Algo inesperado 2

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Me vestí para ir a la oficina, mi parte racional me gritaba que no lo hiciera, que todo aquello podría ser muy peligroso, pero mis emociones me empujaban a descubrir qué era todo aquello que estaba sintiendo. Por otro lado, pensaba que no era ético dejar que lo personal dictara las directrices del trabajo, sobre todo si ello podía influir directamente en mis posibilidades futuras, así que me obligué a dejar todo aquello a un lado.

Eran cerca de las 9 de la mañana, caminaba con prisa pero al estar cerca de la oficina, no pude evitar que el corazón latiera a mil por minutos, así que tuve que entrar a una cafetería enfrente del local y pedir un café para calmar un poco los nervios. Me senté mirando por la ventana la entrada al local y sólo unos minutos más tarde vi como llegaba Elizabeth. Era my extraño que llegara a esa hora, por lo general, abría el local con Betty ¿Se habría quedado dormida? No importaba, lo cierto era que estaba allí y al verla, por alguna extraña razón, mi corazón dio un brinco, pero no de susto, sino de emoción, lo cual, sin darme cuenta, dibujó una media sonrisa en mi rostro. Sin pensarlo un minutos más, me levanté y fui directo a la oficina.

Al llegar, mis manos me sudaban más de lo normal, no sabía que esperar, pero igual respiré profundo y entré.

· Hola buen día – Le dije a Betty que me recibió con su gran sonrisa.

· Hola mi niña ¿se te pegaron las sábanas? – Me dijo con cierta reprimenda

· Un poco – Contesté apenada, no podía decirle a nadie que tenía más de dos horas debatiéndome entre ir o no hasta allí.

· Bien, como que es algo común hoy, Eli también acaba de llegar, así que no te preocupes, si te reclama dile de mi parte que hoy, ni ella tiene moral para eso – Me guiñó el ojo en plan cómplice y comenzó a reír.

Había llegado elmomento, abrí lentamente la puerta hasta verla sentada en su escritorio frenteal computador. De inmediato dirigió su vista hacia mí y sin dejarme pensar niun segundo me recibió con una enorme sonrisa y con su mano me hizo señas paraque me acercara. No la hice esperar, la curiosidad por saber qué la tenía detan buen humor me mataba.

· Hola – Dije tímidamente al llegar a su lado

· Muy buenos días – Se levantó y me dio un ligero abrazo - ¿Cómo amaneció mi pasante estrella?

· Bien – Respondí con tono de confusión total.

· Jajajajajaja quita esa cara que hoy hay motivos de sobra para que rías.

· Eeeeehh no te entiendo.

· Ven, quiero que lo veas con tus propios ojos – Me sentó en su silla para que leyera lo que estaba en pantalla.

Al principio, nolograba concentrarme en lo que veía, pues se había inclinado al lado míoquedando muy cerca de mí, lo cual me perturbó, pero de inmediato logré fijar lamirada en el correo que tenía en frente. Era la respuesta a la propuestarealizada por mí el día anterior. No podía creer lo que leía, aceptabanplenamente la propuesta dando carta blanca a todas las sugerencias del caso. Mequedé boquiabierta.

· ¿Esto es en serio? Es decir, no debías mandarlo hoy a las 10:00 am.

· Si pero lo hice anoche desde mi casa. Preferí que lo tuvieran a primera hora del día a ver si respondían rápido y funcionó – Al ver mi cara de perplejidad, rió en carcajada. – Felicitaciones. Como verás, hiciste un excelente trabajo.

La emoción hizo que me abalanzara hacia ella para abrazarla y pegar gritos ahogados. No podía creerlo. Ese era el primer trabajo de ese tipo que elaboraba y el que fuese aceptado sin reparos era todo un logro.

Vivir otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora