Capítulo 2: Chantal, la pequeña bruja

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después de que Dilan casi me arranca la nariz, regresé a mi habitación. Cuando abrí la puerta vi a Chantal sacando mi ropa de mi closeth y metiendo la suya, casi había olvidado que ella estaba ahí.

-¡Oye!- grité al ver mi ropa tirada- nadie te dió permiso de sacar mi ropa y meter la tuya-.

Chantal siguió haciendolo, como si yo no estuviera ahí, es más, podría apostar que la tiraba con más ganas mi ropa.

-¡Chantal deja de sacar mi ropa!- dije casi en su oído.

Ella volteó y me dio una risa tan cínica, y mirándome fijamente tomó mi chamarra favorita y la tiró a mis pies.

-¿Quién me lo va a impedir?- dijo sacando otra prenda de mi armario.

- ¿sabes que este es mi cuarto? ¿sabes que esta es mi casa?- le contesté tomandola de la muñeca apretando cada vez más fuerte- entonces mi habitación, mis reglas.

-¡Me estas lastimando Darla!- dijo con una voz muy chillona- entiendo que la arrimada aquí soy yo, ya lo entendí, porfavor yo no te hice nada-.

-¡Darla! Que estas haciendo- dijo la voz de mi madre que venía detrás mío- ¡sueltan inmediatamente!.

La solté y Chantal fue y se le abrazó a Leonard, llorando, mientras mi madre se me acercaba con unos ojos que a cualquiera asustarian.

-¿que te pasa Darla?- dijo tomándome del brazo, llevandome a un rincón- sabes lo importante que es este momento para mí- dijo casi susurrando- por favor ¿podrias apoyarme?-.

Yo gire a ver a Leonard, tenía abrazada a Chantal, ella aún estaba lloriqueando.

- pero mamá, ella estaba sacando mi ropa de mi closeth- dije apuntando la pila de ropa mía tirada en el suelo- no es justo mamá, sabes lo importante que es mi ropa para mí, ¿podrías apoyarme?- dije imitando su voz.

Ella me volteó a ver con una mirada fulminante, después fingiendo estar más relajada se acerco con chantal y le acarició sus tontas trenzas.

Yo me quedé indignada ante la acción de mi madre ¿porqué se estaba poniendo de su lado? ¡yo soy su hija!.

-Chantal, a Darla no le molesta dejarte su armario mientras nos mudamos a la otra casa-dijo mientras miraba con una sonrisa tonta a Leonard.

-¡sí me molesta mamá!- dije acercandome a ese trío del mal.

-Cariño, es el cuarto de Darla- dijo Leonard mirándome con nada mirada cálida- Chantal es la que debe de acoplarse y aguantar a que nos mudemos y tenga su propia habitación y su propio armario-.

¡Hasta que alguien de pone de mi lado! Aunque me dolió que no haya sido mi madre.

-no te preocupes cariño- dijo mi mamá aún acariciando las tontas trenzas- hay un ropero en el sótano, Darla lo usará mientras se vende tú casa y compremos la nueva-.

¿Qué? ¿El viejo ropero? ¿qué le pasaba a mi mamá?

-Pues si no es molestia para Darla- dijo Leonard, quitando los brazos de chantal de alrededor de su cuerpo.

-¡Sí me molesta-! Grité irritada mirando a mi madre para que ella arreglará esto.

-No, no le molesta, es mi casa y son mis reglas-dijo tomando del brazo a Leonard- además es un pequeño castigo por estar molestando y lastimando a la pequeña de Chantal-.

¿Pequeña? Ella era una pequeña, pero una pequeña bruja. La miré y tenía esa sonrisa de triunfadora ¡que ganas de ir a arrancarsela de una bofetada a la muy boba!.

Nuestros padres salieron de la habitación, dirigiéndose al sótano para traerme el viejo y polvoroso ropero.

Chantal se acercó al armario y sacando la última prenda mía en el, me miró y dijo - creo que ya cambió de dueña esta habitación, y por lo tanto cambiaron las reglas- diciendo esto tiró al pisó la última ropa que le quedaba para apoderarse de mi closeth.

Yo salí de mi habitación, si aún se le puede llamar así, y me fui a casa de Violeta, lo menos que necesitaba era ver a la pequeña bruja, apoderándose de mi posesión más preciada.

Nota: Chantal en galería

Mi Nuevo HermanoWhere stories live. Discover now