capitulo dos

1 1 0
                                    

Inicié a comer mi postre en cuanto estuvimos sentados, me había pedido una tartaleta de chocolate y moras. Aún que comenzaba a arrepentirme. En el aparador se veía delicioso pero ahora lo sentía demasiado dulce. Así que decidí dar bocados pausados, acompañados de un trago de café, el cual había pedido con doble carga, como me gustaba.
Hablar con Andrew era sencillo, los temas de conversación salían muy rápido y la conversación no se sentía forzada. Hablamos sobre el lugar de donde vivía, dijo que de una ciudad situada en Londres y que viajaba mucho, también que tenía otros hermanos. Pero, no entro mucho en detalle sobre su vida personal y no lo juzgo, yo tampoco dije mucho, pero más bien por precaución no puedes ir por la vida contándole todo de tu vida a un extraño. Y eso era lo que era el.
Un extraño.
Di una mirada disimulada a mi reloj, me quedaban 20 minutos. Era una lástima que justo ahora que conocía a alguien que me agradaba tenía que marcharme.
Aclare mi garganta y coloque mi bolso sobre mi hombro.
—Fue realmente un placer conocerte Andrew, pero, me temo que es hora de que me marche. Tengo el tiempo sobre mi y un avión me espera.
El castaño se levanto de su lugar, tenía una expresión decepcionada pero finalmente asintió con un movimiento de cabeza. —yo entiendo, el placer fue todo mío Dom. ten un buen viaje —dijo llevando una mano a la visera de su gorra  y apretó ligeramente sus ojos, como si estuviera debatiéndose algo — uhm...te molestaría intercambiar números? —preguntó, por su tono pude notar que no parecía muy seguro de sí mismo. No había prestado atención a lo cuanto quería mantener contacto con el, hasta que me pidió mi número. No diría que estaba enamorada, pero, el tenía algo que me intrigaba. Quería conocerlo, poder conocerlo más.
Asentí con la cabeza— ¿lo anotas? —de inmediato, el chico sacó su móvil del bolsillo de sus pantalones de deporte negros y me dio una seña de que estaba listo para anotar. Le dicte el número y me despedí de él con un beso en la mejilla y  una sonrisa, tome mi café y salí de aquel el establecimiento, aún con esa sonrisa ridícula sobre mi rostro.

***

Siete horas más tarde me encontraba sentada en el aeropuerto, esperando a que mis maletas llegarán, tenía treinta minutos desde que había aterrizado y mis maletas aún no aparecían, no soy de las que hacen la bronca por todo, pero necesitaba mis maletas, necesitaba llegar a casa y tomar un baño caliente, una tasa de café y mi deliciosa cama.
El viaje me había dejado totalmente agotada y por si fuera poco comenzaba a tener hambre.
Cuando finalmente me canse de esperar ya se habían sumado otros treinta minutos, llevaba ya una hora esperando y mis maletas aún seguían sin aparecer. Me levante   de la silla y me dirigí a hablar con uno de los trabajadores que se encargaban de las valijas.
—disculpe Sr. tengo problema con mis maletas, vera, llegue en el vuelo de las 9:45 PM y mis maletas no an aparecido ¿podría checar que está pasando? .
El sr. Dejó salir una risa y movió la cabeza a modo de negación, comenzó a levantar la cabeza, mostrando que me encontraba en un error apostaba que estaba en sus veintitantos levanto la mirada y me dio una sonrisa amable — No soy un señor, pero no te preocupes, dame tu numero de folio y el ticket que te dieron cuando empaquetaste.
Me sentí un poco avergonzada y susurre un lo lamento, después busque mi folio y los datos que me había pedido para comenzar a dárselos. Lo anoto todo en una pantalla y me dijo que esperara unos minutos.
Mientras esperaba, un bostezo salió de mi boca, me encontraba totalmente agotada y ya casi serían nueve horas desde la última tasa de café que había ingerido, necesitaba descansar o pronto me pondría gruñona. Un zumbido vino del interior de mi chaqueta
, anunciando que tenía un mensaje de texto. De inmediato revise de quién se trataba, quizá Andrew ya me había escrito. Con agilidad desbloquee mi teléfono, esperando que fuera un mensaje de el, sin embargo me encontraba equivocada se trataba de Ian, uno de mis mejores amigos.

"Hey, Babe ¿ya estás en tierra? Tengo un plato de comida esperando por ti, espero no tardes o Liam lo devorará"

Conocía a Ian y a Liam desde que éramos unos niños, solía ir a jugar siempre a su casa  y hacer travesuras juntos, los gemelos eran las únicas personas que seguían conmigo desde mi infancia y eran mi mundo, podría decir que eran como unos hermanos para mí. Estaba a punto de responderle cuando el chico del equipaje regreso.
—Lo lamentamos, tus maletas se mandaron por error en otro vuelo, estarán aquí mañana al rededor de las 11 AM, te ofrecemos disculpas por este incidente y...—este hizo una pausa, firmando algo y colocando un sello, después me entrego el papel— un descuento del 45% en tu siguiente viaje. Mañana entra por la parta B para evitar la ola de personas. Fue un placer atenderla, esperamos pronto vuelva a viajar con nosotros.
—sin decir más el chico se retiró y me quedé con el papel en la mano. Tantas emociones me golpearon en ese momento, no sabía si lanzarle mi bolsa de mano o que. Era estudiante ¿que le pasaba? No tenía tiempo para volver mañana. Solté un suspiro y comencé a salir del aeropuerto, al menos ya podría marcharme a descansar.

Fly with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora