—Súper. —Obviamente justin no estaba sintiendo la misma adrenalina por estar sentado tan cerca de mí. ¡Estúpida Sara, por hacerme pensar en él como un chico! Iba a matarla cuando la viera mañana.

Logré una sonrisa incómoda y agarré mi pizza. La punta de la rebanada se doblo hacia abajo y un trozo de queso se desprendió del extremo antes de que pudiera atraparlo. Aterrizó haciendo paff en el pie de Justin.

 Ambos miramos hacia abajo mientras lentamente se deslizó fuera de la punta de su bota y por el lado, llegó tranquilamente a las fibras de la alfombra color hueso de su sótano. Sí, yo era una chica femenina muy agraciada. Suspiré. 

—¿Lo quieres de vuelta? —justin preguntó.

Me reí. —No, puedes quedártelo.

—Excelente. Tenía la esperanza de agregar un poco de pelusa de alfombra a mi pizza —él se agachó y recogió el pedazo, lo inspeccionó por un minuto, luego se lo metió en la boca.

—¡Eso es tan asqueroso! —Me eché a reír mientras él procedió a masticarlo, arrugando la nariz como si hubiera mordido algo horrible—. ¡Realmente no vas a comerte eso!

Él tragó, con los ojos chispeantes de diversión. —Por supuesto que me lo comí. Es sólo pelusa de alfombra.

Me reí. —Eres repugnante. —Entonces suspiré mientras soplaba hacia mi pizza antes de tomar otro bocado. Así que él no estaba haciendo su movida conmigo. Ningún chico trataba de impresionar a una chica comiendo pizza con pelusa de alfombra. Era demasiado asqueroso. Como el que me gustara que me besara cuando‖ acabara de comer porquerías…

Oh, no. ¡Acabó de poner "justin" y "me besara" en la misma frase!

¡Yo era una idiot*!

¿Cómo podía ser tan estúpida como para que me gustara? No me gustaba, ¿pero me gustaba? Quiero decir, él salía conmigo porque yo no estaba en las cosas de chicos. ¡Sería una total violación a nuestro código de amistad si empezaba a gustarme!

No me gustaba. ¿Lo hacía? Tenía que saber.

Sutilmente lo miré a hurtadillas. Estaba inclinado hacia adelante, viendo la televisión, con su pelo todo puntiagudo y sus antebrazos apoyados en los muslos.

Me miró, me guiñó un ojo, y mi vientre saltó en respuesta a pesar de que él se volvió completamente de nuevo a la televisión.

Ningún chico me había hecho saltar el vientre nunca antes. No de esta manera. 

No había forma de negarlo.

Me gustaba justin.

Él dejó escapar un grito y golpeó sus manos sobre sus muslos. —¿Has visto esa jugada? ¡Tenemos que practicar eso! —se volvió hacia mí, y su sonrisa desapareció. De pronto, había una mirada realmente cautelosa en su rostro, casi como si tuviera miedo de mí. Era la misma mirada que había visto en su cara cuando él había visto a Ashley viniendo tras de él en el partido de fútbol. ¡Me había convertido en otra Ashley!

—¿Trisha? —Su voz era cautelosa y un poco tensa—. ¿Por qué me miras así?

Oh, Dios. Él lo sabía. ¿Cómo no podría hacerlo? Había estado mirándolo durante, como, cinco minutos, pensando en él besándome. ¡Piensa en una razón, Trisha! Pero todo lo que podía pensar era en cuán lindo se veía con el

ceño fruncido. —Um…

Se aclaró la garganta y se levantó. —Voy al baño. Vuelvo en un minuto. —Y entonces saltó por encima del respaldo del sofá y subió corriendo las escaleras, tres a la vez.

Fue lo más rápido que jamás lo había visto moverse.

Debido a que estaba huyendo de mí.

¡Argh! ¡Esto fue horrible!

Saqué mi teléfono celular y le marqué a Beth. Ella contestó al primer timbrazo.

—¿Cómo va la cita?

—¡Horrible! —Le conté lo sucedido, susurrando tan rápido como pude, mirando la escalera y prestando oído al regreso de justin—. ¿Qué debo hacer? Él va a cancelar las prácticas de fútbol, ¡lo sé!

—Espera. —Las escuché a ella y Sara hablando, pero sus voces estaban amortiguadas, como si ella hubiera cubierto el teléfono.

Tamborileé con mi pie y di un respingo con cada crujido de la casa. —Date prisa —susurré.

Finalmente, Beth habló de nuevo. —Tienes que entrar en Modo de Recuperación de Emergencia."

—¿Qué es eso?

—Dale una buena razón para la mirada extraña en tu cara, luego habla de fútbol. Mucho. Hazle pensar que lo malinterpretó. Vamos a hacer control de daños cuando nos reunamos mañana. ¿Entendido?

La puerta del sótano se abrió y cerré mi teléfono y lo metí en mi bolsillo. Me limpié las palmas de mis manos en mis jeans cuando justin bajó las escaleras, mucho más lento de cómo las había subido.

Dios, esto era tan embarazoso.

Tomé una respiración profunda, entonces me volteé en el sofá. —¿Has traído hielo?"

Me miró y se detuvo en la escalera. —¿Hielo? ¿Por qué?

—Me quemé el paladar con el queso. Me está matando. —Rodé los ojos—. Siento ponerte nervioso hace un segundo. Estaba tratando de evaluar los daños para ver si tenía que ir a la sala de emergencias, además de que estaba tratando de averiguar cómo culparte por ello. No es que funcionara. —Forcé una risita—. Soy la única idiot* por aquí, y a menos que tengas hielo, creo que necesitas llamar a una ambulancia.

—¿Mi culpa? Ni de cerca. —Parte de la tensión dejó sus hombros y siguió caminando hacia mí, saltando sobre el escalón inferior—. El refresco está frío. ¿Funcionará?

—Sí, buena idea. —Agarré una lata de Coca de dieta y la abrí—. Así que, ¿tienes papel y una pluma? Quiero tomar algunas notas esta noche. —Tomé un trago.

Él pareció sorprendido. —¿En serio?

—¿Estás bromeando? —Inyecté una cantidad impresionante de entusiasmo en mi voz y coloqué la lata sobre la mesa—. Estoy muy entusiasmada por esto, y no quiero perderme nada. —Apreté los puños y no tuve que fingir mi determinación—. Voy a lograr entrar en el equipo universitario, justin. No importa lo que pase.

Por fin me dio una sonrisa real. —Por supuesto que lo harás.

Asentí con la cabeza. —Ahora que ambos hemos reconocido que siempre tengo la razón, deja de hablar para que pueda concentrarme en el partido. —Puse mis ojos en blanco—. Los chicos sólo hablan y hablan. Nunca se callan. Cómo se supone que una chica va a ver un partido, ¿eh?

Él se rió y se reclinó contra el sofá, y podía decir que las cosas estuvieron bien entre nosotros otra vez.

O tan bien como podrían estar, ya que ahora me había dado cuenta que él me gustaba, y nunca podría, nunca, NUNCA admitir eso.

The boyfriend gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora