Capítulo 9. Huida

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A pesar de los intentos de sus amigos de decirle a Clarke que allí estaban a salvo, ella no lo creía, su instinto le decía que algo no estaba bien. Revisó aquel lugar, quedándose con cada pasillo, con cada pequeño detalle, pero había varias zonas que estaban prohibidas para ella. Un día, Clarke vio como llegaba un herido del exterior, todos estaban bastante agitados, sus protocolos le hacían ponerse unos trajes protectores antes de atender a los heridos, en un descuido la rubia se coló por la puerta cuando entraron corriendo, se escondió para poder observar sin que la vieran, vio como al herido lo ponían en una camilla y lo enchufaban a la máquina de diálisis, lo que sorprendió a la rubia eran los cables perdiéndose más allá de la pared, con cuidado de que no la vieran empezó a seguir el camino de los cables, abrió una puerta con rapidez cuando sintió un sonido tras ella, tapó su boca cuando iba a soltar un grito, delante de ella había dos terrestres colgados boca abajo, los había reconocido por su piel bronceada y sus tatuajes, más allá había muchísimas jaulas, empezó a caminar entre ellas, se paró sorprendida al ver una cara familiar

- Anya...- dijo agachándose en la jaula donde la otra rubia estaba encerrada- Voy a sacarte de aquí- Clarke buscó algo en la sala, encontró una barra de hierro que usó para romper el candado de Anya, cuando la jaula se abrió, tuvo que meterse en ella al ver como la puerta de aquella sala se abría, miró a Anya a los ojos, ambas callaron, esperando que no se dieran cuenta de la intrusión

La doctora a la que Clarke ya había visto con anterioridad, entró, cogió algo, miró un momento a las jaulas, pero inmediatamente salió por donde había venido. Clarke se arrastró fuera de la jaula, ayudó a Anya a salir, tuvo que sujetarla por la cintura, ya que la chica apenas podía andar, caminaron lentamente por una salida diferente a la que Clarke había entrado, al hacerlo las puertas se cerraron de golpe, dejando a las dos rubias encerradas, Clarke golpeo la puerta inútilmente, en ese instante una sirena empezó a sonar y una trampilla en sus pies se abrió, arrojando a las dos chicas por un túnel, algo amortiguó su golpe, al mirar ambas gritaron al ver que eran cuerpos de terrestres muertos. Salieron del carro donde habían caído, Clarke se fijó en que los cuerpos estaban desnudos, por lo que alcanzó un montón de ropa apilada que había y se lo lanzó a Anya que estaba en las mismas condiciones

- Vístete, tenemos que salir de aquí- dijo Clarke mirando el túnel donde se encontraban

- No iré a ninguna parte sin mi gente- Anya se apoyó en la pared, apenas conseguía mantenerse en pie

- Tenemos que buscar ayuda, mirate, apenas puedes caminar, mucho menos luchar- Clarke se acercó a la otra chica, mirándola a los ojos- Mi gente también está ahí dentro, pero ellos están armados, iremos por ayuda y volveremos, juntas

- Nosotras no estamos juntas- dijo secamente Anya, pero aún así empezó a seguirla

- Maldita sea. Este lugar es un laberinto- Clarke miro hacia todos lados, habían andado un rato, pero todo le parecía igual

- ¿Qué nos están haciendo?- se quejó Anya tosiendo, cada vez se sentía más débil

- Usan vuestra sangre- explicó la rubia de ojos azules- Vi a un soldado entrar con quemaduras por radiación. Horas después estaba bien. Es como si vuestra sangre los curara de alguna forma. Nunca he visto algo parecido- miró los dos caminos que tenía delante y eligió uno- Vamos. Por aquí.

No tardaron en escuchar voces, pasos detrás de ellas, empezaron a correr, a Anya le dolía todo, pero aún así no dejó de seguir a Clarke, ambas miraban de vez en cuando hacia atrás, pendiente de cuando aparecieran sus captores, las luces de sus linternas cada vez se veían más cerca. Ambas frenaron bruscamente cuando el camino se acabó, habían llegado a un precipicio, parecía que estuvieran en una presa, los hombres de Monte Weather no tardaron en llegar a donde estaban ellas, las apuntaron con sus armas, ambas rubias se miraron, Anya no lo dudó y saltó

For my people (Clexa) (pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora