Gracias, estaremos en la mesa.

Estábamos sentados todos en la mesa, mi hermana y Natsuki no paraban de hablar.

Si, un día de estos hay que ir a un parque. decía mi hermana sin poder dejar de sonreír.

Cierto. contestó Natsuki.

Veo que se llevan bien. dijeron los dos al mismo tiempo, se referían a Kagene y a mí.

¡¿Qué?! ¡están locos! dijimos al mismo tiempo Kagene y yo.

Tranquilo hermano, ella no es alguien que quisiera ser mi amiga.dijo Kagene.

Eso es cierto, ambos sólo somos compañeros de clase, por si acaso.dije yo.

De pronto se abrió la puerta del comedor y apareció la que supongo es abuela de Natsuki, entonces comenzó a hablar algo que hizo que me quedara atónita, sin que yo pudiera responder.

Es muy bueno que Len tenga una amiga con quién conversar, ya que nunca trae a nadie a la casa.

¡Abuela! Eso no es cierto. gritó Kagene.

Entonces has traído a otras chicas a la casa cuando yo no estoy.dijo la abuela.

No, eso tampoco es cierto, esta conversación ya se tornó fuera de lugar. Continuó Kagene.

Este, nosotras ya nos vamos. dijo mi hermana con una sonrisa un tanto nerviosa.

Si, yo las acompaño hacia la puerta.propuso Natsuki.

Y así fue, Natsuki nos llevó hacia la puerta, nos despidió, a mí con un beso en la mejilla que no pude evitar, pues mi hermana me tenía enfrente de él, no tuve escapatoria, mientras que con mi hermana le dio un beso en los labios, que desearía no haber visto.
Llegamos a nuestra casa, entramos y nos encontramos a nuestros padres.

Buenas noches Akari, buenas noches Rin. ¿Rin?

—¿Si madre?

Te tenemos que decir algo. Te inscribimos a una clase extra de música.

Dos corazones y una llave Where stories live. Discover now