reloj marcaban las 5:45pm, quería salir de clases ya, vivir en este internado simplemente era agotador... Y sí, de lunes a viernes vivía en un internado de Diseñadores, de todo tipo, desde Diseñadores Gráficos hasta Diseñadores de Obras Civiles, ubicado en Japón, era como una universidad, sólo que dormíamos allí y usabamos uniforme, lo detestaba, en serio... tengo 20 años y siento como si tuviera 30, mi cuerpo no da para más, estamos por graduarnos, y deseo vacaciones por tres años seguidos. 

Mi mente se perdió por completo divagando entre lo que necesito hacer, o sea descansar por los próximos tres años, aunque eso no parece entenderlo Anko-Sensei... 

– ¿Disculpe señorita, podría darme la descripción de cómo funcionan los píxeles a real escala y a través de una pantalla, reponsive o no por favor? – Y sí, me bombardeó de preguntas, toda la clase se giró a observarme. 

– Ahm... Se lo podría responder, si tan sólo usted me dijese ¿Por qué rayos me interroga de esa forma tan abrumadora? ¡Si no le he hecho nada! – Le grité bastante irritada, su mirada inquisidora me alteró, pues me observaba como si no supiera de lo que estaba hablando, sin ánimos de presumir, sé muy bien dónde estoy parada. 

– ¡Ah! ¿Es que se encuentra demasiado alterada, no? Y ni siquiera se moleste en responderme, pues de lógica que sé que esa respuesta es demasiado profunda para usted. – Sentenció la maldita perra. 

– ¡¿De qué está hablando?! ¡Por favor! Si podría pasar al frente y explicar la clase mucho mejor que usted, que lo que mejor sabe hacer es mostrar su escote. No por nada tengo el maldito mejor promedio de toda ésta maldita escuela– Escupí desde mi asiento, ya bastante obstinada, no era primera vez que tenía problemas con ésta profesora, el origen de ellos es ajeno a mi, pero tengo la certeza de que me odia.

– ¡Suficiente! ¡Te vas dónde el director ahora mismo! Estás expulsada de mi clase. – Gritó como loca, mientras abría la puerta de un golpe y señalaba para que me saliera.

– ¡BIEN! Ni siquiera me interesaba ésta clase. – Respondí, moviendo de forma brusca la mesa, levantandome y arreglando mi falda de cuadros, ya que el uniforme consistía en una falda de cuadros negros y blancos, un blazer negro, debajo una camisa blanca y zapatillas negras con medias blancas altas, sentía que parecíamos más unas colegialas que cualquier otra cosa. 

Salí del salón a regaña dientes, y en el transcurso del camino, recordé que ahora el remedio era peor que la enfermedad, ir dónde el director era un dilema que siempre había querido evitar... Pues desde que entré a la academia, me gusta, es irresistible... Aunque un poco inusual su manera de verse, pues su cabello es grisaseo, liso, suele llevar tapada la mitad del rostro, es bastante alto y acuerpado, siempre viste con sacos y corbatas, cada vez que lo veo me pongo tan nerviosa... Kakashi-Sensei es... 

– ¿Qué hace usted fuera de la clase señorita? – Era su voz, la que atravezó mis oídos estando a mis espaldas, me voltee con temor, me había pegado el susto del año.

– Ka-Kakashi-Sensei... Yo... – Susurré entre tartamudeos cuando lo encaré. 

– Regrese a clases señorita. – Habló él, serio, reincorporandose y manteniendo su ya acostumbrada distancia. 

– Y-Yo... Anko-Sensei me envió a su oficina... – Musité, jugando con mis dedos.

– ¿Ah sí? ¿Sucedió algo señorita? – Preguntó, observandome con interés.

– Etto... Ella... – 

– Vayamos a mi oficina... Menudo problema. – Musitó el director mientras me daba la espalda, caminando hacía su oficina, yo sólo le seguí, bastante nerviosa, pensando en lo que le diría, y no porque no supiera que decirle, el problema era que no sabía como articular palabra delante de él. 

Mi Sensei |Kakashi y Tú|Where stories live. Discover now