Capítulo 1

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La agarró por el asa de la mochila y tiró hacia atrás haciendo que la chica cayera al suelo. Ella empezó a gritar pidiendo socorro, pero una patada en el estómago hizo que lanzara un gemido lastimero y se callara.

—Muy bien, así me gusta. —dijo con un sonrisa burlona.—Así que me estabas espiando, ¿no?—

—N-no.—murmuró ella con los ojos llenos de lágrimas de dolor.

La cogió del pelo y la hizo levantarse. Ella intentó escapar, pero la rodeó el cuello con el brazo y la colocó el cuchillo ensangrentado en su garganta.

—Camina.—ordenó. Ella caminó dando unos traspiés, temblando de pies a cabeza. Empezó a llorar sin poder evitarlo. Iba a morir.

—¡Cállate de una puñetera vez!—exclamó él con fastidió dándola una bofetada.

Mary intentó contener las lágrimas y siguió caminando hacia un descampado que había a unos metros del parque, dónde no había una sola farola, y él podría matarla con tranquilidad.

Empezó a temblar de nuevo al pensar eso, y las piernas dejaron de sostenerla, haciendo que la chica callera al suelo de rodillas.

—Levántate. ¿No querrás que te mate aquí mismo, no? Este sitio es demasiado cutre para una chica como tú.—dijo mirando el uniforme del colegio de ella.-Iremos a un sitio más intimo, y prometo que dejaré tu cadáver en la puerta de tu casa.-siguió él con sarcasmo.

—No, no por favor no me mates, juro que no diré nada.—suplicó Mary cuando él la cogió del brazo y la empezó a arrastrar hasta el descampado.

—Créeme encanto, me encantaría dejarte viva, pero has visto una cosa que no deberías haber visto y sé que se lo dirás a la policía no puedo fiarme de ti, y no quiero pasar 10 años en la cárcel por asesinato, así que iré por el camino más fácil.—respondió él con una sonrisa.

—Pero si te cogen, irás a la cárcel por más años por que habrán sido dos asesinatos.—intentó convencerlo ella.

—Eso es si me pillan que lo dudo mucho vamos encanto no te preocupes será rápido casi ni sentirás nada por cierto, ¿prefieres pistola o cuchillo?—preguntó él con burla.

Ella empezó a llorar de nuevo.

—De verdad no diré nada será como si esto no hubiese pasado volveré a mi casa y tú podrás seguir con tu vida, y yo con la mía, te lo juro, pero por favor no me mates.—suplicó ella de nuevo, al ver que se acercaban cada vez más al descampado.

Él empezó a reírse.

—Oh encanto, te he dicho que no te preocupes hablaremos tranquilamente cuando lleguemos al descampado, así que estate calladita si no quieres añadir otro moratón en tu cuerpecito.—la amenazó él. Mary le siguió con la boca carrada, creyendo que todavía podría convencerle para que no la matara. Se metieron en el oscuro descampado, y caminaron, hasta que Mary tropezó y cayó al suelo con un gemido de dolor.

—Mi tobillo.—gimió la chica con los ojos llenos de lágrimas. Miró al hombre que estaba limpiando la sangre que había en el cuchillo en su pantalón. Mary le miró desde el suelo, y al ver que alzaba el cuchillo hacia ella, chilló de miedo.

—¡No por favor, haré lo que tú quieras!—gritó la chica encogiéndose en el suelo esperando recibir el frío metal en alguna parte de su cuerpo.

—¿Lo qué yo quiera?—preguntó él. Mary levantó la cabeza y le miró con un destello de esperanza en sus ojos.

—Sí, lo que tú quieras.—

Secuestrada #Premiosastros2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora