-Que quiere con nosotros, nosotros no le hemos hecho nada.

-Como no, a mí y a los que están ahí dentro.

-Nosotros solo venimos, a ganar dinero.

-Bien Martínez, vamos a mi lugar favorito.

-Si señorita.

-A donde nos llevas.-me dice uno de ellos.

-A mi lugar favorito.

-Al hotel.

-me rio.-Claro al hotel, porque quiero un trio con ustedes.-volteo los ojos.

-Vaya, ya vez hermano, sabía que íbamos a ligar.

-Sobre todo a ligar.-les digo.

Vamos por la carretera y llegamos a una de los talleres lejos de la ciudad, según es un taller pero siempre es ahí donde almacenamos los paquetes de droga, así que entramos, dos de mis hombres los bajan y los sientan en un par de sillas de madera, a ambos les amarran las manos y ellos se sienten confundidos.

-Esto es como 50 sombras de grey.

-No cariño, esto es como las películas de los mafiosos.

-Que estas tratando de decir.

-Que este será el último día en que irán hacer sus pendejas estafas.

Voy adentro y los dejo gritando, así que entro y tomo un vaso de agua y me siento un poco, siempre que hago este tipo de cosas mis nervios se alteran y mi corazón empieza a latir demasiado rápido, tomo un par de pastillas para el corazón y me siento un poco en la silla de Ritchie, y respiro y exhalo siento que alguien me mira.

-Estas bien.

-No lo se.-digo entre jadeos.

-Al parecer no, que ha sucedido y esos hombres.

-Esos hijos de puta, me han querido robar.

-Gloria, no debes alterarte, te lo han dicho.

-Ritchie lo sé, pero se manejar esto.

-Está bien, solo tú sabes.-me dice molesto.

-Que sucede.

-Nada.

-Claro que te sucede algo, dime.

-Nada.-se sienta en otra silla.-Solo.

-Solo que, que pasa Ritchie.

-Es cierto que te has visto con ese hijo de puta.

-Cuál de todos.-le sonrió.

-No te hagas pendeja.- me dice molesto.

-Ritchie, ya te había hablado de esto.

-Gloria.-se pasa su mano por su hermoso cabezo y viene hacia mí, se inca y pone sus manos junto con las mías.-Gloria, mírame a los ojos y dime si no te has enamorado de él.

-Ritchie, porque me preguntas esto.-digo con sarcasmo.

-Tú sabes porque, yo sé que entre tú y yo no puede haber una relación, pero no quiero que nos lastimemos al uno al otro.

-Ritchie, yo te he dicho entre él y yo no hay nada, solo es venganza mía.

-Quisiera, pensar que eso es cierto.-se levanta.-Pero cada uno tiene que agarrar su camino no crees.

-Ritchie, que estas tratando de decirme.-me paro y lo volteo para que me vea.-Tu sabes que soy complicada, tengo miedo.

-De que Gloria.-

Llegan y nos interrumpen.

-Señorita Miller, lo siento pero los tipos se están poniendo desesperantes.

-Ya voy dame 5 minutos y voy.-digo enfadada.

Se vuelve a ir y él y yo nos quedamos solos, tengo miedo de verlo y decirlo lo que siento.

-Ritchie, ahora tengo que resolver un problema.

-Está bien.

-Te prometo que mañana lo hablamos.

-Gloria, siempre es lo mismo, ya me canse.

-Solo te pido eso.-mis lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas y el las limpia, con sus tiernos labios besando mis mejillas hasta llegar a mi frente.

-Nos vemos mañana, buenas noches.

Se aleja de mí y se va, golpeo la maldita pared y veo mis puños sangrar, no me duele pero a veces quisiera decirles a todos a los que amo que en verdad los amo, pero mi corazón esta tan roto que tiene miedo de volver a latir por alguien más, sé que lo de William solo es capricho pero yo sé que él quiere algo de mí y espero que eso no lo consiga.

Salgo dela oficina y están todos golpeados, me siento en la silla enfrente de ellos, uno de mis hombres me trae dos armas color doradas son calibre 45 ambas son de oro estas armas valen alrededor de 50 mil dólares y es claro que yo las puedo tener solo las uso en ocasiones especiales como esta. Así que me siento y los veo a ambos mirarme.

-Que carajos quieres de nosotros, ya bastante nos han golpeado.

-Tengo hijos no me mates.-dice uno de ellos.

-Eso debiste pensar, antes de estafarme, HIJO DE PUTA.-le grito.

-Y que ganas con esto.

-Muchas cosas.

-Un cadáver más en tu lista.

-Exacto, un delito más en mi hoja de crímenes, que por cierto es... muy pero muy larga.

-Vaya, pues que HIJA DE PUTA.

-Más respeto a la difunta.-me persigno.

-Eres una maldita, hay tienes nuestro dinero, déjanos salir.

-No.

-¿Por qué?

-Porque, si los saco van a seguir haciendo estas chingaderas.

-Te lo prometemos que no.

-TE CREES MAS LISTA QUE NOSOTROS, TE GANAMOS TU PUTO DINERO.

-Si lo sé, pero no contaron que enfrente de ustedes había una pinche reina de las estafas, creen que no me di cuenta desde el principio.

-YA CALLATE.-escupe-.MALDITA ZORRA.

Sin pensarlo me paro de la silla y me dirijo hacia él.

-Adiós nene.

Le disparo en la boca el otro se queda sorprendido de lo que acabo de hacer, y veo que entre sus pantalones sale agua, claro eso no es agua es orina.

-Ahora haz visto, lo que le sucedió a tu hermano.-lo miro.-Tienes algo más que me quieras decir.

-Eres una HIJA DE PUTA.

-Gracias.

Le disparo en la cabeza. Me siento en la silla.

-Necesito agua.

-Si señorita.

-Llévenselos, ya saben a dónde, y limpien esto pronto.

-Si señorita.

-Rogelio, vamos a casa.

-Si señorita.

Salimos del taller y nos dirigimos a casa cuando llego a la entrada de mi casa me quito las zapatillas y me dirijo a mi habitación, esta oscuro así que no prendo la luz, simplemente con el vestido y el maquillaje me quedo profundamente dormida.

El día de hoy han pasado demasiadas cosas y espero que Ritchie piense bien lo que ha sucedido entre los dos, no lo quiero lastimar me dolería verlo llorar el día de mi muerte.


La Jefa de JefasWhere stories live. Discover now