Capítulo 8.

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―¿Estás segura que puedes quedarte sola aquí? ―preguntó mi madre, una vez más.

―No estaré sola, mamá, Bradley está aquí y Cameron vendrá.

―Si... En cuanto a eso... Ten cuidado de que no se vuelvan a pelear él y Brad, ¿Sí? Si vuelve a pasar llama a John.

―Sí, mamá, tu tranquila

―No quiero dejarte, hija.

―Estaré bien, ya vete que perderás el vuelo. Estaré bien, no pienses en mí. Sólo disfruta.

―Está bien, hija. Cuídate mucho. ―volvió a abrazarme y subió al coche para ir rumbo a su luna de miel. Miré el coche irse hasta que desapareció completamente de mi vista.

Entré a la casa y me tiré al gran sofá negro del living con mi móvil. Abrí Snapchat y publiqué algunas historias. Cuando me aburrí de estar con el móvil encendí la tv y busqué alguna película pero nada me llamó la atención. Abrí Netflix y busqué Skins y coloqué la temporada tres.

Skins es definitivamente la mejor serie.

[...]

Iba por el capítulo siete cuando me llegó una llamada de Brad. Miré la hora; 2:34 am. ¿Qué quiere a esta hora? Descolgué el teléfono y lo coloqué en mi oído.

―¿Brad?

―Amber.

―¿Qué sucede?

―Tienes que venir a buscarme.

―Estoy mirando Skins, no molestes.

―Vamos Amber, acaban de robarme el coche. He conseguido tirar el móvil a un lado sin que lo vean.

―¿¡Cómo que te han robado el coche!?

―Ya ven aquí, que hace frío.

―Dime dónde te encuentras, tonto.

―En la discoteca de la calle 56. Te la he enseñado el otro día.

―Oh sí, la recuerdo.

―Toma el coche rojo, las llaves están en una caja azul que hay en mi armario.

―Bien, ya voy.

―Ven rápido.

―¡Que ya voy! ―colgué.

Corrí escaleras arriba y entré en la habitación de Bradley. Busqué en su armario, inesperadamente perfectamente acomodado, la caja azul. Una vez en mis manos, busqué las llaves, las tomé y corrí al garaje. TRES MALDITOS COCHES COLOR ROJO. Por cierto, Christoffer es jodidamente rico, es el dueño de la compañía petrolera Simpson S.A, una de las más grandes compañías del mundo, creo que no lo había comentado. Tuve que intentar desactivar la alarma de todos y el último era el coche de Brad. Me subí a éste, lo encendí y salí de la casa a toda velocidad. A la maldita discoteca más alejada de la casa se le ocurrió ir. Estacioné frente a éste y bajé para buscar a Bradley.

―¿Bradley? ―grité mientras caminaba lejos del coche.

―Hola, bonita, ¿Cómo te llamas? ―dijo un hombre caminando hacia mí.

Giré para irme lejos de ése hombre. Éste comenzó a gritarme guarradas mientras me seguía. Comencé a correr hacia el coche pero visualicé a un hombre apoyado en él. Maldito Bradley. Al acercarme un poco mas pude reconocer sus rizos, por lo que corrí a él.

Risk It All: No Control || Bradley SimpsonWhere stories live. Discover now