Sábado por la noche

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La música y las luces multicolores invadían el lugar. Los jóvenes se movían de manera sensual al ritmo de la música, cada uno de ellos tenían un antifaz. Algunos yacían reunidos en la sala de la casa junto al anfitrión.

—Wow te quedó increíble Ryō-chan— decía Kazunari con un antifaz negro con destellos verdes.

—¿Verdad? Mamá me dejó organizarla. Tenía tiempo de hacer una fiesta así— respondió el rubio con un antifaz dorado, pantalón negro de cuero y una playera sin mangas de cuero cernida a su cuerpo.

—Sí.... Ryōta que te parece si subimos a tú habitación— sugirió Daiki parado detrás del rubio y restregándole cierta parte de su anatomía.

—Sí— aceptó ronroneando y se llevó al As de Tōō.

—No pueden esperar— dijo el pelo verde con un antifaz gris a tonos azules.

—Yo que te iba a decir que me llevarás, Shin-chan. Ryō-chan me dejó la llave de un cuarto de invitados. Es una lástima— dijo enseñándole la llave. Shintarō le arrebató la llave y lo arrastró, Kazunari iba sonriendo.

Tetsuya vio aquella persona mirándolos —Akashi-kun Toma— dijo entregándole una llave.

—¿Para qué?— dijo tomándola.

—No sé, tú sabrás. Además, te quedas solo. Nosotros vamos arriba— dijo tomando a Taiga de la mano.

—Joder. Me dejaron sólo y Kōki que no llegó, será mejor que me marché— murmuró guardando la llave en su pantalón.

Camino a través de la pista de baile hasta que sintió que lo jalaron y la persona le bailaba de forma sensual —Dejadme— dijo marchándose pero la persona se le volvió atravesar y negó. Por más que se negaba aquella persona se volvía a poner se en su camino hasta que accedió y comenzó a bailar con ella.

La pista se abría para ellos, pues la sensualidad y la tensión sexual se sentían en la pista. Los invitados observaban como un castaño con un antifaz rojo, un pantalón de cuero rojo, una playera sin mangas roja resaltaba con la playera de cuero negro de manga larga baila de forma sensual al gran Akashi Seijūrō. Como no reconocerlo, si desprendía esa aura de superioridad y el color de cabello lo delataba a pesar de traer ese pantalón de cuero, la camisa manga larga de cuero negra y ese antifaz blanco que resaltaba sus ojos rojos.

Seijūrō se sentía extrañó, cuando sus cuerpos chocaban las descargas eléctricas se hacían presenté. Al termino la canción y comenzó la nueva, él del antifaz rojo se acercó para besarlo, pero él retrocedió —Baile contigo porqué fuiste persistente, pero tengo alguien que me gusta— dijo dándose la vuelta.

—Seijūrō-kun.

Escuchó claramente su nombre de esa voz familiar. Rápido volteó y reconoció esa mordida en labio inferior y las mejillas sonrojadas que se lograban apreciar —Kōki...

—¿Ahora si me besas?— preguntó acercándose al pelorrojo.

—Kōki tú...— sintió como sus labios fueron poseídos por el castaño y respondió al dulce besó.

—Me gustas, Seijūrō— dijo una vez que se separó. Su corazón latía ferozmente, no podía creer lo que había hecho y menos delante de 100 invitados. Sus mejillas se tornaron aún más rojas.

Seijūrō sonrió, se abalanzó sobre Kōki y comenzó a besarlo. En un principio de forma lenta, luego lamió los labios pidiendo permiso y estos se abrieron. El beso aunque era lento, era absolutamente sensual a la vista de los invitados —¿Quieres ser mi novio?— preguntó Seijūrō una vez que se separaron y recuperó el aliento.

—¡Sí!— respondió y se abrazó a Seijūrō —Además... Me provocaste cierta reacción. Así qué haz te responsable— agregó frotándose con el pelorrojo.

Seijūrō lo besó nuevamente y esta vez, lo tomó de las caderas e hizo que Kōki se abrazara con sus piernas a su cadera. Una vez que se aferró a los glúteos de Kōki lo llevó a la habitación que le había dejado Kuroko, abrió lentamente la puerta y la cerró con seguro. Chocaron con la cama entre los besos y Seijūrō comenzó a desvestir a Kōki —¿Estás seguro?— preguntó quitándole la playera.

—Si— gimió al sentir las caricias en sus pezones —aghhg seii.

Seijūrō continuó jugando con los pezones mientras con su otra mano deslizaba el cierre del pantalón rojo.

De pronto sintió una mano tocar su excitado miembro —Mnghhh Seiii aghhh— gimió mordiéndose los labios.

—Kōki— gruño excitado. Éste en respuesta, se sentó y bajo el cierre del pantalón negro junto con el bóxer de Seijūrō y comenzó a masturbar el miembro del pelorrojo.

Seijūrō acomodo a Kōki mejor y lograron ambos frotarse mientras se de besaban. Los gemidos resonaban atreves de la habitación —me vengó— dijo sonrojado mordiendo el cuello del pelorrojo.

—mnghh también— respondió aumentado el subir y bajar de su mano.

—Sei/Kōki— gimieron ambos al unísono. Kōki besó a Seijūrō y cuando rompieron el beso, el castaño se dejó caer en la cama.

Seijūrō se posicionó y volvió a jugar con los pezones de Kōki

—mnggg Sei aghh—gimió pero su mente se esfumaba.

Seijūrō no escuchaba a Kōki gemir y vio que estaba dormido —La próxima vez no te dejaré escapar, Kōki— dijo mientras le besaba una última vez y se quitaba su pantalón sucio y la playera, se acomodó junto a Kōki y cerró sus ojos.

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Abrió lentamente sus ojos, desconocía la habitación, miró a su lado encontrándose con Seijūrō dormido. Se cubrió el rostro al recordar todo lo que había hecho. Se levantó lentamente para descubrir que estaba completamente desnudo al igual que SU novio y, su abdomen, yacía cubierto de semen.

Sentía el movimiento, abrió sus ojos y vio que Kōki trataba de levantarse —Espera un rato más— dijo envolviéndolo de la cintura y jalándolo hacia él.

—Seijūrō-kun— dijo algo tímido sintiendo la desnudes del pelorrojo.

—Duerme. En un rato nos traen ropa limpia, la nuestra está sucia— dijo pegando su cuerpo al de Kōki.

—Seijūrō-kun...yo— trató de decir, pero éste lo silenció a besos.

—Gracias por aceptar ser mi novio. Pensé que nunca te ibas a enamorar de mi— dijo besándole el cuello.

Kōki rió por las cosquillas que le ocasionaban los besos —Sabes... Creó que me gustabas desde que te conocí, pero el miedo que te tenía hizo que me fijara en otras personas. Cuando te vi aparecer en la cafetería, realmente estaba feliz de que fueras tú. Me gustas, Seijūrō-kun— dijo besándole.

—Kōki.... Te amo— dijo respondiendo al besó —Nunca te dejaré ir. Prometo hacerte feliz, Kōki.

Mientras eso sucedía en la habitación, 3 personas escuchaban atentamente atreves de la puerta con un vaso —Al fin tendremos Akafuri— dijo Ryōta con una gran sonrisa a Tetsuya y Kazunari.

—Tienen tres segundos para irse o los mataré — escucharon atreves de la puerta. Todos salieron corriendo a refugiarse del emperador y sus tijeras locas.

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Gracias por haber leído y sus votos.
Espero les haya gustado.

Ai

Cita a Ciegas (AkaFuri)Where stories live. Discover now