Amigos ✿ Fight Club [Jack/The Narrator]

[✿] 01

Alex entro al gran salón, casi no había nada, solo unas cuantas sillas haciendo un circulo al rededor y menos de diez personas, un feo cartel hecho con plumón sharpie negro en el techo que decía "Grupo de ayuda contra la perdida". Además de una pequeña mesa con bocadillos y café a un lado de la saluda.

Tragó saliva, ya no estaba tan segura si era buena idea haber venido.

Miro la hora en su reloj de muñeca; 7:05 p.m., ya debió de haber comenzado. A pesar de que casi tenía treinta años, aún seguía viviendo con su madre, ella solia ser un poco sobreprotectora, así que le prometió que volvería a casa antes de las 9 de la noche, últimamente a habido robos, y más a mujeres, así que debía de ser precavida.

Se sentaste en una silla vacía y poco a poco los demás lo comenzaron a hacer también, todo estaba en silencio hasta que un sujeto gordo de pelo negro, habla:

— Veo una nueva cara, amigos— todos los presentes voltearon a verla, y se sintió nerviosa—. ¿Te gustaría presentarte y contarnos por qué estás aquí?

La pelinegra solía ser tímida y más en este caso de momentos, así que nerviosa se paró y de vez en cuando levantaba la mirada apenada.

— Buenas noches. Soy Alexandra Dumont, Alex para los amigos— soltó una pequeña risa nerviosa, pero luego la borro rápidamente —. Estoy aquí porque hace un mes mi padre falleció de cáncer de colón... Era un gran hombre. Amable y cariñoso...

Su voz se apagó y sus ojos comenzaron a arderle. Bajo la mirada y se limpio aquella rebelde lágrima que había caído por su mejilla.

— No te preocupes, hoy es tu primer día. Fuiste muy amable en contarnos sobre tu padre— comento con una leve sonrisa un joven con ojos azules.

Alex no dejo de mirarlo durante unos segundos y solo pudo asentir ante sus palabras. Miraste el gafete en su pecho, "Jack", ese era su nombre.

Después de tu corta participación, siguieron otros más, contando poco a poco como han ido superando la perdida de aquel ser querido que los hizo venir. Algunos llorando pero otros simplemente los recordaban con amor y tristeza.

Siguió así durante una hora, hasta que terminó y antes de irse como despedida comieron los bocadillos y café que había en la mesa de la entrada. Alex se sirvió un poco de café con leche negro y unas galletas de coco en forma de flores, cuando sintió como algún se le acercaba. Levanto la vista y lo supo al instante en qué vio sus ojos azules, Jack.

— Fuiste muy valiente.— comento amable—. Yo conté mi perdida hasta la quinta ocasión en qué vine.

— Gracias —dijo tímida —. Ya tenía ganas de desahogarme un poco. Es que no tengo muchos amigos cercanos en el trabajo... Bueno, en realidad no tengo ni uno.