Cierro de golpe el libro. Es ley que me molesten cuando leo la mejor parte, es como si tuviera un radar cerca que diga Annie va por la mejor parte de libro, vamos a molestarla.

- ¿Qué no es lo que a todo padre le gustaría? Qué su hijo se mantenga en casa en vez de estar por ahí haciendo que sabe que – Me levanto con pesadez de la cama y fijo mi mirada en la de mi madre que se encuentra parada en el marco de la puerta con sus brazos cruzados bajo su pecho.

- Todo tiene un límite, Ana Celeste. Solo te lo digo porque es molesto verte todo el día con una cara de perros; ya no hablas con nosotros, no sabemos si estás bien o estas mal, ya no eres nuestra pequeña de antes

- Tal vez porque crecí – Enarco mi ceja, cuestionándola. Cosa que me hace cambiar de expresión al ver que me dedica su mirada fría que me hace saber que voy por mal camino – A ver, mama, estás haciendo mucho drama. No me apetece hacer nada. Salir con mis primas ¿Para qué? ¿Para verlas como coquetean con cada chico que se encuentran? no que aburrido. Paso – Revoleo mis ojos.

- Me rindo contigo, niña. Haz lo que quieras

Me tiro boca arriba, fijando la mirada al techo ¿Por qué no dejan ser simplemente yo? Ni si quiera yo sé quién soy, digamos que estoy en ese proceso de descubrimiento o eso creo.

Cualquiera a sus diesi siete años tiene una meta clara en su vida de lo que es y lo que quiere ser, pues yo no. Crecí bajo la vista de mis padres y de las de Renan y Adrián, tuve una infancia feliz, de eso no me quejo, pero todo cambio cuando deje de ser ajena a lo que pasaba a mí alrededor. No soy ni la típica nerd, ni la chica popular, ni la hija de padres millonarios, no, tuve que ser la hija de Adriana Ávila e Ignacio Loera ¿Lindo no? Y amo a mis padres, no pude haber elegido mejores.

Y digo elegido porque una vez leí que somos nosotros los que escogemos quienes serán nuestros padres, pero... No es fácil ser hija de los narcotraficantes más buscados de México y a pesar que ya no se dediquen en eso, no como antes, es algo que quedo marcado en mí para siempre. Como un papel que sellas antes de ser enviado a cualquier parte, así soy yo... La chica a la que hay que temer por tener padres peligrosos.

- Toc, toc ¿Quieres acompañarme a comprar la cena? Tendremos una velada muy mexicana para despedir a la familia – Dice mi padre sonriente. Es hermosa su sonrisa podría enamorar a cualquiera que la vea.

- Papa ¿Si sabes que si tocas no es necesario que digas toc, toc? Y somos mexicanos, seria comer algo cotidiano –Rio por lo bajo – Te pasas, wey

Tomo mis cosas rápidamente, que solo constan en mi celular y mi cartera y salgo abrazada a papá.

Si podrán haber tenido una vida totalmente diferente antes de que yo naciera, creo que eso me hace amarlos más, pueden decir muchas cosas sobre ellos pero solo yo sé, quienes realmente son.

- Por eso es que se comporta de mala manera. Mira, si la tienes toda malcriada – Le saco la lengua y rio junto con ella – No tarden tanto, Inés está preparando algo delicioso.

- Un momento, si Inés preparara la cena ¿Qué compraremos nosotros?

- Pues el postre. Vamos, no hagamos enojar a tu madre

- A veces creo que le tienes miedo a mamá – Digo, alzando mi cara para poder mirarlo.

(...)

Llevo solo tres días acá y ya me quiero regresar, la gente es como intranquila, todo el mundo anda apurado, las calles son un alboroto constante y ni hablar del calor que hace. Tres días en lo que nada interesante ha captado mi atención, si sabía que el D.F no era lugar para mí.

Esta soy yoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang