Capítulo 2

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Como todos los días, nos saludamos dándonos dos besos en la mejilla, más falsos que las tetas de muchas de ellas. Me dí la vuelta para poner una de mis típicas cara de asco cuando de repente veo a una pareja de niños sin camiseta, uno rubio y otro Moreno que, que se dirige a nosotros.
Empiezo a sentir que los latidos de mi corazón aumentan de velocidad e intensidad con cada paso que dan, que se me sonroja la cara, empiezo a sudar y me pongo cada vez más nerviosa, Maybel se acerca a mí y en un susurro dice
-El rubio es Erick y el moreno es Dema. ¿Quieres que te los presente?
Sabía que esto iba por mí, a Maybel no le hacía nada de gracia que saliera con ese tipo de chicos por eso siempre que quedabamos me presentaba a nuevos "amigos", esta vez no pensaba estropearlo, ya había caído mil veces pero este era el acertado, no podía fallarle.
Finalmente llegaron a donde estábamos, sentí el agradable olor de la colonia que llenvaban, era mi preferida, Hugo Boss, al hacercarse a darme dos besos, su mano rozó por la parte inferior de mi espalda y en el momento en que su piel me tocó sentí como si una corriente eléctrica hubiera recorrido cada una de mis vértebras hasta llegar a la punta de mis pies.
Sabía que eso no era bueno, tenía que controlarme o mi relación con Hardín acabaría como el resto de relaciones.

Como habitualmente, los chicas empezaron a hacer skate mientras las chicas nos sentábamos en las gradas a hablar de entre otras muchas cosas, ropa, chicos, marcas, personas... Después de escuchar a mis amigas hablando de lo bien que les iba su vida y de lo guapos que eran sus novios decidí irme, recojí mi sudadera de amarras del suelo y mi skate. Estaba a punto de subirme al autobús cuando alguien me cojió de la muñeca, estaba segura de que era Maybel, pensé que se había arrepentido de quedarse y había decidido subir conmigo a casa, pero en cuanto me giré me sorprendí al ver la cara de Dema mirándome fijamente, con un hilo de voz dijo.
- Erick quiere hablar contigo a solas detrás de las gradas- cuando escuche esas palabras me quedé helada.
Detrás de las gradas era donde se solían hablar los temas graves  por lo que decidí no esperar un segundo para salir corriendo hacia allí.
El skate se me resbalaba entre las manos pero la ansiedad de saber si alguien importante para mí estaba en peligro era superior a eso.
Así que lo dejé en medio de la carretera, probablemente acabaría aplastado por los coches, pero eso no importaba.
Llegué donde Dema me dijo, y allí estaba Erick, seguía sin camiseta, estaba hablando por el móvil y no parecía preocupado, me acerqué a él.
-¿Erick que pasó?-
-Nada- se rió como si nada le importara, era una risa contagiosa, tenía un aire dulce pero a la vez picaresco.
-¿Y entonces para que me lla...?Sin dejarme terminar la frase me cojió por la cintura, en cuanto me tocó volví a sentir ese escalofrío que recorría todo mi cuerpo, me besó y yo le seguí el beso sin tener en cuenta que lo había vuelto hacer, le había puesto los cuernos a Hardin , en ese momento no pensaba en nada solo me dejaba llevar. Comienzo a oír una risas, en ellas diferencio una, era Izan, mi ex mejor amigo, me separé de Erick rápidamente al ser consciente de la situación.
Allí estaban mis "amigos" gravando como cometía la mayor estupidez de mi vida, sabía que se lo enviaría a Hardin por lo que ni me moleste en suplicarle que no lo hiciera, simplemente salí corriendo.
Notaba como las lagrimas resbalaban por mi mejillas, no tenía reencor hacia nadie, yo sola me lo busqué, no debería haber sido tan ilusa.
La sensación de culpabilidad se apoderaba de mí, cojí el móvil para llamarle, a lo mejor si se lo decía yo misma no se enfadaba tanto, pero ya era tarde, en cuanto lo encendí tenía 16 llamadas de él.
Apagué el móvil, no quería hablar con él por teléfono aunque supiera que así se enfadaría más, cojí el autobús que me llevaba a mi piso del centro, tenía dos casa la de la playa que utilizaba los fines de semana y en vacaciones y el del centro, que solo utilizaba entre semana, cuando tenía que estudiar o cuando volvía de quedar con mis amigos en Vigo.
Apenas tardé 10 minutos en llegar, y aún con lágrimas en los ojos me tumbe en la cama y encendí el móvil, antes de que pudiera escribir el código de acceso para el móvil sonó  telefonillo, el sonido no paro hasta que cojí el telefonillo, la voz de Hardin resonó en mi cabeza, no me gritó simplemente dijo
-Ábreme-
Le abrí el portal e hice lo mismo con la puerta de entrada al piso, me senté en el sillóncito de la entrada esperando a que llegara.
Oí el sonido del ascensor llegar ....

Libertad encadenadaWhere stories live. Discover now