Eliza

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¿Quién podría ser esta chica? Estaba segura de que la había visto antes y no en una fotografía, no olvidaría esos ojos verdes tan intensos. Me encontraba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que Anya me estaba hablando.

-Perdona -me disculpé.

-No pasa nada, te estaba preguntando como habías llegado hasta aquí.

-Pues iba de camino a la ciudad a visitar a mi tía, cuando comenzó a llover y mi coche se estropeó.

-¡Qué mala suerte! ¿Has cenado?

-Sí, comí algo por el camino -miré a la chica morena-, ¿cómo te llamas?

-Alycia.

Bostecé involuntariamente y me disculpé antes de comprobar la hora, el reloj marcaba la una de la madrugada.

-Es muy tarde, ¿tienes sueño? -me preguntó Alycia al ver que volvía a bostezar.

-Un poco la verdad.

-Ven te acompañaré a tu habitación.

Me guió por toda la casa hasta que se paró delante de una puerta blanca y la abrió. Era bonita, con unas paredes violetas, que hacían que la habitación pareciese más grande de lo que era, una cama de matrimonio y un armario. Tenía una ventana que daba al bosque.

-Mi habitación es la de enfrente, por si pasa algo, y la de mi hermana la de al lado.

Cuando se iba a ir le agarré de la muñeca.

-Gracias por todo -me fijé en sus ojos verdes, donde se reflejaba el cansancio que tenía, bajé mi vista y no pude evitar mirar sus carnosos labios, no sabía porqué pero tenía unas ganas tremendas de besarla, pero no lo hice. Mi vista bajó un poco más y se fijó en su pijama, unos pantalones largos y una camisa demasiado grande para ella, pero a mí me parecía muy sexy, el pelo le caía hacia un lado... uff Dios... cómo podía pensar eso de una persona a la que acababa de conocer...

-De nada -respondió esbozando una sonrisa. Interrumpiendo mis pensamientos.

Cunado se hubo marchado, me acosté y apagué la luz, cayendo en un profundo sueño.

***

Al día siguiente me desperté sobresaltada por un grito que provenía de la habitación de al lado. En ese momento recordé donde estaba. Sonreí y me toqué los labios... ese sueño... había sido demasiado real, esos ojos verdes... esos labios sobre los míos y su cuerpo encajaba perfectamente conmigo... Otro grito me devolvió a la realidad. Me levanté rápidamente y me dirigí a la habitación de Anya. Cuando entré me la vi subida a la cama gritándole a Alycia.

-Aleja eso de mí.

-Es solo un pequeño hurón, no te va hacer nada.

-Buenos días -dije al ver que no se habían dado cuenta de que estaba allí. Anya me vio y se bajó de la cama para darme un abrazo, desconcertada se lo devolví. Alycia me estaba dando la espalda y cuando se giró pude ver que sostenía un hurón pequeño entre sus brazos. Con una sonrisa me acerqué a ella.

-¿Lo puedo acariciar?

-Claro.

-No se como os puede gustar ese bicho -suspiró-, no tardéis mucho y bajar ya a desayunar.

Dicho esto se dio media vuelta y se fue.

Era muy suave, cuando miré hacia arriba me encontré a pocos centímetros de su rostro, sus ojos verdes se encontraban detrás de unas preciosas gafas que le daban un aire más intelectual. La miré directamente a sus ojos y pude ver como ella bajaba su vista a mis labios y dejaba escapar un suspiro. Sonreí mentalmente. Me acerqué lentamente a su rostro y ella no parecía querer apartarse, cuando ya notaba su respiración en mis labios me aparté rápidamente y pude ver como Alycia se sonrojaba y se echaba hacia atrás. Sonreí.

-Creo... creo que deberíamos bajar a desayunar -dijo nerviosamente dándose la vuelta y saliendo por la puerta.

-Por supuesto.

Cuando bajé me encontré con Anya desayunando en la mesa del salón.

-Tienes café en la cocina, y un par de tostadas -me dijo-, ¿dónde está mi hermana?

-No lo sé, creo que en su habitación.

Miré por la ventana y vi que esta noche había nevado otra vez, tapando la única carretera, suspiré.

-Creo que te vas a tener que quedar aquí un par de días más, al menos hasta que despejen la carretera o vuelvan mis padres, porque si no recuerdo mal, tu coche se estropeó, ¿no?

-Cierto, espero que no os importe que me quede más.

-No, claro que no, por mí perfecto.

-¿Puedo llamar a mi tía?, al menos para avisarle de que estoy bien.

-Sí, puedes coger el teléfono que está allí -señaló al lado del frigorífico.

Me acerqué a él y marqué el número.


Esta semana que viene no creo que pueda subir nada, porque voy a estar de viaje, intentaré subir uno mañana por la tarde. Gracias a los que estéis leyendo la historia y a los que le deis me gusta y comenteis.


Reencuentro/Clexa/Elycia (Terminada)Where stories live. Discover now