Cap 19: tenemos que hablar.

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-- ¿QUE HICISTE QUÉ?-- Silvia exclamó con voz ronca levantándose de sopetón de la cama, tanto que casi me asusta.

-- Bueno... Fue un impulso-- me excusé jugando con mis manos.

-- ¿En serio? ¿Un impulso? No me mientas, Ana Morgade-- me señaló sentándose de nuevo a mi lado.

-- Me has llamado por mi nombre y apellido. Realmente pareces enfadada-- bajé aún más la cabeza.

-- No estoy enfadada. Es que...-- suspiró y luego me hizo mirarla moviendo mi cabeza son sus suaves manos-- no soporto verte así. Eres muy importante para mí. Y me jode muchísimo que ella pudiendo darte lo que yo no pude no lo haga. Es inaceptable.

-- ¿Has parado a pensar que quizá ella tampoco pueda hacerlo?-- pregunté vagamente.

Ella simplemente me apretó los mofletes.

-- Por favor, Ana, se ve a kilómetros.

-- ¿Eh? ¿El qué?-- seguro que mi cara ahora mismo era un poema. Hablando en plan pez.

-- Me da cierta rabia decir esto pero... Ana sigue pillada por ti. Y tú por ella. Y me da a mí que esto el tiempo no lo va a curar, teniendo en cuenta los meses que han pasado. O, por otro lado...-- retiró sus manos de mi cara y cruzó los brazos pensativa-- ¿Has pensado en mudarte a Cancún?

-- No pienso irme, Silvia Abril-- rodé los ojos tras golear su brazo. Después la miré y noté que parecía bastante seria metida en sus pensamientos.-- Silvia.

-- Dime cosas.

-- ¿Estás celosa?-- pregunté con cierta sonrisilla pícara.

-- ¿Qué? ¿Celosa yo? ¿De ella? Pfff. Muy graciosa. Es mejor chiste que el de la pelota que vuelca. NO. LO. ESTOY. Será posible. Lo que tiene una que oír...-- Hum... ¿por qué se habrá alterado tanto? Solo era una broma. ¿Llevaré algo de razón?

Intentando calmar un poco el ambiente, me tiré encima de ella para hacerle cosquillas. Empezó a reírse como una descosida y, al poco, estábamos las dos haciéndolo. Pocos momentos como estos hemos podido pasar en los últimos tiempos, sin contar ahora en el programa. Creo que me hago una idea de lo que le pasa a la morena de mi lado. Solo una pequeña idea.

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¿Quién iba a decir que estaría a punto de salir a actuar con mi ex de Azúcar Moreno? Dios mío. Espero de no dar la impresión de que estamos en la época en la que estuvieron peleadas. Osea, no enfadadas sino incómodas más bien. Desde el beso de ayer no había hablado con ella. No tuve el valor de acercarme. Y ella tampoco a mí. Quizá no debí hacer lo que hice.

La actuación fue normal, creo. Realmente no estuve pensando en sí cantábamos mejor o peor, solo quería acabar, si soy sincera.

Luego, tras hacer la coña con Anna delante del jurado, en el que le proponía devorarnos mutuamente, y comerle la nube a Ángel, nube de azúcar mal pensados, por fin me senté en el sofá. No pude evitar estar unos momentos tensa al tener a la rubia, ahora no rubia, a mi lado. Al notar que estaba en sus propios pensamientos, me relaje y disfruté de la gala. Sobre todo de la actuación de cierta murciana que aumentó la temperatura de la sala bastante. No en vano ganó, y bien merecido. Yo por mi parte, con Anna claro, quedé la penúltima. Bueno, supongo que no tuvimos la química necesaria en el escenario. Cosa que ya suponía. Quizá en otras circunstancias lo hubiéramos hecho mucho mejor. Ah, mi reto para la semana que viene... Bueno, digamos que voy a necesitar aprender a hacer twerking. Y a llevarme bien con las anacondas. Señor, dame fuerzas.

La cena pasó sin problemas algunos. Anna pareció congeniar bastante bien con El Sevilla y con Vicky, así que habló con ellos casi toda la cena, salvo cuando había algún tema común, como cuando dijimos que Ruth debería probar el pelo naranja, a lo que se negó rotundamente riendo.

Segundas oportunidades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora