Capítulo 12

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La cita♡

Eran las 14:50 y Guillermo estaba saliendo de la ducha vestido con un pantalón gris y una remera negra, había "acomodado" su cabello y estaba listo para ir al Parque a ver a Samuel.

A las 15:15 Comenzó a caminar por las calles de Madrid, con sus cascos puestos, oyendo su música favorita.

Al acercarse más al Parque sintió las piernas temblarle y las manos sudarle. 《genial, estoy nervioso》pensó.

Al llegar al Parque vio a Samuel, vestido con un pantalón negro y una remera morada y pensó en lo perfecto que se veía.

-Guiiiille- chilló Samuel con su típica voz aniñada al ver a su amigo acercarse.

-¡Hola!- respondió Guille,  llegando al lado de su mejor amigo.

Samuel golpeó con su mano el césped, justo a su lado, indicándole a Guillermo que se sentase.

-¿Estás esperando hace mucho?- preguntó el pelinegro una vez sentado.

-No. Bueno, en realidad he traído a Max al parque hace un rato y me quedé esperándote.- Max era su vecinito pequeño, cuando su madre debía hacer los turnos de la tarde en el trabajo, Samuel solía cuidarlo. - sé que no es lo mejor traerlo a una cita, pero no tenía otra opción y tampoco quería perder la oportunidad de verte.

-Samu, me ves todos los días en clase - rió el menor- además ¿cita? -

-Lo sé, pero esto es diferente y si, cita, te había dicho que era algo más que una simple salida de amigos- el mayor le había guiñado un ojo y las mejillas del menor se tiñeron de un rosa leve pero si notable.

-Bien, Cita, me gusta- ambos sonrieron - ¿Qué te parece si ayudamos a max con su obra de arte? .-

Al mirar ambos al pequeño de apenas 2 años, lo vieron que estaba haciendo figuras de arena con sus juguetes que parecían ser los típicos que se llevan a la playa.

Los dos jóvenes se acercaron al pequeño que se encontraba en el arenero, lo miraron con ternura, tenía toda su ropa completamente llena de arena, incluyendo su rostro y manitos.

-Max ¿quieres ayuda con eso? - preguntó el mayor señalando el castillo que el niño construía.

-Ti- respondió el pequeño, causando máxima ternura a Guillermo.

Ambos chicos se sentaron en el arenero y comenzaron a jugar con el pequeño, haciendo torres de arena y max destruyéndolas.

Había pasado aproximadamente 2 horas de que estaban en la parque Max se veía agotado de haber reído, corrido y jugado toda la tarde.

-¿Max, quieres ir a por un helado?- pregunto el mayor.

-Tiiiiii- respondió el pequeño niño

-¿Y tú Guille?-

-Me parece una idea genial -

Los tres habían emprendido camino hacia la heladería. Samuel tenía agarrada la mano del niño cuando este se freno en la mitad de la calle.

-¿Qué pasa pequeño? -

-¿Podque él no me da da manito?

-¿Quieres que Guille también te de la mano?-

-Ti -

Guillermo había cogido la mano del niño y habían vuelto a marchar en busca de helados.

[...]

Una vez en la Heladería todos habían pedido sus helados: Max uno de chocolate, Guille uno de vainilla y Samuel uno de fresa.

-¿Max estas cansado?- pregunto Guille viendo al pequeño refregarse los ojos con el dorso de sus manitas.

-Und poco-

-¿Quieres que te carge de camino a casa?

-Ujum-

Y así sucedió, Guillermo cargo al pequeño que había quedado completamente dormido de camino a casa, mientras a su lado Samuel iba a su mismo paso.

[...]

Habían llegado a la casa de Samuel y este había acostado a Max en su habitación y regresado con Guille a la cocina.

-Creo que debería irme- murmuró el pelinegro.

-Bien. Y Guille, lo siento.-

-¿Por qué? - preguntó curioso y extrañado.

-Por nuestras cita. Debería haberla dejado para otro día, sabes, ni siquiera he tenido tiempo a besarte.- soltó aquello como si nada y obviamente las mejillas del menor estaban ardiendo.

-Aún tienes tiempo- Murmuró.

Y si más nada que decir Samuel unió sus labios con ansía y desesperación, pero aun así con mucha ternura.
Las manos del mayor fueron dirigidas a las caderas de Guille y las de este al pelo del contrario. Ambos podían notar la sonrisa del otro contra sus labios y podrán notar ninguno quería separarse hasta que la puerta se abrió.

-Samuel ayúdame a entrar las compr...- la madre de este había regresado a la casa y entrado a la cocina, pero ninguno la había oído debido a su ensoñación en aquél beso- Ohh. Lo siento chicos- Sonrió - iré a buscar las cosas al auto, ya regreso- y salió por la puerta.

Un silencio se había formado entre ellos que fue interrumpido por Guillermo.

-Debo irme, Samu-

-Esto... si, cierto. Te acompaño a la puerta. -

-No, está bien -Sonrió- conozco el camino-

-Okay, al menos despídete-

Guillermo iba a agitar su mano y decir un simple 《Adiospero samuel había tirado de esta y vuelto a besar sus labios en un beso corto.

-Te quiero, tontaco- susurró en su oído al separarse.

-Yo igual- respondió en un murmuro tan bajo que Samuel apenas pudo oírlo, pero fue suficiente para hacerle sonreír.

[...]

Guillermo estaba saliendo por la entrada de la casa de su ¿Novio? Quizá demasiado anticipado. ¿Amigos? ¿Los amigos se besaban?. Ya no lo sabía.

-Guille, ¿puedo decirte algo?- preguntó la madre de Samuel, que estaba volviendo a entrar a su casa.

La cabeza de Guillermo comenzó a pensar tantas cosas. ¿Y si no les dejaba ser más amigos?¿Y si lo sacaba de la escuela?¿Y si era homofóbica?.

-Cl..claro señora De Luque.-

-Deja de temblar muchacho, solo quería decirte que tu y Samuel hacen una hermosa pareja.- la mujer le sonrió y este le devolvió la sonrisa.

-Ohh .. Gracias , por cierto Adiós -

-Adiós Guille.

Y por primera vez Guillermo regresó a su casa Mas feliz que nunca.





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