Wen y Rea son unas chicas muy especiales que deberán luchar contra su realidad. Viajarán a un mundo inigualable al que ningún ser humano puede llegar. Tendrán aventuras e incluso tendrán que luchar contra un enemigo tan poderoso que por ello estaba...
La batalla había comenzado. El equipo atacante era muy violento, tenían a : monstruos, a muchas personas de su lado y a otras con un collar de control. El equipo alfa, el equipo donde están todos los hijos de los dioses más el propio ejército, no era el más grande pero tenía muchas posibilidades de ganar, o eso esperaban. Monstruos de todo tipo atacaban a nuestro equipo alfa, pero ninguno se rendía. Muchos de los monstruos murieron a medida que el equipo alfa avanzaba.
Gigantes, minotauros, criaturas del infierno... Todos se habían reunido allí. No se veía a los jefes de aquella guerra. Ni a Bruno, ni a Emily, ni a Tifón. Solo monstruos y más monstruos.
Narra Rea:
Nuestro ejército estaba muy capacitado, pero éramos pocos comparado con su gran ejército. El equipo alfa nos habíamos dividido en dos: por un lado, los hijos de los dioses y por otro, los soldados. Nosotros éramos un blanco fácil pero sabíamos cómo defendernos. Yo iba junto a Andrew y a Leo. No habíamos visto a Wen desde que se fue a hacer la guardia con Nat. Todos estábamos luchando, los monstruos no paraban de llegar y no sabíamos de dónde. Ya había matado a muchos y los devolví a su casa, el Inframundo. Me propulsé para volar cuando me pareció ver a Adam, pero eso no era posible, seguramente sería Charles. De repente, oí gritar a Wen cabreada:
-¡Rea! ¡Es un traidor! ¡Adam es un traidor! ¡Se ha cambiado de bando!
-¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?!
-Él lo tenía todo planeado, ir a la misión , ser secuestrado... Nos había estado espiando desde que se descubrió lo de Bruno y Emily.-
-Iremos a por él, pero antes, debemos ganar la guerra.-
Los cuatro avanzamos hasta el epicentro de la batalla. Wen me llevó con ella en una nube y envolvió en una bola de aire a los chicos. Cuando nos bajamos, vimos de dónde salían todos los monstruos. ¡Había un maldito portal! ¿Desde cuándo existen portales en éste mundo? Sabía que aquí cualquier cosa era posible, pero... ¿Un portal?
Cuando pude hacerme a un lado, saqué un poco de agua de mi espada. Me explico... Los Dioses les hicieron unas mejoras, de la empuñadura de mi espada podía sacar objetos que yo había metido previamente.
Me fijé en todos los que estaban a mi alrededor, luchando como un único equipo, hasta llevábamos los mismos trajes de licra tan cómodos, y además personalizados, que nos había fabricado Amy.
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Del portal empezaron a salir muchos destellos. Después de un minuto, cuando los destellos se fueron apagando, del portal salió la guardia personal de Tifón: Él mismo, media docena de guardias, seguramente poseídos, y Bruno y Emily.
Los quería a todos muertos, bueno... a la media docena de guardias poseídos no, no me habían hecho ningún daño. Hasta que Tifón mandó matarnos a todos y hasta que uno intentara atacarme con un hacha. Desde ese momento sí que quería ver a todos muertos.
