BECAUSE OF YOU - YUSOL

2.- "¿No tienes nada allí abajo acaso?"

-¿Hola? ¿eso es lo único que dirás? -Sonrió ahora molesto el Japonés -¿No tienes nombre acaso? -bufó.

-Hansol, me llamo Hansol -la cara de este no tenía ni una pisca de entretención, o de haberse molestado por la actitud de Yuta, todo lo contrario, sus ojos vacíos y mirada perdida no decían nada. Yuta lo miró extrañado, y sin más que decir se dio media vuelta y volvió a su lugar de antes, detrás de sus padres.

Hansol solo quería ir a su habitación después de un día de escuela y obviamente a su madre eso no parecía importarle demasiado.

-Tomen asiento por favor, serviré la cena. Hansolie, ¿por qué no me ayudas? -solicitó ella. Y antes de que pudiera responder un sí como se suponía debía hacerlo, alguien habló.

-Yo puedo ayudar si lo desea -y ahí estaba otra vez, usando esa boca rápida suya, pensó.

-¡Oh! Pero si eres un amor, por favor ven, ven ayudarme - habló con rapidez y entusiasmo. Hansol supo que más tarde un regaño lo estaría esperando por no haberse ofrecido en ayudar antes que su primo. El chico corrió persiguiendo a la mujer con una sonrisa en la cara, y ambas figuras se perdieron al entrar en la cocina. Hansol tomó su teléfono celular para revisar alguna notificación o algo parecido, y no, no había nada, ni seña de tener amigos o una vida social, "Excelente" se dijo así mismo. No sabía qué hacer y menos qué decir, sus padres sabían muy bien que a veces no era bueno entablando una conversación, aunque en estos momentos no era como si importara mucho, la pequeña mujer hablaba animadamente con su padre y su tío sobre como los ha tratado la vida en el campo durante estos últimos años, y lo acostumbrados que están a vivir en aquel lugar. Rápidamente se movió de la pared en la que se encontraba apoyado y se encaminó a su habitación, al llegar a la segunda planta hasta el final del pasillo para encontrar su puerta, ágilmente corrió y saltó hasta su cama, cerró los ojos y suspiró, luego de unos momentos así en silencio se quedó observando el techo de lo que su madre hacía llamar "cueva", sí, era un chiquero, pero no le tomaba mayor atención. Prontamente, la imagen de su único primo se le vino a la cabeza, eran distintos pensó Hansol, el Japonés era mucho más atrevido y masculino que él, además estaba seguro de haber visto delineador negro en sus parpados. -Vaya, qué masculino -bufó para sí mismo. Lentamente fue tomando asiento, miró sus manos y caminó hasta el baño, agotado lavó de ellas y su cara. Sin razón alguna, al igual que esta mañana quedó observando su reflejo en el espejo, se apoyó en la pared de este y cayó en sus pies con la cabeza entre sus piernas. Así se quedó hasta que un ruido proveniente desde atrás se oyó.

-¿Qué haces? -alguien susurró en su oído izquierdo. Hansol pegó un salto, levantó la cabeza y ahí estaba...otra vez. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal al sentir aquel murmullo tan cerca de él.

-¡¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?! -las cuencas de sus ojos se saldrían. En verdad estaba sorprendido, ¿cómo había llegado hasta su habitación?, puede que hasta sea un ladrón, un violador o quién sabe qué. Velozmente se levantó del suelo y el chico que yacía acuclillado a su lado lo miró desde abajo, desde aquél ángulo pudo contemplar cada una de las cortas pestañas de este -¿Cómo llegaste hasta aquí? -habló Hansol, y en su voz hubo algo de miedo, cosa que yuta pudo apreciar sin mayor problema.

-Vine a buscarte para cenar, tu madre me dijo que esta era tu habitación y como no estabas en el salón ella supuso que estarías aquí -Dijo con total naturalidad. -Hey, no estoy pensando en robarte o algo parecido si es que eso crees -Yuta lo miró con una sonrisa y un brillo peculiar se presentó en sus ojos dramáticamente delineados, entonces, pasó uno de sus brazos por los hombros de Hansol y este se dejó.-Vamos, bajemos que la cena se enfriará -Bajaron juntos hasta el salón, Hansol aún confundido y sin haber dicho ni una palabra se sentó lo más alejado que pudo de aquel chico.