-- Miguel, Miguel ¿estás bien? - le susurro Isabel contra el oído, preocupándose por él.

-- Hmmm, si - le contesto distraídamente, realmente no se sentía nada bien.

Sus pensamientos volaban tan rápido que casi no los podía seguir, hasta que por fin uno destaco entre todos "si Dios es tan misericordioso, ¿Por qué no perdonaría a uno de sus hijos?". Pensaba todo aquello no por los demás, si no por el mismo. Porque aunque recordara pequeños fragmentos de su infancia, y aunque todo estaba mezclado en su cabeza podía recordar perfectamente la razón por la cual tenía tantas marcas de golpes en su espalda.

-- Voy a... voy a salir - le aviso en voz baja a su familia y a su novia --, siento que me falta aire y estoy algo mareado, volveré en un rato.

-- ¿Te sientes bien, bebé? - le pregunto Beatriz con expresión preocupada, mirando a su novio con miedo.

-- ¿Quieres que te acompañe? - se ofreció Isabel.

-- ¿Quieres ir a casa? - su madre parecía estar buscando las llaves del auto en su bolsa, lista para volver si es que su hijo decía que sí.

El único que no hacía caso era su padre que seguía leyendo el evangelio con el ceño fruncido. No le gustaba que interrumpieran la misa, y estaba evidentemente enfadado de que su familia hiciera tanto ruido.

-- Estoy bien solo necesito un respiro - aseguro Miguel, intentando calmar a su hermana, a su novia y a Martha.

Se levantó con cautela, con cuidado de no incomodar o pisar a alguna de las personas que necesitaba pasar para salir y finalmente atravesó de la iglesia. Al abrir la puerta el aire choco contra su rostro y se sintió un poco mejor, porque sentía que adentro le faltaba el aire. Camino hasta una jardinera y se sentó en un banco de piedra.

Cada vez que trataba de recordar algo más de su infancia le sucedía algo, se mareaba, se sentía mal... Se compadecía de sí mismo porque esta había sido horrible, una tortura, una época que se rehusaba a recordar. Estaba el asunto de su sexualidad, estaba el asunto de su religión y estaba el asunto del perdón de Dios hacia los homosexuales. ¿De verdad todo aquello estaba mal? ¿Qué era lo que estaba mal?

Se masajeo la cabeza, ¿Qué demonio le pasaba? Jamás había dudado de lo horribles que eran los homosexuales y de lo mala que era su existencia y en ese momento estaba flaqueando ante la ira de Dios, estaba dudando de todas sus creencias, de lo que le habían inculcado desde pequeño. Por eso su padre había sido tan duro con él y lo había cambiado. Entonces ¿Por qué sentía que estaba viviendo su vida como alguien que no era?

Era el, era culpa de ese maldito... Él lo estaba haciendo dudar con sus malditas frases que tenían más sentido del que Miguel les quería dar. Tenía que sacar rodo eso de su mente antes de que su forma de ver la vida cambiara drásticamente.

"Sin embargo, la biblia no describe a la homosexualidad como un "pecado" mayor que cualquier otro. Todo pecado es ofensivo hacia Dios. La homosexualidad es justamente uno de los muchos temas listados en 1ª° corintios 6:9-10 que van a dejar a la persona fuera del reino de Dios. De acuerdo con la biblia, el perdón de Dios está disponible tanto como para un adultero, un adorador de ídolos, un asesino, un ladrón, etc. Dios también promete dar a todos aquellos que crean en Jesucristo para su salvación, la fuerza para la victoria sobre el pecado, incluyendo la homosexualidad".

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La gente de la iglesia comenzó a salir, montones de gente caminaba hacia la reja para irse a sus casas o algún otro lugar, cada fin de semana las familias tenían tradición de salir a pasear a alguna parte, y Madrid tenía muchos lugares hermosos y tranquilos, perfectos para un domingo por la tarde. Sus padres, su familia y su novia no fueron la excepción.

Detras Del Arcoiris || RubelangelWhere stories live. Discover now